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05/11/2023

El sangriento adiós a “un Orden Mundial Basado en Reglas”

El sangriento adiós a “un Orden Mundial  Basado en Reglas” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La jerga vacía de “un Orden Basado en Reglas” ha sido reemplazada por la vuelta a “Estados Unidos, la Nación Indispensable”.

Gustavo Crisafulli *

Al escribir esta nota transcurre el vigésimo quinto día del bombardeo israelí a Gaza y se han agotado los predicados para calificarlo. Castigo colectivo brutal, crimen de guerra, genocidio.

En la ciudad sitiada se cuentan al menos 8525 civiles asesinados, entre ellos 3542 niños y niñas y 29 periodistas, mientras que los heridos superan los 22 mil.

En los Territorios Ocupados, en Cisjordania y Jerusalén, la represión israelí ha producido hasta ahora 123 muertos, 1900 heridos y unos 2000 arrestos.

Llevamos 25 días de bombardeos indiscriminados en barrios, hospitales, escuelas, mezquitas y campos de refugiados. Llevamos 25 días sin electricidad, alimentos ni combustibles para 2.3 millones de personas.

El 28 de octubre Israel inició operaciones terrestres limitadas en el norte de la Franja de Gaza, sometida durante días a terribles bombardeos aéreos y de artillería. Es aparentemente el inicio de la invasión.

Netanyahu la llamó “la segunda guerra de Independencia”. Es bueno recordar que la primera, en 1948, significó la limpieza étnica de 750.000 palestinas y palestinos, expulsados de sus tierras y la destrucción de más de 500 aldeas agrícolas.

Desde entonces, Israel lleva 75 años operando al margen del derecho internacional.

Los gobiernos occidentales, sus medios y propagandistas se alinearon automáticamente con el Estado hebreo.

El presidente Joe Biden y la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von Der Leyden viajaron para apoyar personalmente a Netanyahu (a quien criticaban semanas atrás por sus políticas contra el poder judicial) seguidos luego por una fila de mandatarios europeos.

Toda opinión o análisis que contradiga los discursos oficiales es censurada y tildada de “antisemitismo”, en una manipulación aviesa y criminal de la memoria del Holocausto.

Francia, Alemania y Gran Bretaña, “paladines de la democracia”, han prohibido las manifestaciones en favor del pueblo palestino y el cese al fuego.

Manifestaciones que, de todos modos, se multiplican cotidianamente en decenas de ciudades del Viejo Continente y EE.UU. a las que se suman cada día más jóvenes y profesionales de fe judía, bajo el lema “No en mi nombre”.

Más allá de cómo y cuándo termine el ataque a Gaza, los ríos de sangre se han llevado a su tumba siniestra al “Orden Mundial Basado en Reglas”.

Ese mantra que los funcionarios de EE.UU., la OTAN y la Unión Europea repetían como loros en cada foro cada vez que, orwellianamente, rompían las normas internacionales, estableciendo sanciones y propiciando “cambios de régimen”.

Muchos decíamos hace tiempo que era un chiste para desprevenidos. Hoy confirmamos que fue la trágica pantalla para la destrucción de Irak, Afganistán, Libia, Siria, Ucrania y finalmente el genocidio en Palestina.

Mientras la mayoría abrumadora de naciones de Asia, África y América reclamaban el cese al fuego y el fin del intento de limpieza étnica, los EE.UU. vetaron cuatro veces los proyectos de resolución presentados en el Consejo de Seguridad de la ONU.

El 27 de octubre una reunión extraordinaria y urgente de la Asamblea General de Naciones Unidas votó la resolución propuesta por Jordania, llamando a “una inmediata y durable tregua” y demandando a todas las partes cumplir con la ley internacional humanitaria, con la provisión de bienes esenciales y servicios a la Franja de Gaza.

Obtuvo 125 votos positivos, 14 negativos (Estados Unidos, Israel, Austria, Croacia y Paraguay los más relevantes) y 45 abstenciones.

Rusia, China, Brasil y todo el Sur Global (con la notable abstención de India) votaron a favor y los miembros de la Unión Europea quedaron repartidos entre la negativa y la abstención, con las excepciones de España, Francia, Portugal, Bélgica, Irlanda y Eslovenia que lo hicieron a favor.

Una postal de un mundo profundamente dividido y un Occidente preso de los fantasmas del colonialismo y la guerra sin fin.

El 19 de octubre, desde el Salón Oval, el presidente estadounidense dio un discurso a la Nación, solicitando un paquete de ayuda financiera y militar de 60 mil millones de dólares para Ucrania y 14 mil millones para Israel.

El discurso de Biden, o de quién lo haya escrito, es un giro completo hacia el supremacismo imperial de los neoconsde principios del siglo.

La jerga vacía de “un Orden Basado en Reglas” ha sido reemplazada por la vuelta a “Estados Unidos, la Nación Indispensable”, la inolvidable frase de Madelaine Albright en una entrevista de la NBC el 19 de febrero de 1998.

Allí, Madelaine, la impulsora de la ampliación de la OTAN a Europa del Este, hablando de una nueva intervención contra Irak, afirmó: “porque si tenemos que usar la fuerza, es porque somos América, somos la nación indispensable. Estamos bien alto y vemos más lejos hacia el futuro que el resto de las naciones”.

Esta mirada mesiánica presidió el discurso de Biden el 19 de octubre: EE.UU. lidera el mundo y pondrá orden, su orden, mediante la fuerza, por sí o por sus estados vasallos.

El presidente colombiano Gustavo Petro enfocó sus consecuencias con absoluta claridad al decir:

Lo que el poder militar bárbaro del norte ha desencadenado sobre el pueblo palestino es la antesala de lo que desencadenará sobre todos los pueblos del sur cuando por la crisis climática quedemos sin agua; la antesala de lo que desencadenará sobre el éxodo de las gentes que por centenares de millones irán del sur al norte”.

Frente al abismo, un paso adelante.



(*) Historiador, ex rector de la Universidad Nacional del Comahue.
29/07/2016

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