Algunos indicadores epidemiológicos neuquinos

La provincia de Neuquén, acompañando los indicadores nacionales, dejó de mostrar la reducción progresiva del número de casos nuevos que venía mostrando hasta principios de octubre. En efecto, desde la semana epidemiológica (SE) 42, es decir a partir de la segunda semana de octubre, el número de casos diarios se fue incrementando, saltando de un promedio diario de 71 casos en la SE-41 a 146 en la SE-42.

Los indicadores trazadores de la pandemia obviamente también aumentaron. La razón de casos 14-14 (número de casos confirmados acumulados en los últimos 14 días respecto de los casos confirmados de los catorce 14 días previos) fue para el 11/12 terminando la SE-42 1,39. La tasa de incidencia (casos confirmados acumulados de los últimos catorce 14 días por cien mil habitantes) trepó a 1,39 para esa misma fecha. Ambos indicadores en consecuencia, se ubican por encima del límite considerado de mayor riesgo desde hace dos semanas.

La evolución de la pandemia en lo referido a casos nuevos diarios se observa claramente en el gráfico que muestra cómo va apareciendo una nueva, aunque por ahora atenuada, ola en nuestra región.

Fuente: elaboración propia con datos suministrados por el Ministerio de Salud de Neuquén

El número de pacientes internados en UTI también fue en alza. Mientras que el 13/11 había solamente 10 pacientes internados en toda la provincia de Neuquén, en unidades de cuidados críticos, un mes después esa cifra es de 32 pacientes en UTI (220% de incremento).

Todo lo anterior confirma lo que vienen sosteniendo distintos actores que siguen la evolución de la pandemia, al advertir que la epidemia no terminó.

La variante ómicron y las vacunas

Como ya se ha difundido en distintos medios, los países europeos, varios que fueron protagonistas estelares de la primera ola y parecieron luego reaccionar aplicando medidas ejemplares para contener el flagelo, hoy sufren el embate de una nueva ola. Entre otros, dos factores resultan de preocupación.

Por un lado la aparición de una nueva variante, a la que la OMS denominó “ómicron” empleando la decimoquinta letra del alfabeto griego, en este caso salteándose otras letras de ese alfabeto para evitar confusiones o suspicacias. La pronunciación de la letra nuen inglés suena muy similar al sonido de new, o nuevo en español, y podría generar equívocos y la letra xiporque el fonema es muy similar al de algunos apellidos comunes en China, como Xi, el actual presidente de ese país, Xi Jinping.

Esta letra griega representa cambios de ese alfabeto. Ómicronhace evidente las adaptaciones que los griegos hubieron de hacer en el alfabeto fenicio para adaptar sus letras a la fonología griega. Además la letra, pasó de ser «o» a ser «ómicron» (en griego pequeña) para contrastar con «omega» (grande). Casualmente se designó con esta letra a una variante que presenta muchos cambios o mutaciones respecto de las llamadas variantes ancestrales.

En efecto,  el virólogo Flávio da Fonseca, profesor de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) en Brasil sostiene que esta nueva variante “trae una gran cantidad de mutaciones, algo sin precedentes… algunas de estas alteraciones genéticas ya las conocíamos, pues también aparecían en variantes anteriores y están relacionadas con el mayor potencial de propagación del virus, que se vuelve más infeccioso y se transmite más rápido". Otra observación importante es la aparente capacidad de ómicronpara convertirse en dominante, de hecho en Sudáfrica se convirtió en la variante más frecuente en los últimos días, incluso superando a la temida delta.Esto hace que resulte esperable que la tasa de transmisión de esta versión recién descubierta del coronavirus sea bastante alta y que se expanda al resto del mundo. Argentina es uno de los más de 40 países donde ya se detectó ómicron.

Es incierta todavía la capacidad de esta variante del virus para gambetear a la inmunidad recibida con las vacunas actuales o con infección previa de Covid-19. Aunque se sigue estudiando, pareciera que además de que el cuadro clínico es más leve y sin signos de afectación del sistema nervioso como la pérdida del gusto y el olfato, es menos peligrosa en personas vacunadas con esquema completo.

Y esta, justamente es la segunda preocupación en Europa, la epidemia de los NO vacunados. Sea por una postura dogmática anti-vacunas, sea por desconfianza o como respuesta a mensajes contradictorios, la realidad es que amplios sectores poblacionales europeos, de distintos niveles socio-económicos, no están aún vacunados y son población blanco al ser susceptibles de infectarse y a su vez de contagiar a otros.

La decisión de vacunarse implica una actitud de prevención personal, pero al mismo tiempo, una contribución a favor de consolidar un escudo comunitario de protección, por lo que vacunarse es también ser solidarios. Ese es un nivel de solidaridad que está al alcance de cada uno de nosotros, pero hay otro, quizás más importante aún, que es aquel que expresa la solidaridad de la comunidad internacional. En este sentido es dable consignar que en la medida que grandes bolsones poblacionales, como lo son en este momento muchos países africanos, no accedan a inmunizarse, se constituyen en escenarios propicios para la aparición de nuevas variantes del virus.

De ahí la relevancia de insistir sobre la importancia de vacunarse, convocando a persuadir a vecinos, amigos y familiares sobre la importancia de aprovechar este recurso seguro y eficaz para reducir el contagio, evitar las formas severas de la enfermedad y reducir la cantidad de muertes.

El autocuidado y el pase sanitario

Mientras la pandemia aún no se extingue sigue siendo importante sostener laspautas de autocuidado individual y comunitario aprendidas. El uso correcto del barbijo, inclusive al frecuentar a familiares no convivientes, el lavado frecuente de manos, la distancia de dos metros entre cuerpos evitando reuniones con personas con las que no convivimos y especialmente, la aglomeración de personas en espacios cerrados, sin correcta ventilación de los ambientes.

El pasado 10 de diciembre se publicó la Decisión Administrativa 1198/2021 que en su primer artículo reza: “Toda persona que haya cumplido los trece (13) años de edad y que asista a las actividades definidas como actividades de mayor riesgo epidemiológico y sanitario… deberá acreditar, a partir del 1° de enero de 2022, que posee un esquema de vacunación completo contra la COVID-19, aplicado al menos catorce (14) días antes de la asistencia a la actividad o evento, exhibiéndolo ante el requerimiento de personal público o privado designado para su constatación, y al momento previo de acceder a la entrada del evento o actividad”.

Las actividades consideradas de mayor riesgo epidemiológico son:

1. Los viajes grupales de egresados y egresadas, de estudiantes, jubilados y jubiladas, o similares.
2. Las actividades en discotecas, locales bailables o similares que se realicen en espacios cerrados.
3. Las actividades en salones de fiestas para bailes, bailes o similares que se realicen en espacios cerrados.
4. Eventos masivos organizados de más de mil (1.000) personas que se realicen en espacios abiertos, cerrados o al aire libre.

En el artículo 2° se determina que la forma de acreditar lo anterior será a través de una aplicación (“Cuidar”) que podrá descargarse en forma gratuita de las tiendas de aplicaciones oficiales para equipos de telefonía móvil.

El pase sanitario no es la única herramienta para detener la pandemia, pero en el actual contexto, donde contamos con vacunas suficientes para avanzar en favor de la protección comunitaria y la forma de contagio sigue siendo la transmisión de persona a persona a través de las gotitas de saliva, exigir la vacunación aparece como una estrategia válida para persuadir a quienes quieren concurrir a lugares de asistencia masiva a vacunarse ejerciendo esa actitud solidaria que expresamos antes. Lejos de interpretarse como una medida que coarta derechos personales, entendemos que debe ser entendida en el marco de la ética colectiva que jerarquiza el bien del conjunto antes que el deseo individual.

Entendemos que es posible avanzar en la recuperación plena de la vida que queremos, si perseveramos en los cuidados y especialmente si contribuimos para ampliar los niveles de cobertura de vacunación de la comunidad, incluidos niños, niñas y adolescentes.