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Columnistas
24/07/2021

Cuba: bloqueo, problemas estructurales y el desafío de renovarse

Cuba: bloqueo, problemas estructurales y el desafío de renovarse | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Las agresiones de EE.UU. contra la isla desde los inicios de la revolución son una realidad cuantificable. También disimularon falencias propias, agravadas por la caída de la URSS antes y por la pandemia ahora. La nueva generación dirigente tiene en sus manos el destino del proceso revolucionario.

Leandro Etchichury *

En agosto de 1994 Fidel Castro tomó la decisión de salir y enfrentar, cara a cara, a buena parte de quienes habían salido a las calles a protestar por la crítica situación que vivía Cuba a pocos años de la caída de la Unión Soviética.

Escasez de alimentos, medicinas e insumos, y apagones eléctricos de muchas horas, desataron los que algunos llamaron el “maleconazo”. Las protestas estuvieron precedidas por noticias emitidas desde Miami estimulando la emigración ilegal; violaciones del espacio aéreo cubano por parte de la organización Hermanos al Rescate; un atentado contra el hotel Guitart-Cayo Coco; el asesinato del suboficial de la Policía Nacional Revolucionaria, Gabriel Lamoth Caballero; saqueos y enfrentamientos. Para quienes gusten del cine, algo de lo aquí brevemente narrado lo podrán apreciar en la película La Red Avispa (2020).

Eran los tiempos del “Período Especial” y no eran pocos los que creían que los días de la Revolución estaban contados.

Han pasado casi treinta años desde aquellos hechos, Fidel Castro falleció, su hermano Raúl dio un paso al costado y una nueva generación tomó el relevo en 2018, cuando desde la Casa Blanca Donald Trump decidió atacarlos cancelando las políticas de apertura iniciadas por su antecesor Barack Obama, el 17 de diciembre de 2014, y lanzando 242 medidas querecargaron el bloqueo. El nuevo presidente Joe Biden, de momento, no se muestra entusiasmado por volver a las estrategias de su predecesor demócrata, del cual fuera vicepresidente.

Así estaban las cosas cuando en el 2020 les llegó, como a todos, la pandemia. A los problemas estructurales de la economía cubana -que son reconocidos dentro de la isla tanto por académicos como por funcionarios-, se sumó la escasez de insumos medicinales y las divisas. El derrame del turismo internacional y las remesas familiares, si bien no se esparcen a toda la sociedad, sí lo hacen a un sector que le permitió dar cierto dinamismo a la economía cotidiana. Hay quienes estiman que, entre remesas y turismo, Cuba contaba anualmente con unos 6 mil millones de dólares, cifra mayor que la suma de los principales rubros de exportación, como el níquel, tabaco, el azúcar y sus derivados, y biotecnología (The Havana Consulting Group & Tech).

El bloqueo económico

Cuba lleva ganadas 28 votaciones en el seno de las Naciones Unidas, condenando el bloqueo económico al que la somete Estados Unidos, desde que en 1992 la Asamblea General empezó a votar anualmente sobre la cuestión. La última, ocurrida en junio de este año, obtuvo el repudio de 184 naciones, contra el apoyo sólo de Estados Unidos e Israel, y tres abstenciones (Colombia, Brasil y Ucrania). Como destacó la propia Naciones Unidas en un comunicado de prensa, Colombia y Brasil fracturaron por segunda vez la posición unánime de apoyo a Cuba de los países de América Latina y el Caribe. En noviembre de 2019, Colombia se había abstenido y Brasil votó en contra.

Seguramente el embargo, o bloqueo -como lo han definido los cubanos-, no explique la totalidad de las falencias que sufre la economía, pero sí una buena parte. El esquema sancionatorio se fue armando a partir de julio de 1960 a través de una cantidad de normativas que buscaron ahogar económicamente al gobierno revolucionario tras la confiscación de bienes estadounidenses, siendo la más conocida la Ley Helms-Burton, aprobada en el año 1996 por el Gobierno de Bill Clinton.

Para la economista de la Universidad de Columbia, Susan Kaufman Purcell, quien estudio los efectos del embargo, la Helms-Burton, bautizada como The Cuban Liberty Act, “enumeró sanciones contra los gobiernos, compañías y personas que ‘traficaran’ con propiedades estadounidenses expropiadas en Cuba”. "Existe evidencia circunstancial de que la Helms-Burton fue responsable de que disminuyera el número de empresas extranjeras en Cuba. Entre 1988 y 2000 se crearon 530 de tales empresas; pero, hacia finales de 2000, 130 de ellas ya habían desaparecido. Aproximadamente el 70% de estas se disolvieron después de que la iniciativa Helms-Burton fue promulgada como ley". (Purcell, Susan Kaufman, and Lorena Murillo S. “La Ley Helms-Burton y El Embargo Estadounidense Contra Cuba”).

Fueron numerosos los países de desarrollo grande y mediano que se manifestaron molestos con esa normativa, ya que pretende aplicar una ley estadounidense a países soberanos, pero pocos intentaron desafiarla. Ello provoca problemas de financiamiento, seguros, y por lo tanto comerciales y de inversión.

Un informe elaborado por la organización internacional humanitaria Oxfam, presentado recientemente, señala que en los 60 años de bloqueo las personas más afectadas han sido las de mayor vulnerabilidad social, las mujeres, las niñas y los niños, las personas adultas mayores, las diversidades y las personas en situación de discapacidad. La Relatora Especial sobre las Repercusiones Negativas de las Medidas Coercitivas Unilaterales en el Disfrute de los Derechos Humanos de la ONU, Alena Douhan, destacó la imposibilidad de recurrir al servicio de Zoom para oficiar reuniones virtuales y seminarios referidos a temas educativos y de formación del personal médico, como también poner en práctica servicios de telemedicina. Asimismo, Oxfam señala en dicho informe que Cuba vio bloqueada la posibilidad de acceder a insumos básicos para atender la pandemia de Covid-19.

Douhan también denunció el “carácter extraterritorial del bloqueo”, el cual les impidió a entidades bancarias suizas realizar transferencias monetarias a Cuba, lo que imposibilitó la colaboración de MediCuba-Suiza y la asociación Suiza-Cuba con entidades médicas cubanas. El Informe de la Relatora Especial de la ONU denunció las amenazas del Gobierno estadounidense a otros países para que rechazaran la ayuda humanitaria cubana. Desde el inicio de la pandemia a nivel global, Estados Unidos se centró en denigrar al Contingente Médico de Emergencia Henry Reeve de Cuba, un equipo especialmente capacitado y equipado que responde a desastres y epidemias mundiales. A pesar de esta situación, el contingente Henry Reeve ganó mucho más en visibilidad y reconocimiento durante 2020. Autoridades de varias naciones, sobre todo latinoamericanas y caribeñas, aunque también europeas, como Italia, el territorio francés de ultramar de Martinica y también Andorra, solicitaron asistencia médica cubana para enfrentar la pandemia” (Oxfam, 2021).

Ante el panorama impuesto por la potencia americana, deficiencias internas y la consecuente ralentización del sector productivo, en 2010 Cuba decidió, con idas y vueltas, potenciar al sector no estatal de la economía. Y a comienzos de este año 2021, el gobierno anunció unas 2 mil nuevas actividades abiertas al sector.

En 2018, el empleo privado pasó a representar el 32% de la fuerza laboral cubana. El sector privado llegó a gestionar más habitaciones turísticas que los grupos empresariales españoles Meliá e Iberostar juntos. Buena parte de estos emprendimientos fueron financiados con las remesas recibidas del exterior. “Una encuesta realizada en la isla por Cuba Standard Business Confidence Survey en el año 2020 mostró que más del 60 % de los emprendedores y las emprendedoras consideraba que los daños causados por la pandemia a sus negocios en el último año eran equivalentes a las consecuencias del bloqueo norteamericano” (Oxfam 2021). Pandemia mediante, Cuba recibió la visita de sólo 1 millón de turistas frente a los poco más de 4 millones de 2019, que ya habían representado una leve caída respecto a años anteriores. El golpe ocasionado por el avance del Covid-19 recuerda en la población las épocas posteriores a la caída de la URSS.

“A precios corrientes, los daños acumulados durante casi seis décadas de aplicación de esta política ascienden a 144 mil 413.4 millones de dólares. Tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, el bloqueo ha provocado perjuicios cuantificables por más de un billón 98 mil 8 millones de dólares” señaló el gobierno cubano ante Naciones Unidas en su informe 2020. Allí mismo se indica que, entre abril de 2019 y marzo de 2020, la Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC) de los Estados Unidos, impuso 12 penalidades a entidades estadounidenses y de terceros países por violar las Regulaciones para el Control de Activos Cubanos. El monto de estas penalidades superó los 2.403.985.125 dólares.

El descenso de la actividad económica en 2020 fue de un 11,1%, con caídas en la producción de níquel y azúcar. A ello se sumó la eliminación de la doble moneda, suba de salarios, pero también de servicios y bienes básicos que despertó un movimiento inflacionario que, como suele suceder, afectó de manera preocupante la economía doméstica.

La congresista norteamericana de ascendencia puertorriqueña Alexandria Ocasio-Cortez, definió recientemente al embargo como “la contribución de Estados Unidos al sufrimiento de Cuba”. Y si bien tuvo críticas para con el gobierno de la isla, remarcó que “es absurdamente cruel, y como muchas otras políticas estadounidenses dirigidas a los latinoamericanos, la crueldad es el punto. Rechazo rotundamente la defensa del embargo por parte de la administración Biden. Nunca es aceptable que usemos la crueldad como un punto de influencia contra la gente de todos los días”.

Plantar cara al futuro

Como lo hizo Fidel en el 94, el actual presidente Miguel Díaz-Canel, fiel a su pensamiento sobre los deberes de un cuadro militante, viajó a San Antonio de los Baños -foco de las protestas- a dar la cara y el debate. Días después. en un discurso ante una manifestación de apoyo en una zona céntrica de La Habana, afirmó que “mañana deberán contarse muchas historias personales de la reacción popular al ataque y al acoso, de cuánto han tenido que contenerse las fuerzas del orden por el cuidado que se les exige para evitar excesos; pero que nadie se equivoque: la mayoría del pueblo, del mismo pueblo agobiado e irritado por las carencias que nos demanda mejor gestión de Gobierno, pide también que se ponga coto a la violencia”.

Desde otras fuentes cercanas al gobierno se señaló también la instrumentación de operaciones de “guerra no convencional”. El diario oficial Granma denunció que "por oleadas se producen los intentos de denegación de servicios a los medios de comunicación e instituciones cubanas con presencia en internet". El portal Cubadebate, por su parte, informó sobre una embestida contra su plataforma, señalando que entre el jueves y viernes posterior a las protestas se registraron 3,5 millones de ataques (ANSA Latina).

Hay quienes gustaron de comparar lo sucedido en Cuba con las manifestaciones de descontento que tuvieron lugar en estos últimos tiempos en distintos países de América del Sur. Es cierto que de entre quienes han levantado su voz de protesta se encuentran sectores empobrecidos, juveniles y de la cultura que no se han sentido escuchados en sus demandas, pero Cuba tiene una realidad propia, inconmensurable con las de sus vecinos, y que como dijeron los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Argentina, Alberto Fernández, tendrá que resolver sin intervenciones extranjeras. Pero lo que tal vez sus dirigentes tengan en común con los del resto de América Latina, en este momento de incertidumbre, es la urgencia de tomar medidas que permitan vislumbrar una llama de esperanza en el futuro de nuestras empobrecidas sociedades. Sobre todo, en los jóvenes. Cuentan con una ventaja. El “sálvese quien pueda” nunca fue una opción en la política cubana. El espíritu de la revolución de 1959 no puede haber muerto, y su renovación seguramente deberá venir por el lado de la ampliación de los espacios de participación social. Lo dijo Fidel en la Universidad de La Habana en 2015: "Esta revolución no la pueden destruir ellos, pero sí nuestros defectos y nuestras desigualdades".



(*) Antropólogo y miembro del Observatorio de Pensamiento Estratégico para la Integración Regional (Opeir).
29/07/2016

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