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Columnistas
05/05/2016

Realidad Energética

Juanjo, el díscolo

Juanjo, el díscolo | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Algunas postales contradictorias entre las políticas energéticas de Juan José Aranguren y las económicas del gobierno de Cambiemos. En el programa Viento Sur, de Radio Nacional NQN.

Roberto Aguirre

Hay una situación bastante extraña que se está dando dentro del gobierno nacional, y es una política energética que, por momentos pareciera que colisionara con la política económica.

Desde luego que uno puede encontrar puntos en común en la visión, pero algunos episodios nos llevan a pensar que hay algunas cosas que, evidentemente o no están del todo estudiadas, o lisa y llanamente generan una tensión al interior del gabinete del macrismo.

Para poner algunos ejemplos, a cuatro días de haber asumido como presidente, Mauricio Macri anuncia la quita de retenciones al campo, no a todo los productos, sino a la gran mayoría. El estado deja de recaudar, hace un esfuerzo fiscal, para darle más competitividad a un sector que venía cuestionando esa falta de competitividad.

Resulta que la Sociedad Rural, nos informa que el aumento sostenido del 31% del combustible en lo que va del año, se comió ese beneficio fiscal de la quita de retenciones.

O sea, para pagar los 4.300 millones de litros de gasoil que consume el sector del agro en Argentina, tuvieron que desembolsar por este aumento, 1778 millones de dólares más de lo que estaban pagando el año anterior.

Resulta que el beneficio de la quita de retenciones representaba 1.300 millones de dólares. Es decir, ese esfuerzo fiscal que hizo el estado para mejorar la competitividad del sector, se lo terminó comiendo el aumento del gas oil. Lisa y llanamente. Primera gran contradicción.

Federico Sturzenegger está haciendo esfuerzos, según lo plantea él, para controlar la inflación, a través de una política de tasas altas, que también es discutible; de tasas del 37,38% en los Lebac, que también ha funcionado a modo de tasa de referencia.

La consecuencia de esa política es que aspira pesos, plancha la economía, genera que el tipo de cambio no se vaya más de lo deseado, y a su vez, digamos, ese planchazo de la economía busca frenar la inflación.

Esto es bien de manual de la ortodoxia económica; no emitimos, queremos frenar la inflación, ese es el mensaje.

Lo cierto es que mientras el gobierno plantea esta discusión en contra de la inflación, la suba de tarifas impactó de tal modo en el índice de precios, que para abril, el promedio de las consultoras privadas es de 7 puntos. No creo que haya habido una inflación de 7 puntos mensual, probablemente desde la primera gran devaluación de 2002, 2003, desde luego necesaria para salir de una crisis recesiva tremenda que heredó Argentina en el 2001. O sea, realmente hay muy pocos antecedentes. Se está hablando de 25% de inflación en el semestre. Estamos hablando de una aceleración importante de precios. Entonces, otra vez, el gobierno por un lado comunicando, y ejecutando una política que termina impactando fuerte en la suba de precios.

El tercer punto interesante es este concepto de fomentar el trabajo local, digo, en la economía en general, pero particularmente en el sector petrolero, a través de una política de incentivo. Tenemos un petróleo incentivado, tenemos un precio del gas más alto que en buena parte del planeta, en boca de pozo. Se interpreta como una política de gobierno que busca incentivar actividad, evitar despidos, etc. Pero en el último año hubo 3.200 puestos de trabajo que se perdieron del sector petrolero por distintas razones: retiros voluntarios, renuncias de personas que han decidido irse, despidos hormigas.

Pero se desprende de las estadísticas del Ministerio de Trabajo de la Nación, que de los 3200 despidos, 1.500 se dieron en los últimos 4 meses.

¿Qué está pasando con esta política de sostén del sector petrolero si tenemos esos despidos?

Otra postal, que habla en contra de esta idea, de pregonar la industria local. El diario El País, y el diario la Nación, publican sendos artículos donde hablan de personas que viven en ciudades de fronteras, que cruzan, por ejemplo a Paraguay o a Uruguay, a cargar nafta porque es más barata. Pero acá lo que se da como curiosidad, es que para poner un solo ejemplo, Paraguay, produce el 0,2% que produce Argentina. O sea, 500 veces menos el petróleo que consume Argentina. Y la nafta de Paraguay es más barata.

La última de las postales, es esta compra de gas a Chile que trascendió ayer, la primera compra de gas a Chile, otro país que no produce gas, produce ínfimas cantidades para el sur.

Chile es un importador neto de gas, la ventaja entre comillas que tiene Chile con respecto a nosotros, es que ellos tienen desarrollada mucha más infraestructura de regasificación, nosotros tenemos barcos alquilados, que implican un costo más alto, y además tienen contratos de más largo plazo, porque lógicamente, como dependen en su enorme mayoría del GNL, necesitan tener barcos y eso le genera un precio algo mejor.

Se intuía que el mejor acceso que tiene el mercado en Chile, podría mejorar un precio razonable para que uno importe. Pero resulta que el precio al que le estamos importando a Chile es de 6.9 dólares el millón de BTU, es un precio que supera en un dólar largo el precio que se va a pagar ahora en la cuenca después de un aumento del cien por ciento.

Es un precio que duplica al de Bolivia, es un precio que está ahí a la par, inclusive un poquito más alto que los últimos barcos que se importaron, contando el costo del barco puesto en el puerto, más la regasificación. Calcúlenle 4,5 dólares el barco. Ahora probablemente esté en 5, está muy atado al petróleo.

Pero 4,5 fue lo último que se importó, un dólar y medio de regasificación, son 6 dólares.

O sea, termina saliendo más barato comprar el barco en Dubái, que comprarlo en Chile.

Es cierto, este contrato es insignificativo, se compró muy poca cantidad de gas, pero no se entiende muy bien cuál es la intención del gobierno comprando gas en Chile, cuál es la idea de comprar gas a ese precio, cuando se puede obtener más barato de otros lados, incluido en el país.

Algunas pequeñas postales de la política energética que están colisionando, de algún modo, con las ideas centrales de la economía en este gobierno que recién arranca.

Escuchá el audio.

29/07/2016

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