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Nicolás Pertierra, economista jefe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) analizó el panorama de crecimiento económico para este año al que calificó como “mucho más moderado”.
Entre las causas planteó, por un lado, que “el consumo no tiene de dónde agarrarse si la cuestión distributiva no cambia”, y por el otro, el tema de la restricción externa, ya que “empieza a aparecer la cuestión de la disponibilidad de dólares para crecer”.
Pertierra aseguró en este diálogo con , que “parece difícil” aumentar exportaciones para mejorar la restricción externa, porque “el gobierno tenía un programa de incremento de las exportaciones basado en la explotación de productos primarios, hidrocarburíferos y de minería” que está “costando que se concrete”.
De acuerdo al último relevamiento del CESO, la inflación semanal del 28 de marzo al 4 de Abril fue de 0,7%, mientras que la inflación mensual de las últimas 4 semanas fue de 5,7%; con aumentos en productos de Perfumería del 7% y Limpieza del 6%, que replicaron las alzas que se vieron en Alimentos Frescos (6,7%) y Alimentos Secos (6,5%).
El economista planteó que hay “por el lado de los precios internacionales un impacto importante” pero indicó que como “Argentina ya viene con una inercia inflacionaria alta, en torno al 50%, es difícil discernir en este contexto tan volátil de los precios, cuánto es justificado de esos aumentos y cuánto no”.
Y remarcó que la principal herramienta “para incidir en el tema de los precios” internacionales son “las retenciones”, aunque aseguró que el gobierno “está bastante limitado porque hoy en día no cuenta con las facultades delegadas por el Congreso para administrarlas por su cuenta”.
Sobre el acuerdo del gobierno con la CGT y la Unión Industrial de adelantar paritarias, Pertierra indicó que es “como una rueda de auxilio pero que convalida un nivel de inflación alto” y definió que “cuando no se puede descontar por el lado de los precios es imprescindible que se responda por el lado de los ingresos”.
-¿Cuáles son los números de inflación de acuerdo a los últimas mediciones que realizaron desde el CESO?
-Lo que se registró, sobre todo durante el mes de marzo fue una aceleración importante en varios rubros de la canasta básica, prácticamente en todos, porque tanto en alimentos secos y frescos, pero también en rubros de perfumería y limpieza se registraron variaciones en torno al 6%, 7% mensual durante marzo y eso obviamente es de los registros más altos que tenemos.
-¿Cuáles son las principales causas de la suba?
-Si bien hay por el lado de los precios internacionales un impacto importante no solo en Argentina sino en todo el mundo, porque se están por romper récords de inflación en Alemania, Estados Unidos, Perú, en distintos países en simultáneo, si bien hay un efecto internacional, también como Argentina ya viene con una inercia inflacionaria alta, en torno al 50%, es difícil discernir en este contexto tan volátil de los precios, cuánto es justificado de esos aumentos y cuánto no.
-¿Cómo ve al gobierno? ¿Está usando las herramientas que tiene para frenar la inflación?
-Por el lado de las herramientas, la principal para incidir en el tema de los precios directamente, es usar mecanismos que desacoplen los precios internos de los internacionales; y ahí el principal instrumento son las retenciones, que generan ese efecto. Después puede haber otras medidas, hasta tipo de cambios diferenciales, por tipo de producto pero en términos de retenciones está bastante limitado porque hoy en día no cuenta con las facultades delegadas por el Congreso para administrar las retenciones por su cuenta. Esto estaba considerado en el Presupuesto que fue rechazado entonces hoy no tiene mucho margen por ese frente; así que tendría que buscar otros instrumentos. De hecho, por eso se trasladó tanto a precios el impacto internacional, porque lo que se tuvo que hacer fue más compensar por el lado de los ingresos que frenando los precios.
-¿Qué otras herramientas podría usar?
-Herramientas de administración más fuerte del comercio exterior, como se ha hablado, desde entidades u organismos que participen en la compra y liquidación de exportaciones, un poco de esta idea podía hacerse con Vicentin; pero más allá de hacerlo con o sin Vicentin, la idea de tener una participación en ese mercado se puede generar con otras instancias o con otros organismos y es válida, pero no parece estar en la agenda algo de estas características.
-¿Cómo ve los controles de precios por parte de la secretaria de Comercio Interior, en qué medida puede frenar los precios?
-Se puede tener un rol importante ahí, en justamente, tratar de discernir cuánto de estos aumentos que se ven se explican por el escenario internacional, por un aumento en los costos y cuánto constituye un incremento de los márgenes de ganancia; porque son escenarios muy distintos y ese es el rol de la secretaría de Comercio, tratar de contener los aumentos por ese lado. Pero me parece que si pensamos en un programa antiinflacionario, es una mochila que le queda grande a la secretaria de Comercio. De hecho, tenemos acuerdos de precios más ortodoxos, más heterodoxos, con distintas versiones desde 2014 y la secretaria de Comercio no viene dando respuesta con estrategias de negociación más duras, más blandas, más o menos confrontativas. Claramente no pasa solo por ahí cuando el proceso inflacionario está en todos los sectores, no solo en los sectores concentrados. Estamos hablando en términos económicos de un fenómeno de otras características que no tiene que ver solo con la concentración.
-¿De qué manera tendría que ser ese programa general antiinflacionario?
-Primero, tiene que ser general, entonces involucrar a mucho más actores y sectores en simultáneo, y cuando uno piensa en otros actores uno piensa hasta en insumos difundidos de la industria, metales, plásticos, vidrios, materiales de construcción, cemento, ladrillos, bioquímicos, farmacias, remedios. Como un programa que vaya a atacar todas esas cuestiones de precios en simultáneo y también meter elementos de la macroeconomía, de la tasa de interés, de los alquileres, que son dos factores que ya le ponen un piso a la inflación hacia adelante. Con una tasa de interés del 50% o 60% una empresa que se financia para hacer algún proyecto, entregar algún trabajo, va a tener que subir los precios un 50% 0 60% porque si no se le hace impagable ese crédito. En esas cuestiones de la macroeconomía también está incorporada la inercia inflacionaria hacia adelante.
-Hubo una reunión del gobierno con sectores de la CGT, la Unión Industrial, que terminó con un anunció de adelantamiento de paritarias, ¿Cómo analiza esa decisión?
-Veo como algo que aparece como una rueda de auxilio pero que convalida un nivel de inflación alto, cuando no se puede descontar por el lado de los precios es imprescindible que se responda por el lado de los ingresos, con paritarias, con actualización de los valores de los programas alimentarios, de los programas de asistencia social. Todo eso tiene que acompañar pero todo eso también convalida la inflación que vimos en los últimos meses. Hace que para conseguir una mejora en términos reales del poder adquisitivo, sin considerar el efecto de los precios, los incrementos nominales tienen que ser más altos, tanto en paritarias como en otros programas.
-¿Hubiera sido interesante anunciar un aumento por decreto o un bono para el sector público y privado?
-Eso tiene la virtud de tener un impacto distributivo más positivo, los aumentos por decreto, sobre todo cuando son de sumas fijas, porque es mucho más significativo el aumento para el que cobra 50 mil pesos, un aumento de, vamos a decir, 5 mil pesos; y por ahí el que cobra 200 mil pesos no le significa mucho pero tampoco lo necesita tanto. Por eso mejora la cuestión distributiva. Es una herramienta que se puede y se debe considerar en situaciones como ésta.
-¿Cómo ve la economía de acá a fin de año, con el crecimiento de los números macro pero sin generar redistribución?
-Claramente va a ser difícil mantener un ritmo de crecimiento tan alto como el que se venía teniendo el año pasado, primero que el crecimiento del año pasado fue mucho mejor que el esperado, porque terminó siendo del 10% cuando esperábamos un 6%, 7%. Y lo que si se va a sentir es que este año se va a crecer a un ritmo mucho más moderado, por un lado por esto que se está viendo, que el consumo no tiene de dónde agarrarse si la cuestión distributiva no cambia. Y segundo porque empieza a aparecer la cuestión de la disponibilidad de dólares para crecer, el típico problema que viene teniendo la Argentina hace casi una década.
-¿Hay medidas para resolver este tema?
-Es difícil pensar cómo se relaja esa restricción externa sin que aumenten las exportaciones, el gobierno tenía un programa de incremento de las exportaciones basado en la explotación de productos primarios, hidrocarburíferos y minería y demás; que está costando que se concrete. Por un lado en los hidrocarburos hay una combinación de limitaciones de la infraestructura con reclamos sociales. Y en minería la cuestión ambiental, social, política, justificada o no, como se quiera interpretar, lo concreto es que limitó ese programa que tenía pensado el gobierno de un boom de inversiones y de dólares basado en la explotación minera. Eso no se está dando, entonces de dónde van a crecer las exportaciones para adelante, parece difícil.
-¿Cómo va a influir la cuestión de las tarifas?
-Al margen del acuerdo con el fondo, está claro que hay espacio para mejorar en términos distributivos, cómo se asignan los subsidios, porque es evidente que podemos discutir el número, pero un 5% - 10% de los sectores de más altos ingresos por ahí no necesita el nivel de subsidios que tiene hoy y en cambio si necesita la base de la pirámide social un acompañamiento más fuerte. Ahí segmentar tarifas con la posibilidad de mejora distributiva que hay me parece algo evidente esté o no el fondo de por medio. De hecho lo que está en la letra del acuerdo con el fondo es una baja en las tarifas para el 90% de la población porque está previsto que para un 25% de la población se aumente un 20% las tarifas, para un 65% de segmento medio aumento entre un 40% y un 45%, con una inflación del 50% o 60%, eso es una baja en las tarifas, y ahí tenés al 90% de la población.
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