Durante 2018, Vaca Muerta surfeó con comodidad las olas de la tempestuosa economía nacional, gracias al viento de cola de los precios subsidiados del gas -para las empresas- y las altas tarifas -que pagan los ajustados bolsillos de los usuarios-, y una recuperación del barril de petróleo a nivel internacional. 

Pero "pasaron cosas” y el año cierra con reglas de juego cambiadas que ponen en suspenso las inversiones para 2019. 

En el negocio del petróleo, las retenciones a las exportaciones dispuestas por el gobierno nacional generaron una fuerte corriente de rechazo entre las productoras, que en un contexto de derrumbe del precio internacional, -el cual alcanzó esta semana el valor más bajo en más de un año-, ya empiezan a revisar sus planes en Vaca Muerta. 

Si bien el shale oil no se vende al exterior, los derechos de exportación funcionan como un techo a la hora de calcular el valor del barril en el mercado interno. Las refinadoras compran el petróleo fijando un precio equivalente al valor de exportación, teniendo como referencia el Brent del Mar del Norte, al cual se le restan los cuatro pesos por dólar que se aplicaría si se vendiera al exterior, más descuentos por transporte, lo que deja al crudo de Vaca Muerta en tono a los 45 dólares el barril. Las compañías que recién inician con los desarrollos de petróleo no convencional necesitan un barril en torno a los 60 dólares para que el negocio sea rentable.

Las productoras pretenden que el valor de referencia para cotizar su petróleo sea la paridad de importación, es decir lo que cuesta el Brent más el flete, lo cual llevaría al barril local cerca de los 60 dólares. Por eso reclaman al gobierno la eliminación de las retenciones a la exportación, o al menos su modificación, bajo la advertencia de que ralentizarán las inversiones en Vaca Muerta. 

Por otro lado, el segundo gran tema en discusión son los subsidios a la producción de gas no convencional, que serán recortados en 2019, en el marco del ajuste fiscal impuesto por el FMI, y que será impiadoso.

La preocupación es tal que el gobernador Omar Gutiérrez le exigió al gobierno nacional la aprobación de todos los proyectos de las operadoras que buscan acceder los beneficios de la resolución 46. Neuquén ya dio el visto bueno a 17 proyectos, pero hasta ahora solo fueron aprobados seis.

“Debemos decir que el gobierno se encuentra dialogando, pero hay que cerrar este tema para darles previsibilidad a las inversiones y generar el desarrollo de las áreas no trabajadas hasta el momento”, dijo días atrás en conferencia de prensa. Y aseguró que los recursos para pagar los subsidios están garantizados por el presupuesto nacional y por un fideicomiso creado a tal fin. 

Sin embargo, el obstáculo se presenta en los claroscuros de la normativa. Las empresas que están cobrando el subsidio aumentaron rápidamente la producción de gas - aún más de lo esperado- y por ende se elevó el monto de los fondos necesarios para sustentar el plan de estímulo. 

Pero el gobierno, en aras del ajuste fiscal, ahora pretende reconocer con precio subsidiado sólo sobre el volumen presentado en las proyecciones que elevaron las productoras para ingresar al régimen de la resolución 46. Habrá una torta de 700 millones de dólares para 2019 y se discute cómo repartirla.  

Gutiérrez aseguró que la falta de aprobación de esos proyectos es “una nube en el horizonte que hay que despejar, como también las retenciones a la exportación de petróleo”.