El concejal Luis Durán, del Frente Neuquino, afirmó que en la explotación de hidrocarburos no convencionales como los de Vaca Muerta “necesitamos controles muy especiales, y la provincia nunca los ha tenido”, y aseguró también que “no hay voluntad política del gobierno de Neuquén para llevar adelante un control de todo el medio ambiente en la actividad petrolera”.

El representante municipal, quien es ingeniero en petróleo, puntualizó que llevamos “unos 13.000 pozos perforados desde que se inició la explotación petrolera en la cuenca neuquina” hace más de 100 años, y para que “Vaca Muerta se desarrolle necesitan unos 50.000 pozos perforados”. Remarcó que eso “es mucho para una provincia”.

También señaló que hace unos cuatro o cinco años, ya “se hablaba de entre 5.000 y 6.000 millones de dólares de pasivos ambientales” en dicha cuenca. Respecto del agua que requiere la explotación no convencional, Durán planteó que “el problema está en qué pasa después con esa agua, que se denomina ‘agua de purga’ y generalmente se la reinyecta después en formación”.

En diálogo con , el integrante del Concejo Deliberante de la ciudad de Neuquén también señaló que para las perforaciones mediante fracking “se pueden utilizar otros fluidos, anhídrido carbónico o gas” por ejemplo, pero el problema está en que a las empresas “les tiene que cerrar la ecuación económica”.

-¿Cuál es su opinión sobre los controles ambientales en Vaca Muerta?

-Este nuevo paradigma, el de los hidrocarburos no convencionales, ha llegado en un momento que si bien desde el punto económico para la provincia puede resultar beneficioso, también esto requiere de muchos cuidados, sobre todo del tema ambiental. Nosotros más o menos debemos andar en 13.000 pozos perforados desde que se inició la explotación petrolera en la cuenca neuquina. Desde hace más de 100 años, hemos acumulado unos 13.000 pozos. Y recordemos para que Vaca Muerta se desarrolle necesita unos 50.000 pozos perforados. Eso, las estadísticas de hace pocos años. Quizá la tecnología en el tiempo nos permita con los pozos horizontales, disminuir un poco, pero estamos hablando de 50.000 pozos. Es mucho para una provincia.

-¿La provincia tiene la estructura para hacer los controles?

-Ese es el gran problema que tenemos. Nosotros tenemos la explotación petrolera en medio de valles, de ríos, en ciudades. Necesitamos controles muy especiales, y la provincia nunca los ha tenido. Es muy simple esto. Ya desde el año 1999 hay un estudio donde el gobierno provincial encaró a través de un organismo de la ONU. Daba que en aquel entonces había cerca de 1.000 millones de pasivos ambientales de la explotación petrolera. Sobre todo el más abundante, el de mayor monto que detectó aquel organismo internacional, era en la zona de la confluencia. Hace cuatro o cinco años ya se hablaba, porque estos son todos temas que han llegado a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se hablaba de entre 5.000 y 6.000 millones de dólares de pasivos ambientales que tenemos en la cuenca. Es decir, sin ir muy lejos, el último informe, el “informe Mosconi” que se dio a conocer cuando se fue Repsol del país, este informe era muy duro porque no se estaba invirtiendo en el medio ambiente. Todos esos pasivos ambientales están quedando, porque si hablamos de pasivos ambientales estamos hablando de recursos que hay que poner en los yacimientos para mantener las cañerías en condiciones, todos los sistemas de seguridad en todos lados, pero principalmente reforzar los controles cerca del río.

-¿Eso significa que la provincia recibe regalías pero le quedan los pasivos ambientales?

-En primer lugar tenemos que decir que a la Provincia no le interesa. Esto lo dijo un ex secretario de Medio Ambiente del gobierno anterior, Ricardo Esquivel, él decía que habían quedado 700 piletas mal tapadas. Bueno: eso es un pasivo ambiental, pero de eso no se habló nunca más. No hay información de esto, y acá todos hablamos del medio ambiente, que nos gusta el medio ambiente, del cuidado del medio ambiente, pero todo eso cuesta dinero. Entonces, cada dólar o peso que no se envía al cuidado del medio ambiente, eso va a parar a la ecuación económica y se transforma en utilidad de las empresas. Para eso necesitamos una autoridad de aplicación que realmente le interese controlar esto. Fíjense que se le ha bajado el rango a subsecretaría, por lo tanto eso nos da una señal de que no hay interés. Y la normativa que sacaron hace tres o cuatro años, el decreto de la explotación no convencional, es un decreto en donde nosotros propusimos algo, porque no era un decreto para cuidar el medio ambiente. Doy un ejemplo: la explotación no convencional, debido a que la fractura se hace a otra escala, necesita muchos más número de químicos. En Estados Unidos se llegó a detectar más de 1000 químicos entre lo que hay que meterle al pozo para la fractura y lo que viene de abajo, de la formación. Químicos muy peligrosos para la salud, para el medio ambiente. Resulta que en nuestra legislación, más la legislación de Nación, solamente se identifican y se controlan 24 químicos. Es decir que estamos muy alejados y no hay voluntad política del gobierno de la provincia del Neuquén para llevar adelante un control de todo el medio ambiente en la actividad petrolera.

-En algún momento habían planteado la preocupación por el agua que requiere el fracking.

-Acá se está hablando de inversiones para llevar conductos al campo para almacenar el agua. Eso vendría bien porque reemplazaríamos a estos camiones que invaden la ruta, porque para estos pozos, para este tipo de fractura, se necesitan varios litros de agua. El problema está en qué pasa después con esa agua. Esa es una agua que se denomina agua de purga y generalmente esa agua se la reinyecta después en formación. Lo que habría que hacer es un gran estudio para ver a qué formaciones se la está reinyectando. Hay que ver si esas formaciones están selladas, que no puedan migrar para otro lado, y cómo están las cañerías de esos pozos inyectores. Es toda información que el gobierno no la da. Cuando hemos pedido informes desde la Legislatura, hemos detectado todos los controles de los derrames en Rincón de los Sauces, y los controles eran muy débiles, la información que manejaba la provincia era muy débil. En otras palabras, no se quiere controlar el medio ambiente de acuerdo a la problemática del fracking.

-¿Puede haber fracking sin impactar el ambiente?

-Se pueden utilizar otros fluidos, anhídrido carbónico, con gas. El problema está en que les tiene que cerrar la ecuación económica. En el mundo se está estudiando el uso de fluidos más benignos hacia el medio ambiente. Hoy son muy agresivos. Hoy los químicos que utilizan con el fracking, incluso en el decreto que sacó la provincia, no habla de dar a conocer los químicos, es decir la lista de químicos que tiene cada empresa que realiza la fractura. Eso también lo deberíamos tener. Ellos lo que aducen es que está el secreto de la industria. Entonces no se sabe, no sé si lo sabe la provincia, pero las empresas tampoco dan esos datos. En el mundo se está trabajando para ir a la utilización de fluidos más benignos. Puede ser el que mencionaba, el anhídrido carbónico, pero eso requiere de tiempo y requiere poner tecnología que realmente responda. Porque no nos olvidemos que allá abajo, con el agua de fractura podríamos cometer el error de hacer una fractura con un fluido y en vez de obtener hidrocarburos, se hincha la formación como ya ha ocurrido, y se echan a perder los yacimientos. Por eso se va muy lento y se usan los fluidos de acuerdo a la ecuación económica, se usa lo que se tiene más a mano y lo más económico. Esto es lo mismo que con las minas de oro. ¿Se puede hacer minería sin usar ácido sulfúrico? Ocurre que es más caro.