Ni Vaca Muerta se salva del ajuste. En los próximos días, el ministerio de Hacienda, que ahora controla la cartera de Energía, convocará a las empresas productoras de gas para renegociar los millonarios subsidios que cobran por las inversiones en los yacimientos no convencionales. El objetivo es reducir los desembolsos en el afán de alcanzar el déficit cero en 2019, que el gobierno comprometió con el Fondo Monetario Internacional.

Pese a que Vaca Muerta se convirtió en los últimos meses en la estrella del marketing de Cambiemos, la Nación busca desactivar la bomba que dejó Juan José Aranguren al dolarizar los precios de la energía.

El ministro Nicolás Dujovne intentará negociar una reducción de los subsidios a las petroleras beneficiarias de la resolución 46, que creó el plan de estímulo a las inversiones de gas al cubrir la diferencia entre el precio de mercado y los 7,50 dólares el millón de BTU establecido como estímulo para este año. Según la norma, ese premio bajaría a 7 dólares el año próximo, a 6,50 en 2020 y a 6 dólares en 2021. Pero la devaluación y la nueva etapa del ajuste complicó todo el panorama.

Además, el esquema de Aranguren se complementaba con una suba semestral del precio promedio del gas en boca de pozo que paga el mercado, y que iba a la par de reducciones de los subsidios a los consumidores. La idea era llegar a octubre de 2019 con un precio promedio de 6.80 dólares el millón de BTU -convergiendo con lo que el valor del gas importado- con cero subsidio. 

Sin embargo, su sucesor Javier Iguacel - aún antes de la brutal devaluación - consideraba que ese sendero de precios no estaba justificado, y que el incremento de la producción de gas de Vaca Muerta durante el año conduciría hacia una competencia que bajaría los valores. 

Además, tras el saldo del dólar, trasladar a tarifas el esquema de Aranguren sería inviable. Por eso, aún resta definir qué precios pagarán los usuarios a partir de octubre.

Si, tal como se prevé, el año próximo baja el valor en dólares del gas en boca de pozo, la diferencia a cubrir por parte del Estado entre lo que paga el mercado y el precio estímulo del Plan Gas, se agrandaría y crecerían exponencialmente los fondos que se deberían destinar a los subsidios. 

Por eso, ahora el gobierno quiere renegociar las condiciones de ese premio con las petroleras beneficiadas por le Resolución 46. Hoy aproximadamente el 10% del gas que se produce en el país recibe ese precio diferencial. Una de las opciones que se barajan será poner un límite al volumen de gas subsidiado, ya que los proyectos alcanzados por el Plan sumarán más producción en los próximos meses. 

Para frenar el incremento de los costos de los subsidios, la cartera de Energía había congelado la aprobación de nuevos proyectos en el marco de las Resolución 46. Sólo hay aprobados 8 de los 20 que se presentaron.

La mayor beneficiaria del plan es Tecpetrol, que en apenas un año sumó 11 millones metros cúbicos diarios de gas en el yacimiento Fortín de Piedra, y que recibe el mejor precio que hoy se paga en la Argentina.

El cambio de reglas de juego pondrá en duda las inversiones proyectadas en Vaca Muerta y las decisiones de acelerar los desarrollos, objetivo que tendí la Resolución 46. Con la nueva etapa de ajuste, al igual que la economía en general, Vaca Muerta entra en el terreno de la incertidumbre.