Columnistas
16/08/2020

La pelea por el Banco Interamericano de Desarrollo

La pelea por el Banco Interamericano de Desarrollo | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.
Trump junto al ultraconservador Claver-Carone, su candidato para presidir el BID.

Ante el embate de EE.UU. para quedarse con la presidencia del BID, Argentina, Chile, México y la Unión Europea salieron a dar la discusión. Plantean diferir al año próximo la elección prevista para septiembre. Intentan revertir la circunstancial mayoría estadounidense para imponer a su candidato.

Leandro Etchichury *

"Estamos viendo un esfuerzo minoritario liderado por la Argentina para poder obstaculizar la elección porque no han podido o querido presentar una visión competitiva. (,,,) Cuatro países han buscado postergar la elección a pesar de haber votado el 9 de julio una resolución para se lleven a cabo. Lo único que ha cambiado desde entonces hasta ahora es que nuestra candidatura se ha ganado el apoyo de la mayoría de la región". Con estas palabras, el candidato de Donald Trump para la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, salió a recalentar la campaña el pasado martes, tras las declaraciones públicas de México, Argentina, Chile, Costa Rica y la Unión Europea en el sentido de postergar la elección del titular de dicho banco para el 2021.  

La pelea por la conducción del BID trajo una bocanada de aire fresco cuando los gobiernos de México y Chile decidieron oponerse a las pretensiones del mandatario estadounidense de cargarse la presidencia del citado organismo de fomento. Como señaláramos desde Va Con Firma en un artículo del pasado mes de julio, Trump había decidido romper con un acuerdo no escrito que reservaba la presidencia del BID a un país latinoamericano, postulando para los próximos cinco años al ultraconservador Claver-Carone, actual encargado de asuntos latinoamericanos y del Caribe en la Casa Blanca.

El 7 de este mes, el gobierno mexicano, a través de su secretaría (equivalente a ministerio) de Hacienda, informó que se sumaba a la postura planteada por la Unión Europea, Argentina y –para sorpresa de varios- también Chile, de postergar la decisión para marzo del año próximo cuando, entre otras cosas, ya esté decidido quién gobernará en los Estados Unidos por los próximos cuatro años.

“La elección del presidente de @el_BID es de suma importancia para nuestra región. Lamentablemente, derivado de las restricciones por la pandemia del #Covid19, las últimas dos asambleas de gobernadores (representantes de cada país miembro del banco), responsabilidad que recae en los ministros de Finanzas, se han pospuesto. Esto ha impedido que los gobernadores hayan tenido la oportunidad de dialogar sobre la presidencia de @el_BID. El día de ayer, Chile planteó la pertinencia de posponer la fecha de elección del presidente, hasta que los gobernadores puedan volver a reunirse presencialmente. (…) #Hacienda coincide en posponer la elección de presidente de este organismo, hasta que haya condiciones para ello, sobre todo para dialogar y definir el papel que tiene esta institución ante los desafíos sociales y económicos que plantea la coyuntura del #Covid19”, señalaron con una seguidilla de tuits desde le mencionada secretaría mexicana conducida por el economista Arturo Herrera. 

De esta manera, se estaría evitando que la potencia americana pueda obtener el quórum del 75% necesario para dar validez a la votación, el próximo mes de septiembre.

El BID fue creado en 1959, siendo la principal institución financiera regional, con un capital de poco más de 100.000 millones de dólares, préstamos aprobados en 2018 por 13.500 millones, y está integrado por 48 países, divididos en 22 denominados “no prestatarios” (es decir que no pueden recibir financiación, pero si participan como proveedores de bienes y servicios de los proyectos financiados), entre los que se encuentran Estados Unidos,17 países europeos, Canadá, Japón, China y Corea del Sur; y por otro lado 26 miembros “prestatarios” de América Latina y el Caribe, a excepción de Cuba. Para la Asamblea del organismo, Estados Unidos concentra el 30% de los votos, Argentina el 11,3%, Brasil lo mismo, México el 7,3%, y los países que integran la Unión Europea (UE) el 9,3%. Ese porcentaje está en relación al capital aportado.

Un día antes que México, el gobierno chileno también había anunciado su postura de posponer la votación, acompañando un pedido en el mismo sentido realizado desde la UE. “La región está siendo particularmente afectada” y “hay que evitar tensiones por factores externos al Banco para que este pueda volcar toda su energía a la reactivación de la región”, anunció el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Andrés Allamand, ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. "También constatamos que hay una tradición que preservar. Desde su origen, el BID ha funcionado con la lógica de un presidente latinoamericano y un vicepresidente estadounidense. Y nosotros no vemos razón para cambiarla”, añadió el canciller del país trasandino.

Ya el 30 de julio, el alto representante para la Política Exterior y Seguridad Común de la UE, el español Josep Borrell, había enviado una carta a todos los gobiernos europeos que participan del BID, en la que se señalaba que “desde su fundación en 1959, el BID ha sido dirigido por un presidente latinoamericano y un vicepresidente propuesto por los Estados Unidos. Esta fue la visión de los presidentes Eisenhower y Kennedy, quienes acordaron la necesidad de fortalecer la identidad latinoamericana del Banco. (…) Creemos que cambiar este modelo es una política de largo alcance que solo puede ser el resultado de una reflexión tranquila”, expresó Borrell. 

Tal como señalan algunos analistas, esta movida europea estaría relacionada con el desequilibrio en favor de los EE.UU. en el reparto de poder en los grandes organismos financieros internacionales, de los que también forman parte el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), donde se reparten las principales sillas de manera salomónica.

Desde la “Mesa de Reflexión Latinoamericana. Declaración sobre el futuro del BID”, conformada por un “grupo amplio y plural de personalidades de América Latina y el Caribe”, ya habían llamado a postergar la elección, "a fin de dedicar los próximos meses a definir estrategias y prioridades, tras lo cual concordemos de manera consensuada quien estará a la cabeza de la institución. Esta oportunidad debería servir también para confirmar formalmente que un ciudadano latinoamericano o caribeño debe ejercer la Presidencia de la institución". Entre los firmantes, se encuentran por Argentina: el ex canciller Rafael Bielsa, el senador Martín Lousteau, el ex ministro de Economía José Luis Machinea, la ex canciller Susana Malcorra; por Brasil: los ex cancilleres Celso Amorim y Celso Lafer, el ex ministro de Hacienda Rubens Ricúpero; por Chile: la senadora Isabel Allende Busi, los ex cancilleres José Insulza y Mariano Fernández Amunátegui, y el ex ministro de Defensa José Goñi; por Perú: los ex cancilleres Eduardo Ferrero Costa, Eda Rivas y Rafael Roncagliolo; por Colombia: la ex canciller María Angela Holguín; entre otras personalidades de nuestro continente. Se sumaron así, al rechazo manifestado en el mes de junio por los ex presidentes latinoamericanos Fernando Enrique Cardoso (Brasil), Ricardo Lagos (Chile), Julio María Sanguinetti (Uruguay), Juan Manuel Santos (Colombia) y Ernesto Zedillo (México).

¿Quién es Mauricio Claver-Carone? 

Se trata del director de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional, designado por Donald Trump. Nacido en Miami, de ascendencia cubana, Mauricio Claver-Carone fue Director Ejecutivo interino de EE.UU. ante el Fondo Monetario Internacional, “un abogado conocido en Washington por su defensa del embargo al régimen cubano y sus críticas a los abusos del castrismo y la política de apertura hacia La Habana”, según Radio Televisión Martí, un medio que trabaja contra el gobierno de Cuba desde territorio estadounidense. Venezuela es otro de los blancos para sus dardos.

Claver-Carone tampoco es una figura simpática para el gobierno argentino. Previo encuentro en México, estuvo presente para la asunción de Alberto Fernández en diciembre del año pasado, como enviado especial de Trump. Allí montó un miniescándalo, molesto por la presencia del ministro de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, y del ex presidente ecuatoriano Rafael Correa. "Jorge Rodríguez y Maduro no le traen ningún beneficio a la Argentina, Evo Morales no le traen ningún beneficio a la Argentina. Rafael Correa no le trae ningún beneficio a la Argentina. Son cuestiones al revés. Le quitan beneficio a la Argentina”, le dijo, por entonces, Claver-Carone al diario Clarín.

A finales de julio, volvió a aparecer en el escenario local cuando se dio a conocer un video, tomado de un foro virtual con el Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales, en el que el funcionario de Trump reconoce que el préstamo del FMI por 57.000 millones de dólares, otorgado al gobierno de un Mauricio Macri que naufragaba en su propia impericia, fue decidido por presión de la administración estadounidense para apoyarlo en su intento por mantener la presidencia de la Argentina. “Yo tenía a los europeos enfrente de mí, cuando quisimos impulsar e impulsamos el programa de asistencia más grande en la historia del Fondo Monetario Internacional para ayudar a la Argentina en su momento de crisis, fueron los europeos que estaban peleados contra nosotros, porque no querían ayudar a la Argentina, porque no les interesaba el Hemisferio Occidental”, afirmó en esa ocasión. Lo que Claver-Carone dejó en claro fue que tamaño préstamo no tuvo por destino el desarrollo de un país, sino una campaña electoral.

Sus últimas declaraciones, mencionadas al comienzo de esta nota, representan una escalada retórica al colocar a los países que piden la postergación en la posición de “secuestrar” el proceso electivo. Quien salió a contestarle de manera categórica fue el canciller chileno Allamand, destacando que "las agresivas declaraciones del señor Claver-Carone confirman que su elección sería muy inadecuada. El BID debe seguir siendo un organismo técnico alejado de toda controversia política. El BID debe unir y cohesionar a la región y no dividir artificialmente a los países miembros". 

Así las cosas, desde el entorno del candidato demócrata a la presidencia de los EE.UU., Joe Biden, se le transmitió al periodista Andrés Oppenheimer que “el nominado de Trump para el BID es como la mayoría de sus nombramientos: demasiado ideológico, poco calificado y buscando un nuevo trabajo después de noviembre”. 

"La figura de Claver-Carone no es cuestionada desde el punto de visto técnico, es cuestionada desde el punto de vista político, porque expresa el ala más dura de la ideologización de la política de Estados Unidos de su mirada hacia América", dijo en julio el canciller Felipe Solá, en una conferencia de prensa con corresponsales de medios extranjeros en Buenos Aires.

Tanto la reacción de los gobiernos de Chile y México, como la de los ex presidentes y ex funcionarios latinoamericanos de variado color ideológico y partidario, en defensa de una política común latinoamericana, son una buena noticia. Transformar a nuestra región en un actor global con intereses propios es un activo. Que esos intereses pretendan un desarrollo con inclusión social es el desafío. Mientras tanto, las aspiraciones del secretario de Asuntos Estratégicos en la Casa Rosada, Gustavo Béliz, de acceder a la titularidad del BID, parecen mantenerse vigentes. Esta jugada no está exenta de riesgo para el país, en particular si Trump logra ser reelecto, ya que Argentina tiene pendiente una renegociación con el FMI por la deuda que nos legó el “mejor equipo de los últimos 50 años”.  



(*) Antropólogo y miembro del Observatorio de Pensamiento Estratégico para la Integración Regional (Opeir).
29/07/2016

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