El MPN siempre logró licuar las ideologías en las tierras del petróleo y del pehuén. El dogma de fe del “provincialismo”, la “neuquinidad” no sólo les da el diferencial de representación para ganar elecciones provinciales, sino y principalmente, soslayar la puja de distribución de la riqueza, y perdurar como “populares en lo político” y “neoliberales en lo económico”.

Mientras en el resto del país la política se debate entre dos proyectos políticos bien definidos, con matices dentro de cada uno de ellos, en Neuquén existe hoy una profundización del “todo es igual” con un cambalache de colectoras, donde los números reemplazaron los nombres de los partidos políticos y los intereses personales, las ideologías. “La Biblia y el calefón”, es una guía esclarecedora del merchandising de colectoras. El narcisismo de candidatos y candidatas, que representan las colectoras que acompañan a quienes se postulan a gobernador, se pavonean sin expresar ideas que las diferencien unas de otras. Lo único identitario del MPN pareciera ser la “licuación de ideologías” que se plasman en las candidaturas de Koopmann y Figueroa. En cuanto al peronismo es difícil identificarlo en el abanico electoral, y hasta me atrevería a decir que el propio kirchnerismo, espacio ideológico bien definido a nivel nacional, en la provincia cuesta encontrarlo en la oferta para el 16 de abril.

En cuanto a los espacios de la derecha, uno de ellos hace un aporte a la confusión general poniendo música a su campaña por una reconocida autora comunista (Violeta Parra), y el otro candidato a gobernador, que en un año pasó por dos partidos, lidera hoy un espacio neofascista, que paradójicamente se autopercibe “libertario”. Sin olvidar que la izquierda trotskista, haciendo su pequeño aporte a la confusión general, seguirá votando como la derecha en todos los cuerpos colegiados, en aras de “profundizar la contradicción capitalista”.

Como si fuera poco el revoltijo, iremos a votar con “la boleta única electrónica” instrumentada en una pantalla digital infernal, en la cual veremos decenas de figuritas minúsculas casi iguales, entre las cuales debiéramos hallar en unos segundos a nuestrxs elegidxs. Brújula, gps y lupa serán imprescindibles.

Finalmente, el domingo 16 de abril esta “licuadora única digital” completará la tarea de hacer papilla todas las ideologías, las tradiciones políticas y, posiblemente, los vínculos de representación de todos los ingredientes de esta elección. Por supuesto quedarán a salvo los intereses económicos, cual mano que oprime el botón.