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28/07/2020

Eva Perón en las cartas de los neuquinos

Eva Perón en las cartas de los neuquinos | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Entre 1947 y 1952 desde estas tierras la escribían a Eva, reflejo de una nueva relación estatal con los sectores populares. Destacaban su bondad, nobleza, cariño, generosidad, humildad. Le pedían atender situaciones individuales y familiares pero estaba presente un imaginario de “nación” y “argentinidad”.

Gabriel Rafart *

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Se cumplió un nuevo aniversario de la muerte de Eva Duarte. Hace algo más de siete décadas los habitantes del entonces territorio de Neuquén entablaron un vínculo con Eva. Ello nunca estuvo en Neuquén. Su contacto más cercano a este espacio fue un viaje junto a Perón a Bariloche en abril de 1950. A pesar de todo, quienes vivían en el espacio neuquino entablaron un vínculo con Eva. Lo hicieron a través de numerosas cartas escritas entre los años 1947 y 1952. Muchas de esas cartas estaban dirigidas al matrimonio presidencial. Ambos fueron destinatarios de un caudal de reconocimientos, expresiones, sentidos, emociones y, sobre todo de demandas de justicia distributiva. También de igualdad de trato. Este es parte de los materiales con que se construyó el primer peronismo y la memoria alrededor de Eva Duarte y de Juan Perón. Los dos fortalecieron situaciones carismáticas especiales. 

Los “neuquinos” le hablaron a Eva Duarte con sus cartas. El lenguaje utilizado no siempre fue protocolar, en general fue coloquial, parte de una conversación, amigable: “y aquí viene lo interesante señora Evita…”, para luego seguir con la problemática del peticionante. Ciertamente, con Eva impera un trato de confianza. Entre ella y quien le escribe todo resulta muy cercano, están convencidos que conoce de antemano de qué trata el pedido a realizar. Eva lo sabe todo y por ende cuenta con una empatía natural. Por ello en las notas provenientes de pobladores neuquinos, igual a lo que ocurre con los que vienen del resto del país, Eva Duarte es “Evita”, la compañera, la esposa, la madre. Hay cartas, a veces muy cortas en extensión y pobres en su narrativa, en las que aparecen todas esas figuras a la vez. 

Los encabezados también dicen mucho de esa relación de proximidad y sin duda, sentimental: “querida y respetable señora Evita”; “querida dama de la esperanza”, “distinguida señora”, “madre de todos los necesitados”, “madre de los pobres”, “protectora de las madres argentinas”, etc. No cabe duda que las cualidades que se enuncian van más allá de su condición de dirigente política. Se destacan entre otros atributos la bondad, nobleza, cariño, generosidad, humildad. Pocas refieren al universo de la estética personal. A veces aparece una Eva sobrenatural, una maga para los humildes, un hada de los necesitados. Una de esas correspondencias decía “sabrá llevar el bálsamo de su barita mágica”. Igual que un ser dotado por “su exquisita inteligencia, su visión y su cariño por los seres que viven en esta tierra y principalmente por todos aquellos que sufren”. En Eva Perón “hay bondad, ya sabida por todos nosotros”. Y cuando se procura un mayor acercamiento político, es la descamisada esposa del presidente Perón. Los varones hablan como un mecánico de Zapala que se dirige a Eva como “primera dama Argentina”.

Que el habitante necesitado de estas tierras enviara una carta privada destinada a Eva Duarte o a su fundación era, junto a otros dispositivos, parte de la construcción de un nuevo modelo estatal de relacionamiento con los sectores populares. El contenido de cada carta era un átomo en el universo que conformó tanto el “Estado Benefactor peronista” como la relación carismática.  Esas demandas funcionaron como una importante fuente de información para el gobierno con el propósito de conocer el estado en que se encuentra la población, así como también el grado en que sus autoridades son aceptadas como interlocutores. También para calibrar la capacidad de respuesta de la autoridad política. 

El mayor número de cartas a Eva fueron enviadas por pobladores residentes del interior del territorio. Algunas, muy escuetas. Otras con un desarrollo argumentativo muy extenso, dando cuenta de abundante información personal. Se recurre en ocasiones a las líneas discursivas del propio Perón o Eva Duarte, en un ejercicio de paráfrasis. Están aquellas que se confeccionan en la sede de los juzgados de paz u oficinas de enrolamiento para obtener el certificado de nacimiento con el propósito de continuar diversos trámites de orden civil, también el empadronamiento o cuestiones de la seguridad social, son cuantiosas las cartas que buscan exponer un drama personal o familiar.

En general, las misivas eran para la atención de situaciones individuales y familiares, como el otorgamiento de una beca para completar estudios primarios o secundarios, para la obtención de una pensión o que para lograr un trabajo. También estaban los pedidos de una residencia permanente para la familia que no cuenta con un lugar donde morar o ha sido desalojada. La cuestión de salud está en muchas cartas, desde el traslado a un centro hospitalario de Bahía Blanca o Buenos Aires a la obtención de medicamentos destinados a la atención de un familiar enfermo. También, la posibilidad de obtener alguna ayuda monetaria o de carácter diplomática con el fin de lograr que un familiar pueda arribar al país desde la distante Italia o algún país del Medio Oriente.

El perfil de mujeres que le escriben a Eva nos habla de mayormente de mujeres madres y abuelas, con escasa o nula instrucción. ¿Qué quieren las mujeres que escriben sus notas? En su mayor parte exigen que se cumpla con lo que se ofrece a un descamisado genérico. Procuran la igualdad de acceso a condiciones que ya estarían dadas a los varones. En general, estas mujeres cuentan de manera sintética su larga historia de sacrificio como madres y trabajadoras, y por lo tanto son merecedoras del mismo bienestar que se ha otorgado a los hombres obreros. Son mujeres que hablan desde “este lejano rincón de la patria”, sentenciándose que “los que vivimos por aquí somos argentinos”. Sin duda los temas que hacen a un imaginario de “nación” y “argentinidad” están muy presentes en el horizonte de ideas con que el primer peronismo logró hacer avanzar su legitimidad política y social en las áreas de frontera del país.



(*) Historiador, autor del Libro “El MPN y los otros”
29/07/2016

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