Nación oficializó el pago por parte del Estado de la millonaria deuda contraída por las distribuidoras de gas con las empresas productoras a raíz de la brusca devaluación que impactó de lleno en los contratos pactados en dólares. La decisión se sumará a la pesada herencia que recibirá el próximo gobierno.

Mediante el decreto 1053, publicado en el Boletín Oficial, la administración de Mauricio Macri estableció que el Estado Nacional asumirá, con carácter excepcional, el pago de las diferencias diarias acumuladas mensualmente entre el valor del gas comprado por las prestadoras del servicio de distribución y el valor incluido en los cuadros tarifarios vigentes entre el 1º de abril de 2018 y el 31 de marzo de 2019.

El artículo 7 de la norma establece que el Ente nacional Regulador del Gas (Enargas) determinará el monto al que asciende la famosa deuda, y que según cálculos del sector ronda los 400 millones de dólares. La discusión pasará por definir a qué tipo de cambio se contabiliza. 

Lo que está claro es que quien deberá afrontar el grueso del pago será el gobierno que resulte electo el año próximo, ya que se estableció que se hará efectivo en 30 cuotas mensuales y consecutivas a partir del 1° de octubre de 2019. Para ese entonces las cuentas estarán fuertemente condicionadas por el pago de intereses y servicios de la deuda externa contraída en los últimos tres años por Macri.

Para determinar esas cuotas, se utilizará la tasa de interés efectiva del Banco Nación para depósitos en moneda argentina a 30 días de plazo.

El decreto también determina que a partir del 1º de abril de 2019 los proveedores de gas natural y las prestadoras del servicio de distribución deberán prever en sus contratos que en ningún caso podrá trasladarse a los usuarios el mayor costo ocasionado por variaciones del tipo de cambio ocurridas durante cada período estacional.

Esta medida se tomó luego del escándalo desatado por la decisión original del secretario de Energía, Javier Iguacel, de trasladar la deuda a los usuarios, quienes deberían afrontar el costo de la devaluación en 24 cuotas mensuales que se cargarían sobre sus boletas. Esa decisión cosechó un inmediato y fuerte rechazo en la sociedad, y significó duro golpe al sector que aún veía con buenos ojos la gestión de Macri.

Ahora, la deuda generada por el desmanejo de la macroeconomía, que llevó dólar de 18 pesos en enero a un pico de 42 pesos, y las tarifas dolarizadas, será afrontada por todos los argentinos y el responsable de disponer de los fondos será el próximo presidente.

Sucede que los contratos de gas fueron pactados en noviembre del año pasado en moneda estadounidense a un tipo de cambio de $20,55 para el periodo entre abril y octubre. Pero en mayo el dólar ya había escalado a 28 pesos y para septiembre llegó al pico de 42. 

La dolarización del negocio también estaba atada a la suba semestrales precio del gas en boca de pozo y la quita de subsidios a los usuarios. Un combo fatal que activó Juan José Aranguren durante su periplo por el Ministerio de Energía. El ex CEO de Shell fue eyectado del gobierno en junio, con su patrimonio resguardado en el exterior de los vaivenes de la economía macrista, pero dejó una pesada herencia para las arcas estatales.