El gobierno de Donald Trump confiscó ayer los fondos depositados en Estados Unidos por la petrolera nacional venezolana, Pdvesa, y entregó su administración al denominado “presidente interino”, Juan Guaidó. Desde Caracas, el jefe de Estado, Nicolás Maduro, responsabilizó a Trump “de cualquier violencia que pueda suceder” y dijo que “un grupo de extremistas asaltó la Casa Blanca”.

Con la medida anunciada ayer, EEUU llevó al plano de la asfixia económica su estrategia para terminar con el proceso político fundado hace 20 años por Hugo Chávez e imponer un régimen adicto. El papa Francisco, que el día anterior pidió desde Panamá una solución “justa y pacífica” el conflicto, mientras volaba ayer de regreso a Roma reveló que lo “asusta” que pueda haber “derramamiento de sangre”.

La Casa Blanca ordenó congelar el dinero de Pdvsa (Petróleos de Venezuela, Sociedad Anónima), y además prohibió, aunque con excepciones, que ciudadanos y empresas norteamericanas tengan negocios con la compañía hidrocarburífera del país suramericano.

El asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, dijo que esperan “que las medidas de este lunes bloqueen 7.000 millones de dólares en activos, además de otros 11.000 millones por exportaciones perdidas (que perderá Venezuela) a lo largo del próximo año”.

Venezuela depende de Estados Unidos para sus ingresos por petróleo, debido a que le envía el 41% de sus exportaciones petrolíferas, al tiempo que es uno de los cuatro principales suministradores de crudo al mercado del país del norte.

Le “roban” a Venezuela

Conocida la confiscación de fondos, Nicolás Maduro anunció por la televisión nacional que había dado “instrucciones precisas” para “iniciar acciones políticas, legales, ante tribunales estadounidenses y del mundo, para defender la propiedad y la riqueza de Citgo (filial de Pdvesa en Estados Unidos)”, que la administración Trump le quiere “robar” a Venezuela.

Pero además, en uno de los tramos más dramáticos del discurso, el presidente venezolano advirtió que la Casa Blanca fue “asaltada por un grupo de extremistas que no tienen límites”, y los comparó con las bandas criminales de supremacistas blancos conocidas como Ku Klux Klan. También la advirtió a Trump que “estará en sus manos” la “violencia que pueda suceder” y “la sangre que pueda correr”. 

“Derramamiento de sangre”

El papa Francisco, al regresar ayer al Vaticano desde Panamá, advirtió que lo “asusta un derramamiento de sangre” en Venezuela, y reiteró el pedido realizado el día anterior para que se busque “una solución justa y pacífica” al conflicto, para “superar la crisis respetando los Derechos Humanos y deseando exclusivamente el bien de todos los habitantes”.

En el avión que lo llevaba de regreso a Roma, periodistas le preguntaron si respaldaría al “presidente encargado” o “interino” que reconocen Estados Unidos y las potencias capitalistas europeas, así como otros países. El Pontífice respondió que “sería una imprudencia pastoral” pronunciarse al respecto, “y haría daño ponerse de parte de unos países o de otros”.

“Yo apoyo a todo el pueblo venezolano, que esta sufriendo. Si yo entrara a decir hagan caso a estos países, o a estos otros me metería en un rol que no conozco”, agregó el Papa. Luego indicó que no gustaba que se le definiese como “equilibrado”, sino que su comportamiento era el de “un pastor”.

Explicó que su con llamado a una salida “justa y pacífica” quiso expresar su cercanía con todo el pueblo venezolano, que está “sufriendo mucho” la actual situación. “Me asusta el derramamiento de sangre. Y en esto pido grandeza a los que pueden ayudar a resolver el problema. El problema de la violencia, a mí, me aterra”, dijo Francisco.

“El control de los activos”

La confiscación de los fondos públicos de Venezuela depositados en Estados Unidos, anunciada por funcionarios de Donald Trump, fue exhibida como un acto de ejercicio del poder propio por Juan Guaidó, el titular de la Asamblea Nacional (parlamento), y reconocido como “presidente interino” o “encargado” por el bloque de países que encabeza Estados Unidos.

En un mensaje por Twitter, indicó que “a partir de este momento iniciamos la toma del control progresivo y ordenado de los activos de nuestra República en el exterior, para impedir que en su etapa de salida y no conforme con todo lo que le han robado a Venezuela, el usurpador y su banda busque ‘raspar la olla’ y siga robándose el dinero de los venezolanos”, dijo Guaidó.

Agregó que procuraba evitar que el gobierno continúe “financiando delitos a nivel internacional y usando este dinero para torturar a nuestro pueblo, privándolos de alimentos y medicinas, y asesinando a quienes salen a protestar por sus derechos”.

Según el dirigente antichavista, él mismo había ordenado “el traspaso de las cuentas de la República al control del Estado venezolano y de sus autoridades legítimas, para evitar que continúe el saqueo, y destinarlas a satisfacer los problemas de los venezolanos” bajo supervisión parlamentaria, dijo Guaidó.