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Hace unos días una foto en Facebook me llamó la atención. Estaba en el muro de un entrañable amigo que hace muchos años se radicó en Río de Janeiro. Mostraba a un equipo de hockey de la localidad de Mariano Moreno (Prov. del Neuquén) posando delante del Cristo Redentor, la estatua que domina las mejores vistas de la cidade maravilhosa, una de las siete maravillas del mundo moderno.
Eduardo Righi, mi amigo, es entrenador de hockey en Río. Jugábamos juntos de jóvenes y hace ya muchos años decidió mudar de país y se llevó la pasión consigo. Vía whatsapp lo contacté inmediatamente para pedirle más datos y ahí me contó cosas de las que yo poco sabía.
En sus primeros años en Brasil se encontró que el hockey casi no existía, allí direccionó sus primeros esfuerzos, de entrada dirigió el seleccionado nacional, pero la ausencia de base hacía imposible un proyecto sustentable. Entonces eligió seguir por el camino más largo y desde hace varios años se dedica al deporte social. Entrena en colegios y clubes sociales, con realidades alejadas del deporte de alto rendimiento, pero tanto o más necesarias para producir cambio social. De paso aporta a la base que necesita Brasil para mejorar en el ranking de ese deporte.
Hace ya unos cuantos años en nuestro país, el éxito deportivo de Las Leonas puso a este deporte en el cenit de la alta competencia. A partir de ahí la explosión, la televisión masiva, los grandes auspiciantes. Aquel éxito no se explica únicamente por el talento de Lucha Aymar y sus compañeras. Hubo un desarrollo sostenido, federal, con alguna dosis de planificación y bastante de audacia que lo hizo posible. Con alguna arbitrariedad podríamos simbolizarlo en la voluntad de un hombre, Luis Ciancia, que en 1997 fue puesto como Head Coach de ambos seleccionados nacionales y puso en marcha centros regionales de capacitación en todas las provincias. Hay poco escrito de su contribución al desarrollo del hockey y para quienes quieran conocer al personaje y su obra recomiendo el artículo "Ciancia, el revolucionario" y especialmente “El Revolucionario” en la edición digital de la revista Hockey RD.
Con Eduardo compartimos el privilegio de ser formados por Luis, como jugadores y como entrenadores. Aprendimos la importancia de facilitar la práctica deportiva en todos los sectores. Porque las ganas de seguir el ejemplo de las más talentosas aparecen en cualquier lugar, no sólo donde la infraestructura está en las mejores condiciones. Luis terminó su carrera asesorando al Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) y la Secretaría de Deportes. Para atender a esas otras realidades justamente la Secretaría de Deportes y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación crearon hace algunos años la Federación Argentina de Hockey Social. La idea era nuclear y apoyar a las ONGs, escuelas de hockey barriales, clubes y sociedades de fomento que —generalmente por falta de recursos— no participan de actividades federadas. Las hay por todo el país.
En la provincia de Neuquén existe la Liga Neuquina de Hockey Social, en la que compiten equipos de diferentes ciudades, y este año los dos primeros tuvieron el premio de viajar a Río de Janeiro a una competencia con sus pares del país hermano. Quienes viajaron a principios de octubre fueron Mariano Moreno y Club Deportivo Rincón, campeones de las Liga Neuquina en las categorías Primera y +30 respectivamente.
Los partidos se jugaron en la cancha de césped de la Universidad Castelo Branco y participaron además cinco equipos de colegios locales, el Paulo Gissoni, Sistema Elite de Ensino, Colégio Triângulo, Colégio Percepção y la centenaria Escola Municipal Rosa da Fonseca. También en un estadio con cancha de césped sintético. “Ganaron las argentinas —explica Eduardo— pero las cariocas demostraron mucha garra y buena técnica también, aunque lo más importante fue el encuentro entre dos proyectos sociales en países hermanos”. Agrega que para 2017 está previsto otro encuentro de proyectos sociales con presencia de varios países.
Gracias al proyecto en el que está involucrado Righi desde 2003, chicos y chicas practican hockey aún por fuera del sistema federado, compiten de igual a igual con equipos federados y también llegan a acceder a becas para estudiar en la Universidad. “La potencia de esta modalidad también se ve en la posibilidad de movilidad social que representa para los jóvenes que lo practican”, explica apasionado.
Escribo esto cuando hace tres días que en los medios de comunicación de Argentina solo se escuchan críticas sobre la actuación de nuestro seleccionado de fútbol en las eliminatorias para el mundial. Y eso me recuerda la actitud de muchos hinchas de este país cuando viajaron a ver partidos del mundial 2014 e impusieron aquello de “Brasil decime qué se siente...”. También recuerdo los festejos por la caída de Brasil frente a Alemania en las semifinales mientras me llegan por mail fotos de aquellos partidos que Eduardo me manda. Veo caras sonrientes. Abrazos. Banderas de ambos países. Están en las redes sociales. Para los medios tradicionales no podría ser noticia.
¿Es posible imaginar la integración de argentinos y brasileños sin que nos reconozcamos en lo que compartimos? ¿Cuánto incide lo que los medios de comunicación publican en la conformación del imaginario de los pueblos? Hago una prueba, buscar la palabra brasil en el portal digital de uno de los medios más influyentes de nuestro país, las noticias que me trae hablan de CEOs, negocios, Fórmula 1, el seleccionado de fútbol, Temer, mercados y playas. Pruebo con otro: la selección de fútbol, el posible pase de Buffarini, Rosberg. No se habla de los pueblos, no son protagonistas. Qué lejos están esos medios de todos nosotros.
Una frase de Teresa Parodi en una entrevista del semanario Tiempo Argentino me resultó para subrayar: "esa necesidad del abrazo compartido con Latinoamérica se da en el espacio del arte, de la cultura, y no solo desde lo simbólico”. Otra: "El encuentro sucede en un momento de la historia que no es casual: necesitamos reafirmar nuestros lazos. Nuestros pueblos han reforzado siempre los lazos a través de lo cultural”. Teresa explica con su paciente decir el modo en que nuestras culturas se han entrelazado. “Tuvimos un momento histórico en que nuestros representantes también se unieron, es decir que eran parecidos a nosotros” agrega.
El deporte social debe ser parte de esa misma trama. Pero una sociedad no defiende lo que no conoce. En tiempos de presidentes que ya no se parecen a nosotros. En tiempos de reducción de déficit y achique de gastos, el ajuste nunca debería ir por el lado de los programas sociales, pero de esto no se habla.
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