Columnistas
19/11/2016

Ganó Donald Trump, ¿y ahora?

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El diputado nacional por el Frente para la Victoria publicó en las redes sociales una columna donde analiza el discurso de campaña y la visión de Donald Trump, el cambio en el escenario económico mundial, y las posibles medidas económicas de Trump y el efecto en Argentina.

Darío Martínez *

Finalmente, los ciudadanos norteamericanos votaron, y eligieron como su próximo presidente a Donald Trump, y esto va a generar la ratificación de algunas tendencias económicas y políticas que se venían esbozando a nivel internacional, y el cambio en otras tendencias.

Habrá que ver finalmente cuáles son las medidas concretas que Trump ejecutará como presidente, y en qué medida, el sistema institucional y de poder norteamericano dejan que esas acciones se concreten, y hasta ese momento habrá incertidumbre al respecto. Pero existe una coincidencia generalizada en que nada será igual.

Durante su campaña, Trump les hablo a los americanos medios y dijo que la globalización fue la culpable de destruir millones de empleos industriales, planteando una clara distinción entre los beneficios que obtuvieron las empresas que mudaron a México o Asia, sus plantas fabriles para pagar salarios más bajos, y así obtener grandes ganancias vendiendo luego esos productos a los norteamericanos a quienes dejaban sin trabajo, y las penurias que esto traía a quienes quedaban desocupados. Esta afirmación se podrá resumir en que la globalización benefició a las empresas pero perjudica a los trabajadores americanos.

Simultáneamente, Trump planteó una lucha frontal contra la inmigración ilegal, prometiendo deportaciones masivas de Latinoamericanos sin papeles en regla. Más allá de la valoración política y del peligro que significa que, esta conocida visión que busca chivos expiatorios de los males nacionales en las minorías inmigrantes, sea sostenida por el presidente de la nación más poderosa de la Tierra; el mensaje económico es claro: evitar que los inmigrantes compitan por los puestos de trabajo con los americanos.

Finalmente, Trump prometió crear millones de puestos de trabajo utilizando como una herramienta importante la ejecución de un Mega Plan de Obra Pública.

Como esta dicho, habrá que ver cuáles son las medidas concretas que tomará Trump como presidente, y cuál será el grado de profundidad de las mismas, pero lo que está claro es que para el nuevo presidente de USA, la solución a los problemas más graves de los norteamericanos se emparenta con el cierre de la economía, con el aprovechamiento de sus propias potencialidades, con el fortalecimiento de su mercado interno, con la disminución de sus importaciones y el repliegue sobre sí mismo del país, en contraposición a la globalización.

Cambio en el escenario económico mundial

De esta forma, la lectura lineal del mensaje económico de Trump durante su campaña, que fue lo que le otorgó respaldo popular haciéndolo ganar la elección, plantea un escenario en el cual el comercio mundial tenderá a disminuir (USA explica el 30% del intercambio comercial mundial), el nivel de actividad económica tenderá a disminuir, al igual que la demanda de energía de Europa y Asia, el dólar se tendera a apreciar y la tasa de interés tenderá a subir.

 

Posibles medidas económicas de Trump y el efecto en Argentina

 

Cerrar la economía, bajar sus importaciones, abrir sus fabricas = avalancha de presión importadora en Argentina.

Trump intentará “repatriar” las plantas fabriles para crear empleo industrial en su país, y para ello pondrá barreras a la importación. Esto generará un excedente de producción en los sectores y países que hoy exportaban a USA sus productos, y verán cerrarse ese mercado. Así las cosas, habrá una tendencia a las guerras comerciales vía dumping y vía devaluaciones de las respectivas monedas, y saldrán a buscar cualquier mercado permeable a sus productos, es decir, buscarán países cuyas políticas de comercio exterior son permisivas y basadas en la visión librecambista y global. Exactamente la política que hoy rige en nuestro país en materia de comercio exterior. Sin duda que, de mantener esta política de fronteras abiertas para las importaciones, la producción nacional tenderá a profundizar su caída con cierres de plantas y pérdida de puestos de trabajo para los argentinos.

 

Mega plan de obras públicas = aumento de la tasa de interés que pagamos por nuestra deuda externa.

Por su parte, si Trump pone en marcha un mega plan de obra pública necesitará recursos, y saldrá a buscarlos al mercado de capitales. Sin duda que una gran demanda de dólares por el propio gobierno americano funcionará como una gran aspiradora y producirá como efecto una tasa de interés creciente.

Simultáneamente, es probable que, una tendencia a bajar sus importaciones para reemplazarlas por producción local (más cara por el valor de la mano de obra), haga que exista una tendencia al aumento de los precios internos en USA, y la Reserva Federal aumente la tasa de interés para controlar la inflación.

De esta forma, los estados que están endeudados, y dependen del mercado de capitales para financiarse o para pagar los vencimientos de sus deudas, verán que sus costos financieros tenderán a crecer. Este es el caso de nuestro país, que aumento considerablemente su deuda durante 2016, y que preveía continuar por ese camino durante 2017. Los intereses que debe afrontar el Estado argentino aumentarán porque aumentará la tasa base, y simultáneamente, aumentará la tasa de riesgo país. De esta forma, le será crecientemente más caro endeudarse a Argentina. Y esto, si el actual gobierno conserva sus políticas en la materia, puede derivar en un nuevo ajuste presupuestario para disminuir gasto publico interno y derivarlo al pago de intereses de la deuda; al incremento de la deuda en una espiral peligrosa; o a una mezcla de ambas situaciones.

 

Fortalecimiento del dólar = aumento de nuestros costos de la deuda en pesos, y presión inflacionaria.

Por su parte, el dólar tenderá a apreciarse, y esto tendrá efectos en nuestro país. Por un lado, nuestra deuda externa crecerá en términos de pesos, y, simultáneamente, el costo de nuestras importaciones industriales crecerá haciendo menos competitiva aun la industria nacional, y generando nuevas tensiones inflacionarias. Si bien el fortalecimiento de dólar podría beneficiar al sector agroexportador, habrá que ver como impacta la disminución del comercio mundial en este rubro, sobre los precios de los productos y/o sobre nuestros tradicionales compradores.

 

Caída de la demanda de energía = problemas para Neuquén.

La demanda de energía en el mundo tiende a bajar desde hace años por la crisis económica global, y porque Estados Unidos mejoró sensiblemente la producción propia de la que requiere, y entonces demanda menos a otros países. Esto produjo el derrumbe del precio del petróleo y el de sus productos asociados, como el gas.

Una economía de los Estados Unidos tendiendo a cerrarse, generará un impacto negativo en la actividad económica global y por tanto, en la demanda de energía, razón por la cual, el precio del petróleo tenderá a bajar o, a permanecer bajo. La política energética del gobierno de Macri se basa en tender a igualar los precios internos con los internacionales, razón por la cual, de no variar esta premisa, el precio interno del barril de petróleo tendera a bajar, desde los actuales U$ 63.- y parecerse más a los U$ 49.- que es la cotización internacional. Especialmente en la provincia de Neuquén, esto impactaría negativamente en los ingresos del Estado vía caída de las regalías y en el nivel de la actividad, ya que en esos valores, varios yacimientos dejarían de ser rentables para las empresas. Si bien la situación del gas no es igual, su precio internacional tenderá a caer, o mantenerse bajo, y si esto ocurre, y la decisión del gobierno nacional es alinearse a esos valores, es probable que algunos proyectos no convencionales se vuelvan inviables.

 

Los cambios en la economía mundial tienden a afectarnos seriamente

 

El gobierno del presidente Macri diseñó una estrategia económica basada en un sistema global que garantizaba abundancia barata de dólares para endeudarse y un comercio internacional abierto para los productos agropecuarios. Esto conllevaba abrir los mercados argentinos a la producción industrial global, garantizar un flujo positivo de dólares vía endeudamiento, y devaluación del peso. La aplicación de las medidas derivadas de esta estrategia, ya generaron, como no podía ser de otra manera, aumento de la desocupación, aumento de la inflación, caída del poder adquisitivo del salario, caída de la demanda, y de las ventas, achique del mercado interno, con pronóstico reservado para la industria nacional.

Más allá de discutir si la semblanza de la realidad internacional era, hace un año, la que el gobierno nacional vio, y sobre la cual cimentó su plan económico; hoy, los pilares de ese panorama tienden a variar bruscamente, a ser diametralmente opuestos, y, de no modificar la política económica tomando las medidas necesarias, a generar gravísimos problemas potenciando los existentes para los argentinos.



(*) Diputado nacional por Neuquén (Unidad Ciudadana, bloque Frente para la Victoria-PJ). Candidato a diputado nacional por el Frente de Todos.
29/07/2016

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