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17/03/2024

El compañero Rolando

El compañero Rolando | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

A pesar de sus críticas y de la derrota histórica que le propinó a su antiguo partido, hasta ahora en los aspectos clave de su gestión Figueroa hace honor a su estirpe emepenista.

Héctor Mauriño

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A pesar de sus críticas y de la derrota histórica que le propinó al MPN, su antiguo partido, arrebatándole el invicto de 60 años, hasta ahora Rolando Figueroa gobierna en los aspectos clave de su gestión como un buen emepenista.

La forma en que el gobernador viene manejando la difícil relación con un presidente como Javier Milei, que quiere poner a los gobernadores (y a todos los demás salvo al poder económico) de rodillas, es una muestra de que en su ADN pesa la doctrina emepenista de congeniar con todos los gobiernos nacionales, sean peronistas, radicales, militares o del Pro, cuestión de sacar provecho para la provincia a cambio de algunas concesiones.

En ese toma y daca, donde impera cierta ambigüedad y que practicaron todos los gobernadores desde Felipe Sapag hasta Gutiérrez, pasando por Salvatori, Sobisch y Jorge Sapag se avanza o retrocede, se concede o se deniega, con tal de que haya un saldo a favor por pequeño que este sea. Si la pregunta es ¿a favor o en contra?, la respuesta es a favor y en contra, y ninguna de las dos cosas.

Alguno se preguntará donde está en este esquema la preocupación por el destino de la Argentina, sobre todo en instancias tan dramáticas como la actual. Pero en la doctrina de la que hablamos rige el pragmatismo y un cierto sentimiento de ínsula que en ocasiones orilla el secesionismo. Salvatori llamó a Neuquén “la isla de la felicidad y lo cierto es que en la histórica conducta de los gobernadores locales la responsabilidad primaria y el principal desvelo no es el país sino la provincia.

En este tema Figueroa viene actuando con prudencia. Se podrá decir que frente a tamaña ofensiva como es el avance de Milei sobre la coparticipación, la eliminación del Fondo de Incentivo Docente y del Fondo Compensador al Transporte Público, el intento de eliminar el subsidio por zona fría, la catarata de aprietes e insultos, podría haber exhibido mayor beligerancia, pero por sobre el declaracionismo y la pirotecnia verbal el gobernador eligió mantener la sobriedad y producir hechos concretos; negociar, conceder, golpear si se puede.

¿Astucia, se dirá? Es lo que ha hecho con el grupo de gobernadores patagónicos. Juntarse para golpear, separarse para negociar.

Así, en algunas de las locuras de Milei los representantes neuquinos apoyan y en otras se niegan, como ocurrió con la senadora Lucila Crexell con el DNU que amenaza con consagrar un régimen autocrático. Habrá que ver qué hace el diputado nacional del MPN Osvaldo Llancafilo, que en esta edición de Va Con Firma reconoce tener un “vínculo cercano” con Figueroa y dice que a ese mamarracho reaccionario hay que “desmenuzarlo”.

Figueroa podrá alegar -y lo ha hecho- que no tiene representantes propios en el Congreso. Y ese es un buen argumento para eludir la confrontación abierta, aunque no sea del todo certero. Porque es un hecho que tanto el antiguo camarada Llancafilo, como la siempre difícil de catalogar Crexell Sapag si no reportan a Figueroa, al menos lo consultan y mantienen con él cierta armonía.

Es que, como advertimos alguna vez desde esta misma columna a poco de que Figueroa ganara las elecciones provinciales con su coalición multicolor, lo más probable no era que Figueroa volviera al partido provincial sino que éste (sus dirigentes) se encolumnara con Figueroa.

En lo hechos eso esto lo que ha venido ocurriendo. Reuniones de intendentes del MPN que se ponen a disposición del Gobernador y hasta un pedido expreso de estos para que el mandatario neuquino asuma la conducción del partido.

A todo eso Figueroa, consciente de que su fuerza propia, formada por un abanico multicolor de tendencias y partidos, depende de un delicado equilibrio, ha venido diciendo nones a todos los empalagosos requerimientos de sus ex compañeros.

Pero el MPN, sus dirigentes y quienes entre ellos desempeñan cargos electivos (que en mucho dependen del gobierno provincial), están haciendo lo posible y más para que “Rolando” tenga gobernabilidad. Además, es un secreto a voces, eso incluye también al propio líder del partido provincial, Jorge Sapag, que llevó las de perder pero seguramente piensa que algún mérito tendrá frente al hombre que alguna vez hizo vicegobernador. Sabiduría libanesa, dirá alguno.

En definitiva, por su manera de gobernar Figueroa sigue siendo un buen compañero y si no se volvió a poner la camiseta, tal vez no sea solamente porque no lo estima conveniente, sino porque en definitiva no hace mucha falta.

En el plano interno Figueroa tampoco ha buscado demasiado protagonismo mediático, lo que no quiere decir que no gestione. Por el contrario su gestión ha buscado diferenciarse de algunas de las miserias conocidas del MPN, como el clientelismo y cierta tendencia a hacer caja con los recursos del Estado. En ese plano el emprolijamiento de los planes sociales y el recorte de los gastos políticos, son buenos ejemplo.

También se advierte un gran esfuerzo en la forma en que viene llevando las finanzas provinciales frente a la coyuntura extremadamente difícil provocada por la codicia insaciable del establishment y su peón desbocado y cruel, Javier Milei.

El aumento de los aportes a la caja del ISSN, tanto como el hecho de haber derivado los recursos del Fondo Anticíclico al pago de la deuda, se anotan entre las decisiones sensatas.

Tanto como las becas o la forma que viene renegociando la pauta salarial de los estatales, muestran una conciencia de las necesidades populares que contrasta con el desmadre nacional. Allí también sigue habiendo Movimiento “Popular” Neuquino.

Es cierto que la mega devaluación amplió sus recursos económicos, pero Figueroa busca cubrir sus espaldas ante un estallido nacional que está a la vuelta de la esquina. Eso, a pesar de que algunos en el gremio docente parecen no haber comprendido todavía que el país vive una ofensiva a fondo contra los sectores populares, los jubilados, la clase media, los artistas y los científicos, que en Neuquén no se verifica sino más bien lo contrario.

En suma, nadie podría decir que en buena parte de sus actos no se comporta como un buen emepenista.

29/07/2016

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