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Energía
28/06/2018

Vaca Muerta y la redefinición de la política energética de Macri

Vaca Muerta y la redefinición de la política energética de Macri | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El nuevo ministro de Energía deberá tomar decisiones de peso sobre los precios del petróleo y el gas. El gran desafío pasará por frenar los tarifazos y corregir las distorsiones de la devaluación sin afectar las inversiones en Neuquén.

La crisis cambiaria que derivó en una brusca devaluación del peso se llevó puesto a Juan José Aranguren y a su política de libre mercado y dolarización de la energía. El presidente Mauricio Macri sabe que para tener chances de repetir mandato, entre otras variables económicas, deberá morigerar el impacto que tienen los tarifazos sobre un proceso inflacionario desaforado. 

El ex director de Vialidad Nacional, Javier Iguacel, será el encargado de bajar un cambio al espíritu del laissez faire que imprimió Aranguren a la cartera energética, y desactivar la bomba que significó la dolarización de los precios de la energía.

Iguacel tiene una mirada diferente a su predecesor en el cargo sobre el rol del Estado en un sector estratégico como son los hidrocarburos. Es ingeniero en petróleo, trabajó en YPF entre 1997 y 1999, y renunció cuando supo que la empresa sería vendida a la española Repsol. 

De buena relación con el gobernador Omar Gutiérrez, el nuevo ministro de Energía deberá tomar decisiones que tendrán impacto directo en Vaca Muerta. Los yacimientos no convencionales neuquinos son casi la única esperanza de concreción de inversiones extranjeras destinadas a la producción que tiene el país. Aunque hoy el mayor negocio en la Argentina pase por la especulación financiera, los negocios a largo plazo como el petrolero siempre son atractivos. Sin embargo, el descalabro de las variables macroeconómicas de la gestión de la alianza Cambiemos encendieron la luz de alerta.

Las inversiones que comenzaron a acelerarse en 2018, tras la fuerte baja de los primeros dos años del gobierno de Macri, hoy están bajo una sombra de incertidumbre. En los últimos días hubo reuniones entre las principales compañías para darle forma al lobby sectorial en defensa de sus negocios. 

Por un lado, los productores de gas buscan mantener sus ingresos dolarizados. Según los contratos con vigencia hasta fin de año, esas compañías deben percibir, en promedio, US$ 4,68 por millón de BTU por el gas entregado al sector regulado. Pero como las tarifas de los comercios y domicilios se pagan en pesos al tipo de cambio anterior a la devaluación de 20,55 pesos, se produjo un desfase de casi 8 pesos. Por eso, cuando en octubre vuelvan a actualizarse los cuadros tarifarios, según el esquema que dejó armado Aranguren, las productoras quieren recuperar el terreno perdido por la devaluación. La hoja de ruta del ex CEO de Shell plantea también una suba en dólares del gas en boca de pozo y una mayor quita de subsidios a los consumidores. Sin embargo, las empresas creen que si Macri quiere mantener sus aspiraciones de reelección, es probable que dé marcha atrás con ese aumento. De todas formas, el gas será más caro para los pesificados salarios de los argentinos.

Las petroleras apuestan a que el gobierno autorice una suba en las tarifas que permita trasladar la evolución del tipo de cambio y la inflación en el semestre abril-octubre. La devaluación generó un conflicto entre las productoras que facturan en dólares y las distribuidoras que cobran en pesos por el gas que llevan a los usuarios. Hay un rojo muy importante que se debe saldar. El Estado deberá laudar en esa disputa.

Por otra parte, las productoras de crudo también buscan recomponer en los surtidores el atraso que produjo la devaluación en la cotización del barril de petróleo, que en el caso del Medanito neuquino hoy quedó 10 dólares por debajo del Brent del Mar del Norte. Volver a equiparar el precio interno al internacional significaría trasladar a los combustibles subas del orden del 40 %, algo políticamente inviable con la situación actual del gobierno. Por eso, se estima que se mantendrá el aumento del 3% para el mes próximo, y luego se seguirá negociando en los meses siguientes.

El precio del petróleo es fundamental para los planes de inversiones que tienen compañías como Shell e YPF en Neuquén, que tras la suba sostenida del barril de este año comenzaron a viabilidad nuevos proyectos. Lo mismo sucede con el gas, que motorizó la aceleración de los desarrollos de yacimientos no convencionales tras la decisión de aumentar los valores en boca de pozo. 

29/07/2016

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