El año cierra con un repunte de la actividad y las inversiones en Vaca Muerta, del orden del 30% con respecto a 2017, y de su mano un fuerte crecimiento de la producción de gas y petróleo, pero también con incertidumbre de cara a 2019 por cuestiones vinculadas tanto al plano doméstico como global.

En el ámbito local, la decisión del ministro Nicolás Dujovne de recortar a la mitad los aportes del Tesoro destinados a subsidiar la producción de gas no convencional, amenaza con paralizar algunos proyectos. El ministerio de Hacienda presupuestó el costo del programa de estímulo a la producción en 650 millones de dólares, cuando debería destinar el doble para cumplir con el subsidio a los 8 proyectos aprobados bajo el esquema de la resolución 46. El feroz ajuste fiscal que aplicará Nación el año próximo también le llegará a las petroleras.

Si bien todas las productoras de gas se verán afectadas, el mayor impacto medido en dólares los tendrá Tecpetrol, la principal destinataria los subsidios durante este año por su yacimiento Fortín de Piedra, que ya produce 17 millones de metros cúbicos. Si bien Paolo Rocca anunció días atrás que mantendrá el nivel de inversiones, es de esperar que ponga un freno al aporte de producción.

Por otro lado, con el aumento de las temperaturas comenzó a sobrar gas y empresas como YPF, la principal jugadora del mercado, debieron cerrar pozos. 

El exceso de oferta hizo que en las últimas licitaciones para el segmento de la generación eléctrica se registraran precios en torno a los 2,80 dólares el millón de BTU, un valor aún bajo para la rentabilidad de los proyectos en Vaca Muerta. En ese sentido, Tecpetrol mantiene una ventaja ya que su gas tiene un subsidio que le garantiza, al menos por este año, un precio de 7,50 dólares, lo cual se traduce en una competencia desleal para la petrolera bajo control estatal. Es decir, puede vender a las generadoras por debajo de los tres dólares y recibir el diferencial de la compensación del Estado hasta legar a los u$s7,50.

Según reveló el sitio Econojournal, la Cámara de Empresas Productoras de Hidrocabruros envió una carta a Iguacel y Dujovne, en la que reclaman que para las próximas licitaciones que realice la Nación se tenga en cuenta el costo real del gas que venden productores beneficiados por la resolución 46 para el Estado; es decir, el precio final que reciben por la compulsa más el subsidio que cobran por otra ventanilla.

La reducción de subsidios al gas de Vaca Muerta para 2019 fue rechazada enfáticamente por el senador nacional y secretario general de Petroleros Privados, Guillermo Pereyra, quien indicó que la medida de Dujovne “va a impactar de lleno y de forma negativa en los desarrollos de la Cuenca Neuquina con el consiguiente freno a las inversiones y al trabajo”, y aseguró que “probablemente no sólo no se incorpore ninguno de los 12 desarrollos que aún esperan, sino que busque recortar algunos de los 8 ya aprobados”. 

Pereyra consideró que “es ridículo hacer proyecciones de crecimiento e inversiones, y salir a vender Vaca Muerta por el mundo, cuando a poco de andar ya cambian las condiciones”. El gremialista también apuntó a las retenciones a las exportaciones de hidrocarburos, que actúan como techo en el mercado del crudo. Esa es una de las demandas de las empresas productoras, que ven que esa medida combinada con la baja que registra en las últimas semanas el barril a nivel internacional, se ponen en peligro los desarrollos para extraer petróleo. 

Sucede que, en el caso del crudo neuquino, la hora de comprar en el mercado local la materia prima para elaborar combustibles, las refinadoras aplican una fórmula que tiene en cuenta la cotización del Brent del Mar del Norte menos las retenciones que se aplicarían si esa producción se exportara. Hoy el petróleo neuquino orilla los 55 dólares el barril, por debajo del límite de los 60 dólares que hace rentables a varios yacimientos en Vaca Muerta. 

Las productoras no integradas consideran que el esquema es injusto ya que ellas hacen las inversiones a riesgo, mientras que el sector refinador sigue con la misma capacidad instalada desde hace varios años. 

Del otro lado de la vereda, las compañías que elaboran combustibles aducen que durante casi todo el año, cuando el barril superaba los 70 dólares no pudieron trasladar a los costos a los precios a los consumidores por la brutal devaluación del pesos y que por eso perdieron dinero.

A este escenario, se suma la suspensión por parte de Nación de las obras financiadas bajo el esquema de participación público privada (PPP) por el incremento del riesgo país. Bajo esa modalidad se pensaba financiar el tren a Vaca Muerta. 

En este contexto, se espera que 2019, año electoral, empiece con fuertes pujas dentro del sector energético.