-?
El título de este texto alude a una frase de Perón cuando advertía ante los atropellos de la oligarquía diciendo, cuidado que los pueblos cuando pierden la paciencia, pueden hacer sonar el escarmiento. Aunque pareciera que los sectores del privilegio lo han olvidado, sigo pensando que el aguante suele ser variable y su manifestación no tiene fecha cierta, pero el hambre y las necesidades esenciales insatisfechas son una ecuación que detona los límites de la inacción y la prudencia. Entonces la rebelión no espera.
Por otra parte, de qué cambio hablan. Ni los electores ni los elegidos que hablan de un cambio están dando muestras que acá no se vislumbra el cambio de nada. Los mismos dirigentes, las mismas medidas que se vienen repitiendo y se vuelven a anunciar como nuevas, desde el golpe de Estado de 1976 con la conducción de Martinez de Hoz. Ahora volvió uno que ya estaba, Caputo, y que el propio presidente electo dijo en su momento que se fumó 12 mil millones de dólares. Pero lo vuelven a poner en el mismo cargo desde el cual tuvo la oportunidad de fumarse semejante vagón de dinero. Lo que se dice un auténtico adicto.
En concreto los actores como protagonistas no cambian, son los mismos que en su momento decidieron una transferencia brutal sobre los asalariados beneficiando al sector empresario. Pasamos de un 50% para los asalariados del ingreso nacional y un 50% para los dueños del capital y estábamos bien. Hoy el desequilibrio marca una tendencia a favor del capital que parece insoslayable y mucho más brutalmente impuesto.
Otra medida: la liberación del precio de los productos de primera necesidad, alimentos por ejemplo, se observan incrementos de del 30 al 40%.
Los medicamentos ya vienen aumentando aun antes de la devaluación del peso en un promedio del 40%.
Liberar los precios en una economía casi hiperinflacionaria es suicida y solo será una medidas que dará un salto descomunal en los precios. No es excusa que con la liberación se busca la estabilidad, ¡mediante la recesión! El cementerio socioeconómico como solución.
De los salarios nadie dice una palabra. Dicen que en Israel en una época de gran inflación liberaron los precios, pero tuvieron la precaución de incrementar simultáneamente los salarios. Acá, no.
Este panorama no es nada alentador y no sabemos si a Milei esto le va a ir bien, pero si sabemos que seguramente a la población le va a ir mal. El apotegma: apoyemos para que al nuevo gobierno le vaya bien porque si le va bien al gobierno nos va a ir bien a todos. Será un apotegma que la realidad se encargará de desmentir inmediatamente.
Aumentar los alimentos cuando su precio actual ya es alto y casi inalcanzable, no harán más que consolidar esa posición a una altura fuera del alcance de la mayoría de la clase trabajadora. la que vive de un salario y también de vastos sectores de la clase media.
Cuidado porque el precio inalcanzable del pan genera, lo dice la historia, una rebelión popular que termina con cualquier gobierno. Con el precio del pan no se jode, sería la conclusión.
El nuevo gobierno comienza su gestión por dos lados absolutamente sensibles ya vividos por el pueblo argentino: los ingresos populares por el suelo y los precios de los alimentos por las alturas siderales. además lo hace para detener la inflación y caer en una recesión? Néstor Kirchner hubiera dicho oponiéndose a la medida, déjenos producir y trabajar y pagaremos lo que debemos. Los muertos no pagan ninguna deuda.
¿Ese era el cambio? Evidentemente no el que esperaban sus votantes. Es la repetición de lo que ya se hizo en múltiples oportunidades históricas: Dictadura del 76, Menem y De la Rúa en los 90, Macri y ahora Macri-Milei. Todos esos nos han mandado a sufrir.
La única esperanza será aquella que dice que ante tamaña injusticia el pueblo haga sonar el escarmiento.
Va con firma | 2016 | Todos los derechos reservados
Director: Héctor Mauriño |
Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite