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Columnistas
05/11/2023

Decime si exagero

Todo lo que está entre lo negro y lo blanco

Todo lo que está entre lo negro y lo blanco | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El fin de semana pasado terminó una nueva edición del Festival Audovisual de Neuquén y “Benvenuto”, el largometraje que cuenta la historia del cipoleño que fue uno de los mejores tatuadores del mundo, se llevó el premio al mejor documental. Entrevistamos a uno de sus directores.

Fernando Barraza

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Contar la vida de Cristian Benvenuto en una obra importante, de peso, era hasta hace un par de semanas un pendiente; deuda que vino a saldar el trío conformado por Gustavo Bustos, Lizzy Melo y Facundo Bastreri con el estreno de “Benvenuto”, el largometraje que terminó llevándose el premio al Mejor Documental en la reciente edición del FAN (Festival Audiovisual Neuquén). La del “Benve” es una historia con ribetes épicos, atractiva al cien por cien para ser bien narrada. Si hubiera que resumirla en un párrafo podría ser:

 

Joven del laburante Barrio 1200 Viviendas de Cipolletti se consagra en Europa como uno de los mejores tatuadores del planeta, arrasando con primeros premios en cuanta convención internacional se le presentara en el camino. En el recorrido, vive la vida de una manera plena, porque el arte que lo hace famoso parte precisamente de un estilo propio y no convencional, un arte que hay que cultivar. El joven lo hace y por donde va, forma comunidad, bandas musicales y deja una impronta de acción colectiva contestataria y empoderada que está vinculada enteramente a la expresión artística que para él lo es todo. Muere joven. Queda su laburo para la posteridad.

 

Para contar una historia de este tipo se puede recurrir -en principio- a dos recursos narrativos: supernaturalizar la figura de Cristian inflándola de meritocracia y otros condimentos siempre presentes en las narraciones estándar de las cadenas multinacionales de documentales biográficos, es decir: deificarlo. O, caso contrario, buscar la veta más íntima y genuina del hombre, la obra y su contexto para intentar entregarle a la audiencia un film que, respetando el propio estilo de sencillez y profundidad del protagonista, nos termine mostrando al artista y a la obra con genuino sentimiento y claridad narrativa. Demás está decir que Bustos, Melo y Bastreri se las arreglaron para que lo segundo se coma de un solo bocado a lo primero.

 

Para hacer una lectura crítica del film, partamos de esta base: “Benvenuto” es un largometraje que no le tiene miedo a los desbordes. Y eso está muy bien, porque cuenta la historia de una persona que se hizo famosa en las ligas grandes del arte del tattoo consolidando un estilo propio, que arrancaba de los desbordes, de la imaginería oscura, combativa y surreal de su propio espíritu, poética desbordada que -a fuerza de laburo- terminó convirtiendo en un legado “limpio” (en el sentido de la claridad con la que su obra permanecerá).

Y este -el vaivén del desborde- es un poco el camino que toma el film ganador del FAN, porque elige situarse en los momentos en los que a Benvenuto se lo pondera, pero no deja de lado las imperfecciones de su vivir, esas que todos y todas tenemos, pero que en Cristian se plasmaron en verdaderas obras de arte sobre los cuerpos, o también en canciones con “Puta Realidad”-su banda- en su paso por España, Alemania, Buenos Aires y su Patagonia, creando sentido de comunidad por donde iba. La hora y media en la que transcurre la película sirve para vivificar este espíritu, el de Cristian.

 

Perdido en el devenir del metraje, uno de los testimoniantes en el film utiliza una frase para definir el estilo de Cristian como tatuador, pero a la vez ese concepto sirve como ejemplo perfecto para dar cuenta de toda su poética, de la forma en la que Benvenuto entendía el mundo: él intentaba abarcar todo lo que hay entre lo negro y lo blanco, dice el testimoniante. Y eso es cierto, es una definición genial para un artista como Cristian.

Es cierto que hay un extra de atractivo en esta película para quienes vivimos en el Alto Valle de Neuquén y Río Negro, que es esa “pertenencia” para recordar o descubrir la localía de un ser especial, capaz de plasmar universos estéticos únicos habiendo salido de nuestros barrios. Sin embargo es probable que al film le vaya muy bien allí donde encuentre pantalla, por los motivos que fueron expresados más arriba, porque el equipo productor/guionista/director optó por explotar en escena todo lo que hay entre lo negro y el blanco más pleno para contar la historia de un personaje que -sin dudas- ya es parte de la historia cultural de nuestra región. Esta es una película que no discrimina: conmueve a quienes conocieron a Cristian, a quienes saben quien fue y a quienes van a descubrirlo mientras miran el film.

 

Para terminar de redondear detalles que sirvan a nuestros lectores sobre esta obra, conversamos detalles íntimos de su producción -tras la premiación del FAN- con Gustavo Bustos, uno de sus directores.

Va Con Firma: Comencemos por la factura del documental. Contanos cómo lo hicieron, cómo -por ejemplo- manejaron a nivel producción las locaciones internacionales, siendo que hay tomas de varios países.

El documental está realizado en un 97% de manera independiente, con dinero nuestro. En un principio trabajamos cubriendo eventos para juntar los fondos para viajar a Buenos Aires, y cuando surgió la posibilidad de entrevistar a Filip Leu en Suiza, en 2017, preparamos la producción del viaje a Europa, que también contaría con una estadía en Alemania para encontrarnos con los amigos, músicos compañeros de banda y lienzos de Cristian. Organicé un crowdfunding a través de la plataforma Indiegogo para recolectar sesenta mil pesos y cubrir los tickets aéreos míos, de Facundo Bastreri y de Lizzy Melo ¡Lamentablemente sólo recaudamos para comprar un disco rígido de 2 tera bites! Es en ese momento que pasamos los tres a ser productores del documental, bancando los viajes y la postproducción (edición de sonido, traducción del alemán, etcétera) que también contó con una suerte de financiamiento colectivo a través de facebook, en la cual las recompensas eran cedés y discos de vinilo que nos habían dado los alemanes para ese fin. Cabe destacar que la producción en Hamelin estuvo a cargo de Fritten, amigo de Cristian y bajista en Puta Realidad. Sin que se lo pidiéramos, se puso la diez y se encargó de contactar a todas las personas tatuadas por el Benve y de juntarlas en el Mad Club. Ralfi hizo su parte en Hockenheim. Las entrevistas a Giovanni Plancarte en México y de Martín Mon en Ibiza se realizaron aprovechando viajes personales de Facundo y Lizzy.

Va Con Firma: La película no es una cronología estricta ¿Cómo fueron armando el guion? ¿Qué cosas importaban como para que la película “funcione”?

En principio teníamos tres horas de guion sólo de entrevistas. La cosa estaba más para miniserie de seis capítulos que para largometraje. Fue todo un desafío empezar a recortar. La idea era que al principio se presentara rápidamente al personaje y luego se pasara a los inicios de su carrera que -hasta su fallecimiento- se desarrolló principalmente en Alemania. Pero este hecho no iba a ser el capítulo final del documental, porque importaba más poner el énfasis en su legado como artista. Teníamos varios ítems a tener en cuenta, sentíamos que todo era importante, su banda Puta Realidad, que se lleva 9 minutos de film, cuestiones técnicas en cuanto a su manera de tatuar y su estilo tan particular. La manera de relacionarse con sus clientes, su parte más humana. Por todo esto, que es un montón, es que fuimos armando el guion con Facundo. A veces quedaba el proyecto parado por meses, yo lo retomaba, armaba escenas nuevas, las corregíamos juntos y viceversa. Teníamos un guion en word hecho con las transcripciones de las entrevistas, usábamos ese y a veces sólo trabajábamos sobre el proyecto en Premier.

Va Con Firma: ¡Un auténtico rompecabezas! Vamos a algunas partes conceptuales importantes: ¿ustedes sienten que es cierto lo que dice Walter Meza en el film, que el Benve no fue profeta en su tierra?

Es que es como dice la frase completa: nadie es profeta en su tierra. Yo creo que en la cuestión del tattoo tanto en Cipolletti, como en Buenos Aires, por aquellos años estaba todo complicado. Creo que era muy difícil poder crecer artísticamente, menos con las ideas que él traía en su cabeza y que quería tatuar. Como dice Lucky Gold: no encontraba la gente que quisiera tatuarse esos diseños y menos en esos tamaños de espaldas o piernas completas. Por eso me parece que, como en el mito del gran pez, más pronto que tarde el estanque se le hizo chico y tuvo que emigrar. Es probable que acá no le hubiesen dado mucha bola; caso contrario de lo que pasó en Alemania, donde realmente lo amaron, lo adoraron, lo respetaron y lo consagraron.

 

Va Con Firma: El documental está lleno de momentos fuertes, emotivos. Contanos cuál es tu momento favorito del film...

Probablemente tenga dos momentos favoritos: uno es cuando abordamos su partida física a través de una anécdota contada por su papá en torno a una guitarra criolla que Cristian le regaló. El otro momento es el post fallecimiento, cuando las personas hablan del legado de Cristian, no sólo en lo artístico sino también en la actitud, en lo humano. Con el primer momento que te conté, descubrimos que la gente en el cine se ha conmovido tremendamente, hasta las lágrimas, y no solo ha tocado a sus familiares y amigos, sino que ha emocionado a personas que estaban enterándose en la sala quién era él. El segundo momento es sin dudas en el que se encuentra la declaración de principios de este documental, ahí es donde reconocemos una vieja escuela del tattoo en su obra, también a un artista que tenía una manera especial de hacer las cosas y que las cosas iban por otro lado totalmente diferente a lo que es la industria de hoy. En ese momento, implícita pero naturalmente, la película se convierte en un manifiesto.

Va Con Firma: Todas las personas que hablan de Cristian en el documental lo mencionan con respeto reverencial, pero además de manera muy amorosa ¿Pensás que ese aspecto de su personalidad irá pegado a su legado de aquí a futuro?

Cristian tenía una personalidad difícil también, no todo era color de rosa. Las personas entrevistadas han tenido vínculos de amistad, incluso algunos hablan de algo que no es amistad, pero si lo ratifican como un vínculo fuerte, algo que surge de dos personas que se encuentran y coinciden, ya sea que ambos estén pasando por un mal momento, alguna cuestión ideológica o incluso una artística. Muchas veces se da que el tatuador, a medida que van pasando las sesiones, va tomando un rol casi de psicólogo también. Y como dice Nik: todos los clientes de Cristian en Hamelin terminaron siendo sus amigos. Y todo ese amor es incareteable, y se nota en cada entrevista. Jamás fue nuestra intención deificar la imagen de Cristian, sino todo lo contrario, bajarlo del pedestal y mostrarles a un pibe de las 1200 que se rompió el lomo para llegar a ser uno de los mejores tatuadores del mundo, que experimentó, que inventó maneras de tatuar, que se quedaba dibujando todas las noches hasta las 5 de la mañana. Poco tuvo que ver la suerte aquí. Esa imagen que resulta más humana, más inspiradora, es la que quisimos trabajar. Esperamos sea esta la personalidad que finalmente gané a la hora de recordarlo. También cuando una obra tan bien valorada te respalda, hace más fácil que resalte lo mejor que se dio.

 

Va Con Firma: El documental arranca diciendo que su estilo muere con él, que es irrepetible ¿Consideras que está cerrado el asunto, que es imposible que alguien en cierta medida retome en el mundo del tattoo allí donde él dejó?

Seguramente será irrepetible, por las mismas cuestiones que solo hay un Goya, un Bosco o un H.R. Giger. Podremos imitar a la perfección sus técnicas, podremos copiarlo, saber cómo eran sus líneas, como hacer esos grises, como soldar esas agujas. De hecho él dio seminarios en vida y siempre compartió su conocimiento; pero lo que estaba en su mente, eso muere con él. La parte compositiva creo que siempre es irreemplazable y muere con cada artista. Obviamente puede dejar un legado, ser tendencia, ser objeto de estudio, ser un movimiento. En ese sentido pienso que las puertas están bien abiertas para que el estilo Rotten perdure en el tiempo, de hecho, hay varios tatuadores que lo admiraron y van por ese camino. Y quien retome donde él dejó, deberá estudiarlo muy bien y este documental le puede servir bastante.

Va Con Firma: Ultima: ¿qué aspiración o sueño concreto tienen para el documental, qué les gustaría que pase?

En este momento nos debatimos entre el streaming y los festivales. Nos fue bien en el FAN y ahora estamos muy manijas de mandar a más festivales y obvio... ¡ganar más premios! En principio siempre estuvo planteado para ver en cines, así que: es por ahí. De todas maneras, ya poder verlo en pantalla junto a la familia Benvenuto para nosotros es ya un gran sueño cumplido.

29/07/2016

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