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Marcos Rebasa, presidente del Instituto de Energía Scalabrini Ortiz (IESO) planteó que “es muy importante” el anuncio de inversiones de la empresa australiana para producir hidrógeno verde en Río Negro, aunque advirtió que “lo que hay que verificar son las condiciones económicas de la exportación”, y ver “cuánto va a quedar en la Argentina”, porque implica “el uso de un recurso natural”.
“Es muy importante, y lo valoro mucho porque es interesantísimo para un país que no ha tenido inversiones de este nivel y es muy importante que se instale una industria de exportación”, indicó Rebasa en diálogo con .
La empresa australiana Fortescue anunció el lunes que invertirá 8.400 millones de dólares en la Argentina para producir hidrógeno verde en la localidad de Sierra Grande en Río Negro, lo que permitirá generar más de 50.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, y la producción estará orientada sólo a la exportación.
“Lo que hay que verificar y no se ha mostrado, son las condiciones económicas de la exportación, o sea, ya tenemos experiencia con la Ley de Hidrocarburos que tiene una serie de fallas muy fuertes respecto del tema divisas y quién se queda con la renta del gas y del petróleo”.
Lo que advirtió Rebasa es que no hay una discusión sobre “cómo se van a manejar las divisas que se producen en la Argentina, cuánto va a quedar en la Argentina y cuánto no, y cuánto se va a quedar Río Negro, porque implica el uso de un recurso natural”.
En este sentido aseguró que “el viento en sí mismo no es un bien económico, lo que es económico es el viento en la tierra; el recurso natural viento en el recurso natural tierra debe rendir una regalía para Río Negro; supongo que la provincia lo habrá previsto porque si no estaría renunciando a una potestad que tiene”.
Sobre el hidrógeno verde, el especialista explicó que “es un producto energético caro, modular, que se puede fabricar y repartir en el mundo de acuerdo al precio” pero que “a la Argentina no le sirve para su consumo propio porque ya tiene electricidad verde”; es decir que no tiene necesidad de “comprar algo más caro si tiene el origen de la electricidad que se produce aquí: eólica, solar”.
Y agregó que “el hidrógeno verde hace mucho que se trabaja pero es una de las últimas energías verdes derivadas, no directas; es una industria que produce energía a partir de energía, por lo tanto es una energía cara, que tiene sentido como producto final para exportar, es una industria de exportación"
Rebasa consideró que esta industria se instala en esta zona de Argentina “porque hay vientos, que son los mejores del mundo” y dijo que esta “planta fabricante de hidrógeno verde es un sistema complejo en base a la electrólisis del agua”.
Por este motivo también advirtió sobre el uso del agua e indicó que espera que se “utilice el agua de mar”, que se utilice un proceso para “desalinizar” porque “sería muy dañino que usaran el agua de pozo”.
Otra característica del hidrógeno verde que describió el presidente del IESO es que “es difícil de manejar y se almacena en tanques de mucha presión” aunque “la bondad que tiene es que es flexible, se puede transportar a cualquier lugar del mundo y en ese sentido es energía que se transporta”.
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