El secretario de Energía de la Nación, Javier Iguacel, viajó el lunes a Houston, Estados Unidos, a intentar llevar tranquilidad a las petroleras multinacionales con intereses en Vaca Muerta, en medio de la discusión del presupuesto 2019, un dibujo presentado por el gobierno nacional para congraciarse con el Fondo Monetario Internacional, y recibir un nuevo desembolso de fondos para estirar la agonía del modelo económico de Cambiemos.

"Los empresarios norteamericanos entienden que la Argentina está pasando por una crisis coyuntural pero saben que el rumbo elegido por Macri es el correcto y están más entusiasmados que antes", aseguró a los medios el entusiasta Iguacel, tras reunirse con directivos de Chevron, Exxon, Total y Shell durante un encuentro organizado por el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG) Houston, una institución que vincula al sector petrolero de Argentina y Estados Unidos.

Sin embargo, los empresarios se mostraron preocupados por la aplicación de retenciones a la exportación de crudo y gas que decidió días atrás el gobierno nacional y por el descenso del rango de la cartera de Energía, y se manifestaron interesados en la continuidad de los subsidios a la producción de gas que plantea la resolución 46, la cual sostiene buena parte de las inversiones en Vaca Muerta.

Con respecto a las retenciones, desde el gobierno se trata de bajarle tensión a la medida al asegurar que serán transitorias y que al aplicarse una suma fija en pesos se licuarán a medida que aumente la cotización del dólar, pese a que el presupuesto plantea que en 2019 se mantendrá en torno a inverosímil cifra de $40,10, es decir más bajo de lo que cotizó en los últimos días. 

Mientras que también se decidió incluir la suma de 28.700 millones de pesos para hacer frente al pago de subsidios a las productoras de gas que tengan proyectos aprobados en el marco de la resolución 46, que premia con un precio de 7,50 dólares el millón de BTU a los desarrollos no convencionales. Al tipo de cambio actual, se trata de unos 700 millones de dólares. 

El presupuesto presentado por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, también incorporó una partida de 256 millones de pesos correspondientes al Plan Gas II y otra de 2.923 millones de pesos por el Plan Gas III, lanzados en 2013 y 2016.

Si bien en principio el anuncio llevó algo de certezas al sector, lo cierto es que el escenario macroeconómico de la Argentina no ofrece ninguna garantía. 

Según la resolución 46, para el año próximo el precio estímulo del gas será de 7 dólares. El Estado cubrirá la brecha entre ese techo y el valor promedio de mercado del gas, que hoy está alrededor de los 4,5 dólares. Como el traslado de los precios en boca de pozo a las tarifas aún no está definido, todavía no se sabe cuál será el monto que deberá cubrir con subsidios el Estado Nacional. Lo mismo sucede con la variación del tipo de cambio; como el gas cotiza en moneda estadounidense, a media que se devalúe el peso, mayores serán los fondos que se deberán destinar a las productoras beneficiadas por la resolución 46, en un año de feroz ajuste. 

Otra de las grandes dudas en la industria es qué pasará con la aplicación de esa norma. Hasta el momento se aprobaron 8 proyectos bajo ese esquema. El más importante y que concentra la mayor parte de los subsidios por su nivel de producción es Fortín de Piedra, de la empresa Tecpetrol, controlada por Paolo Rocca.  

Existen otros 11 proyectos que fueron aprobados por la provincia de Neuquén pero que aún no pasaron el filtro de Nación, precisamente por la falta de fondos para sostener los abultados subsidios. 

Mientras las empresas pugnan por ingresar en los beneficios de la Resolución 46, y Neuquén empuja su aprobación porque recibiría mayores ingresos por regalías por la producción de esos bloques, el gobierno nacional intenta hacer equilibrio entre sus necesidades de ajustar y no espantar al sector petrolero, unos de los grandes beneficiarios de su modelo económico.