Columnistas
14/09/2020

Covid-19

La maratón de las vacunas

La maratón de las vacunas | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

En un mundo donde el capitalismo es ordenador social y distribuidor de la acumulación, muchos países y empresas corren para conseguir la forma de mitigar el daño. Argentina apuesta a participar en más de un frente. A pesar de los avances la prioridad sigue siendo cuidarse, y cuidar a las personas con más riesgo.

Daniel Esteban Manoukian *

Hace pocos días un grupo de epidemiólogos italianos compartía una comunicación donde sostenían que para esta pandemia la posibilidad de sobrevida de aquellos que se infecten con el SARS-COV2 es mayor que para quienes debieron soportar la nueva enfermedad hace cuatro o cinco meses. La razón estriba en el hecho de que hoy sabemos algo más de esta enfermedad, aunque el apotegma que habría pronunciado el filósofo griego Sócrates cuatro siglos A.C. en aquello de que “solo sé que no sé nada” sigue vigente como una muestra de necesaria humildad ante la incertidumbre.

Es cierto que el incesante avance de la investigación aplicada al diagnóstico y tratamiento de la Covid-19 ha permitido contar con elementos claves para intervenir en forma más oportuna y eficaz para reducir la letalidad por esta causa. Es así como ahora sabemos que conviene monitorizar de cerca el nivel de oxígeno en la sangre para empezar a corregirlo bastante antes de que la persona sienta la pérdida de aire, pero que no alcanza solo con proporcionar oxígeno a los pacientes con dificultad respiratoria, sino que además hay que administrarles anticoagulantes para evitar la formación de pequeños coágulos en los pulmones. En agosto de 2020 ya se han descartado algunos medicamentos que parecían prometedores como la hidroxicloroquina, se encontraron que algunos ayudan a reducir parcialmente la estancia en terapia intensiva como el remdesivir, y que los tradicionales y leales corticoides como la dexametasona son efectivos para atenuar la temida tormenta de citoquinas que atenta contra el virus pero también contra el huésped.

Los terapistas saben que colocar a los pacientes en posición prona (boca abajo) ayuda a los pacientes graves con Covid-19, y hace pocos días un grupo de científicos israelíes descubrieron que la alpha defensin producida por los glóbulos blancos de la sangre, puede causar los micro coágulos en los vasos sanguíneos de los pulmones, lo cual puede evitarse utilizando otra vieja conocida, la colchicina, utilizada durante muchos años para los ataques de gota. En Córdoba se ha utilizado con buenos resultados el ibuprofeno por vía inhalatoria, y el uso de plasma de pacientes recuperados de Covid-19 en fase de experimentación sigue acumulando evidencia favorable.

Pero, si bien se ha avanzado en el uso de algunas medidas de soporte vital esenciales para que el propio paciente, con su dotación de defensas supere la infección, aún no hay absoluta certeza respecto de un medicamento o intervención que se muestre como óptimo para yugular la infección. 

En parte por esa razón, y en gran medida porque “siempre es mejor prevenir que curar”, desde el debut de la Covid-19 se desencadenó una frenética carrera por encontrar una vacuna que inoculada a las personas, especialmente a aquellas a las que el virus elige para dañar más, prevenga de la enfermedad.

La Maratón es la clásica carrera de resistencia. Es una disciplina olímpica de 42 km de distancia, donde el atleta debe administrar muy bien sus energías para completar el trayecto. La búsqueda de la vacuna contra el coronavirus que tiene en vilo a la humanidad desde hace ocho meses, parece tan larga como una maratón, pero se asemeja mucho más, si la comparamos con otras vacunas, a una carrera de velocidad como la de 100 metros llanos. En ambas pruebas los corredores deben seguir la misma ruta, en cambio en el caso de la vacuna para combatir la Covid-19 el camino elegido por los corredores para llegar a la meta, no ha sido el mismo y los tiempos son sensiblemente menores que los habituales para otras vacunas. 

Era de esperar que un mundo que reconoce al capitalismo como modelo de ordenamiento social y distribuidor de la acumulación, se preocupara por la aparición de un problema de salud de alcance global, que no sólo puso en vilo la economía planetaria, sino que amenaza con socavar los cimientos mismos del modelo. Por esa razón no ha de sorprender que tantos países, emprendieran esta carrera por conseguir una llave capaz de mitigar el daño. Hay en este momento muchos países, con desarrollos privados, otros públicos, en muchos casos con asociaciones mixtas y de más de un laboratorio y/o universidades, buscando una vacuna que resulte al mismo tiempo segura, efectiva y con resultados perdurables en el tiempo. Actualmente hay más de 160 proyectos de investigación en esta vacuna, en distintos momentos de desarrollo (ref:1)

Fases de desarrollo de una vacuna

Fase preclínica: busca resultados experimentales sobre la eficacia y tolerancia en animales para luego investigar en seres humanos. Los estudios preclínicos usan sistemas de cultivos de tejidos o cultivos de células y pruebas en animales, que pueden ser ratones o monos, para evaluar la seguridad de la vacuna candidata y su capacidad para desencadenar una respuesta inmunológica, es decir la capacidad del organismo de defenderse con medios propios (anticuerpos) a esa infección.

  • Fase I: prueba la vacuna en un pequeño número de seres humanos, en general 50 a 100 adultos sanos, con el objetivo de evaluar inicialmente su seguridad y sus efectos biológicos, incluida la inmunogenicidad. Esta fase puede incluir estudios de dosis y vías de administración. 
  • Fase II: prueba una vacuna que fue considerada segura en la Fase I y que necesita un grupo más grande de humanos, generalmente entre 200 a 1.000 para monitorear seguridad y también los ensayos que determinaran la eficacia de la vacuna. Las metas de las pruebas de fase II son estudiar la vacuna candidata en cuanto a su seguridad, capacidad imunógena, dosis propuestas y método de administración.
  • Fase III: Tiene como objetivo evaluar de forma más completa la seguridad y la eficacia en la prevención de las enfermedades e involucran una mayor cantidad de voluntarios (más de 1.000) que participan en un estudio multicéntrico (en distintos lugares, preferiblemente distintos países) adecuadamente controlado. Las pruebas de fase III son aleatorias y a “doble ciego”, esto quiere decir que ni el que aplica la vacuna ni quien la recibe sabe si se utilizó la vacuna en estudio o un placebo que puede ser una solución salina, una vacuna para otra enfermedad o alguna otra sustancia. En general es el paso anterior a la aprobación de una vacuna.
  • Fase IV: Son los estudios que ocurren después de la aprobación de una vacuna en uno o varios países. Estos estudios tienen como objetivo evaluar como la vacuna funciona en el “mundo real”. En general son los estudios de efectividad y también siguen monitoreando los eventos adversos. En este caso es de suma importancia, porque evalúa la vacuna en grupos de riesgo, por ejemplo personas con otras enfermedades, que son los primeros en los que se busca protección específica (ref:2) (ref:3)

     

Vacunas actualmente en estudio

La carrera por la vacuna que tiene un final todavía abierto, devino en una contienda de posicionamiento geo-político donde el juego de los países es muy distinto de acuerdo a su capacidad económica y de desarrollo en ciencia y tecnología. En este sentido, pareciera que Argentina, consciente de sus limitaciones, apuesta a participar en más de un frente, sabiendo que no todas las vacunas son iguales, y que aunque persiguen el mismo objetivo, las que hasta aquí llevan la delantera despliegan estrategias biotecnológicas muy distintas.

1- Vacuna a virus inactivados. Se obtienen fracciones del virus mediante la inactivación del germen por medios físicos como el calor o químicos. Esas fracciones despiertan una respuesta inmunitaria del organismo capaz de responder contra el virus en caso de entrar en contacto con el individuo. La respuesta inmunitaria es menos intensa y duradera que en el caso de las vacunas a vivas como la de sarampión, paperas o rubeola, y es de tipo humoral, es decir de producción de anticuerpos (ref:4)

. Vacunas de este tipo son la de polio inactivada (actualmente reemplazó a la tradicional Sabin), hepatitis A, rabia o la de influenza. Ejemplo de este tipo de vacunas son las que desarrolla la empresa estatal china Sinopharm, que realizó ensayos de Fase III en Emiratos Árabes Unidos y practicarían en la Argentina en asociación con los laboratorios Elea; es una vacuna que se aplicará en dos dosis y será producida en base al virus inactivado. La misma técnica utiliza otro emprendimiento chino, del consorcio Sinovac. Se apunta como desventaja de este tipo de vacunas que requiere manejar grandes cantidades de patógenos, por lo que implica fuertes normas de bioseguridad. 

2- Vacuna con ARN mensajero. En este caso lo que se inocula en la persona es una porción de material genético del virus para que desarrolle en el organismo la proteína del virus “Spike”. Esa proteína es la parte del virus que le permite anclarse a las células humanas, para luego penetrarlas, replicarse (multiplicarse) y generar daño a gran escala. La vacuna que desarrolla Pfizer-BioNTech y que en Argentina se está aplicando en Fase III en el Hospital Militar Central y la del laboratorio norteamericano Moderna, son de este tipo. La ventaja principal es que es fácilmente escalable, porque ese material genético es muy fácil de sintetizar en masa, pero se advierte el riesgo de que sería la primera vacuna que funciona de esta manera, introduciendo material genético, con lo cual se desconocen efectos a largo plazo, por ejemplo relacionados con otras respuestas que involucren al sistema inmunitario de la persona receptora.

3- Vacuna con virus vectores. Se trata de vacunas que utilizan virus que producen afecciones menores en otros animales como el chimpancé. A ese virus, que no provoca enfermedad en los humanos (virus no replicante), se lo modifica para que, como un caballo de Troya, transporte la proteína “Spike”. En contacto con el sistema de defensas del individuo, el organismo desarrolla anticuerpos para neutralizar al virus. La vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford en asociación con Astra-Zeneca es de este grupo. Argentina producirá el principio activo de esta vacuna en el laboratorio mAbxience y México la envasará a gran escala para proveer a toda América latina a excepción de Brasil. Otra vacuna que sigue este principio es la Sputnik V presentada por Rusia, que estaría en Fase II de experimentación y tiene la particularidad de que utiliza dos vectores virales en dos dosis sucesivas. Otra es la impulsada por CanSino Biologics de China, actualmente en Fase III y que en Argentina se asociaría con el Laboratorio Cassará para envasar y distribuir.

4- Partículas similares a virus (VLPs, del inglés virus-like particle). En este caso lo que se inocula en la persona es una partícula obtenida mediante ingeniería genética. Se trata de la proteína de superficie del SARS-CoV-2 que el virus emplea para unirse a los receptores ACE2 de las células pulmonares. Se busca que al introducir esa proteína que no provoca la enfermedad, el organismo desarrolle una respuesta inmunitaria que permita rechazar al virus. En Argentina hay dos estudios en fase preclínica con esta técnica en la Universidad Nacional del Litoral y en la de San Martín, en ambos casos con acompañamiento del Conicet. Serían vacunas bioseguras porque en los procedimientos para su producción no se emplean virus, como es el caso de otras opciones, lo cual siempre entraña riesgos de infección. 

Algunas de las vacunas para Covid-19 en desarrollo


Fuente: elaboración propia a partir de fuentes secundarias consultadas 

 

Patentes y precios de las vacunas

A mediados del siglo XX el virólogo norteamericano Jonas Salk, cuando se le preguntó por la patente de la vacuna contra la polio recién inventada, dijo: “¿acaso se puede patentar el sol?”  Ni él, ni el polaco Albert Sabin, creadores de dos vacunas distintas para combatir la polio, lucraron con sus descubrimientos. Pareciera sin embargo, que el capitalismo del siglo XXI no da lugar a esas posturas y pese a los intentos por constituir a la vacuna contra la Covid-19 como un “bien público global”, el precio de las vacunas será una cuestión que los distintos países deberán considerar, especialmente aquellos como Argentina que no categorizan como países pobres, pero que aún no cuentan con desarrollo propio de este bien.

En este sentido, los precios (como se muestra en la síntesis expuesta en el cuadro adjunto) muestran un abanico significativo. Mientras se desconoce el precio estimado de comercialización de algunas (chinas, rusa, cubana), las de otros orígenes fluctúan entre 2,8 dólares hasta 37 dólares por dosis. Además es probable que uno sea el precio durante la pandemia y otro después, más allá de que se desconoce actualmente si no deberá ser modificada en años sucesivos y cuántas dosis se requerirá para producir inmunidad duradera. Por esta razón, que Argentina desarrolle su propia vacuna deviene en una cuestión de soberanía sanitaria.

Y en el mientras tanto… 

Como se expresó, más allá de que el avance en vacunas contra el Covid-19 permite vislumbrar un horizonte alentador, como lo es que Argentina, por distintos caminos, avance en conquistar grados crecientes de soberanía sanitaria en este tema.

Sin embargo, debe advertirse que estamos lejos de disponer de la vacuna. En el mejor de los casos la tendremos en no menos de 6 meses y en principio solo para los grupos poblacionales de mayor riesgo. Por otra parte sería muy arriesgado apostar todo a la vacuna porque aún no hay evidencia concluyente sobre la efectividad y la perdurabilidad de la protección que las vacunas podrían aportar, como tampoco de los efectos adversos a corto y mediano plazo.

Por esa razón, insistir en las medidas de autocuidado y especialmente en el riguroso cuidado de las personas con más riesgo de ser afectadas severamente por la Covid-19, deberá seguir siendo una prioridad sanitaria que debemos asumir como conjunto social y no solo delegarla en los equipos de salud.

 


 

1 -  La Nación. Vacunas contra el Covid-19: siete respuestas que vas a querer conocer. Entrevista al Dr. Tomás Orduna, publicado el 31 de agosto de 2020.

2 -  Organización Panamericana de la Salud (2020). Covid-19. Fases de desarrollo de una vacuna.

3 -  GSK – GlaxoSmithKline (2020). Fases del desarrollo clínico.

4 -  Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez (2020). XIV° Curso a distancia “Actualización en inmunizaciones”. Buenos Aires, Argentina.



(*) CUESEB (Centro Universitario de Estudios Sobre Salud Economía y Bienestar - Universidad Nacional del Comahue) y Centro de Estudios de la Sociedad de Medicina Rural de Neuquén.
29/07/2016

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