Energía
13/12/2019

El economista que navegó los tres kirchnerismos tiene la botonera para Vaca Muerta

El economista que navegó los tres kirchnerismos tiene la botonera para Vaca Muerta | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Del ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas depende la estratégica secretaría de Energía de la Nación. Dólar versus pesos, una disputa en medio de fuertes presiones de las petroleras y las provincias dueñas del recurso. En 2016 publicó un libro que repasa los años de gestión que van del 2003 al 2015 y tuvo críticas sobre aspectos de la política aplicada en el último tramo. Hoy tiene la oportunidad de construir un nuevo modelo energético.

Gerardo Bilardo

Matías Kulfas, el economista que exploró el interior de los tres kirchnerismos en un libro que publicó en el 2016, es el ministro que observará desde la atalaya, la marcha de la política energética, decisiva para el despegue de la economía y con enormes desafíos de articulación de intereses difíciles de armonizar por el poder de presión que ejercen las empresas petroleras que plantean un partido dólar versus pesos.

Kulfas es una pieza importante del equipo que definirá las nuevas estrategias para un sector que influye decisivamente sobre el resto de la economía. Forma parte de un engranaje que comienza con el presidente Alberto Fernández, sigue con el ministerio de Desarrollo Productivo que ahora conduce el economista del grupo Callao, continúa en la secretaría de Energía de la Nación a cargo de Sergio Lanziani y por último tiene a Guillermo Nielsen como polea de transmisión directa desde el mercado a través de la conducción política de YPF.

En Neuquén, como diría Néstor Kirchner cuando rompió lazos con el grupo Clarín, los funcionarios del gobierno están nerviosos porque hay poca información en superficie y el MPN pretende que la política para el desarrollo de Vaca Muerta sea, sino la propia, lo más parecida a la propia, que es muy similar, por no decir igual, a la que pretenden las empresas del sector.  

La dolarización de las tarifas que impuso el gobierno de Mauricio Macri sin anestesia, acomodó algo del retraso que arrastraban los precios, pero causó enormes daños colaterales y directos en la economía doméstica, consecuencia de haber mirado exclusivamente la parte del tablero donde figura la aguja que mide las ganancias de las compañías.

Como en el juego del Cubo Mágico, en el que es difícil pero no imposible hacer coincidir los colores en cada una de las caras, el gobierno de Alberto Fernández tiene que lograr que las tarifas no pulvericen salarios ni el esfuerzo de las Pymes, debe atraer más inversiones para Vaca Muerta para avanzar hacia el autoabastecimiento, generar volumen para exportar, sumar dólares para mejorar las reservas del país y trabajar en el impulso de energías limpias que ya cotizan alto en la agenda internacional. 

La industria petrolera quiere tarifas en moneda dura, un mercado con condiciones especiales para entrar y salir del país con los billetes verdes y alto perfil exportador. El mercado interno es relevante para el sector sólo si la palabra pesos se borra de los contratos.

Kulfas, el que ahora deberá seguir desde el mangrullo los movimientos de la estratégica secretaría de Energía, escribió en su libro "Los tres kirchnerismos", que el ciclo que inició Néstor en 2003 y culminó Cristina en 2015, tuvo un costado virtuoso, el del crecimiento de la demanda energética por la recuperación industrial y del mercado interno, producto de políticas de expansión de la economía con inclusión. Y comparó aquel despegue con lo sucedido en tramos de la década del ´90 cuando, producto de un mercado interno deprimido, hubo excedente y el sector energético lo exportó para aumentar sus ganancias, sin invertir en exploración y explotación nueva.

Pero Kulfas, que ocupó diferentes cargos durante el kirchnerismo entre 2006 y 2013, también apunta en su libro aspectos vulnerables de la política energética pasada, en especial lo ocurrido en el tercer kirchnerismo, a partir de una evolución de las tarifas "muy por debajo" de los costos de producción (así la describe), cubiertos con subsidios que en forma creciente terminaron afectando la balanza de pagos. Concluye Kulfas que un problema sectorial de la economía del país se transformó en uno macroeconómico.

Ahora el flamante ministro tiene la botonera a disposición para construir un nuevo modelo energético.  

29/07/2016

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