Las petroleras con negocios en Vaca Muerta volvieron a frenar la actividad y aún no definen sus planes para 2020 a la espera de definiciones claves como el proyecto de ley que enviará el Ejecutivo nacional para estimular las inversiones y, sobre todo, los precios internos del petróleo y el gas. 

Las petroleras saben que es momento de hacer lobby, y altos directivos de las compañías internacionales comenzaron a desfilar por la oficina del secretario de Energía de la Nación, Sergio Lanziani, y por los yacimientos neuquinos, además de reunirse con el anfitrión de Vaca Muerta, el gobernador Omar Gutiérrez.

El mandatario neuquino se reunió en las últimas dos semanas con representantes de Exxon, Shell, Chevron, Total y Equinor, entre otras compañías extranjeras con presencia en la provincia. Si bien todas esas compañías ratificaron que mantendrán sus apuestas en el shale y que piensa expandirse en Neuquén, ninguna anunció su plan de inversiones para este año. Todas están a la espera de las decisiones de Nación. 

Por lo pronto, el compás de espera ya se tradujo en enero en una abrupta caída de la actividad. En el primer mes del año las petroleras registraron uno de los peores índices de fracturas de los últimos meses, toda una señal de que aún no se recupera el nivel de inversiones previo a las elecciones PASO y al congelamiento de los combustibles y del petróleo.

A mediados de enero, luego de frenar una suba que tenía planeada YPF, el presidente Alberto Fernández recibió a los máximos directivos de las productoras y les pidió que presentaran propuestas para salir del esquema para recomponer los precios, que en ese entonces tenían un atraso de entre un 12 y un 15%. 

Hace unos días algunas empresas acercaron una alternativa para que el precio local converja con la paridad de importación en un plazo de 90 días, que fue rechazada por Nación, que no quiere saber nada con aumentos en plena pelea para controlar la inflación. De hecho, el gobierno volvió a postergar el incremento de la carga impositiva de los combustibles. 

El escenario internacional hoy juega favorablemente por la baja del precio del barril de petróleo que se desencadenó tras la explosión de la epidemia en China, uno de los principales compradores de crudo del mundo.

Sin embargo, las empresas refinadoras aseguran que la baja del barril lleva apenas unos días, por lo cual no ha impactado sensiblemente en los costos porque el precio del petróleo se pondera al promedio mensual. Además, aún no pudieron trasladar a los surtidores los costos de la inflación y del incremento de los biocombustibles y etanol que mezclan con las naftas y gasoil. 

Más allá de la coyuntura, el ojo de las petroleras está puesto en el régimen de promoción a os hidrocarburos que prepara el Ejecutivo para enviar al Congreso. El encargado de coordinar el proyecto entren Legislativo y el Poder Ejecutivo es el diputado neuquino del Frente de Todos, Darío Martínez. 

Esta semana se reunió con Lanziani y destacó la necesidad de compatibilizar y potenciar la producción de gas y petróleo para obtener saldos exportables crecientes, con los incentivos a las operadoras para que ejecuten las multimillonarias inversiones necesarias y un mayor protagonismo en la cadena de valor de las empresas nacionales.

Los detalles de la nueva ley, cuyo primer borrador elaboró el presidente de YPF, Guillermo Nielsen, aún no han sido dados a conocer por la importancia de los intereses en juego y para evitar presiones.

Precisamente las provincias productoras nucleares en la Ofephi gobernadas por peronistas comenzaron a manifestar su reclamo para no quedar a la sombra de Vaca Muerta. Consideran que durante el macrismo los subsidios beneficiaron a las inversiones en Neuquén y fueron dejadas de lado.

El régimen que elabora el gobierno será amplio y abarcará al shale, al convencional y a la recuperación terciaria, entre otras actividades petroleras. 

Algunos de los ejes que se evalúan son la libre disponibilidad de los hidrocarburos; la amortización acelerada del capital invertido; la devolución anticipada de IVA; el acceso a la importación de bienes de capital sin el pago de aranceles; la creación de un fideicomiso en Nueva York que permitiría a las petroleras extranjeras girar dividendos, aunque las grandes petroleras internacionales prefieren tener la libre disponibilidad que dispusieron durante los ´90.