Durante la jornada de ayer se llevaron adelante las elecciones presidenciales en Colombia, que definirán al futuro presidente para los próximos cuatro años. Los resultados del rápido conteo provisorio indicaron que el candidato de la derecha, Iván Duque, parte con amplia ventaja para disputar el balotaje dentro de tres semanas contra el postulante de centroizquierda Gustavo Petro.

Se trata de la primera votación que se produce en el país luego del acuerdo de paz firmado por el Estado con la guerrilla de las FARC. Para el presidente Juan Manuel Santos, se trató de la elección “más transparente y tranquila de la historia de la nación”.

Duque recogió el 39,1% de los votos, como candidato de una derecha beligerante y pro-norteamericana liderada por el ex presidente Alvaro Uribe, que siempre se opuso a los mencionados acuerdos de paz.

El progresista Petro, quien será su competidor en la segunda vuelta, logró el 25,1% de los sufragios. Alcanzó al derecho a disputar la segunda vuelta por una diferencia mínima, ya que apenas superó por algo más de un punto a Sergio Fajardo, otro candidato también con perfil de centroizquierda, que consiguió el 23,7%.

La campaña transcurrió entre el temor a que la derecha destruya el histórico acuerdo de paz con la más importante organización guerrillera del país, y al mismo tiempo profundice aún más la alianza armada con Estados Unidos, en momentos en que el actual gobierno de Santos decidió que Colombia adhiera a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), que es la alianza militar de los países capitalistas de América del Norte y Europa Occidental.

Por el lado de las críticas a la izquierda, el empresariado local e internacional teme que un cambio de modelo productivo provoque una crisis económica y social. Petro ha indicado que Colombia no podía seguir manteniendo un sistema extractivista exportador que no deja ganancias, ni genera reparto de las riquezas a los colombianos.

Las ideas de Petro, quien promete mantener el acuerdo de paz, reducir la dependencia económica del petróleo y el carbón, y recortar la brecha social, e incluso comprando tierras por parte del Estado a terratenientes, generaron tanto temor entre los empresarios que se entrometieron directamente en la elección, apostando por Duque.

Duque, el ganador de la primera vuelta, pertenece al partido que a pesar de una férrea ideología de derecha, se denomina “Centro Democrático”.

Ese candidato, apoyado por el ex presidente Uribe y el preferido de los inversionistas, promete recortar los impuestos a las empresas, apoyar los proyectos petroleros y mineros, y dar marcha atrás con el acuerdo de Paz, volviendo probablemente a hundir al país en el conflicto armado.

Ambas visiones contrapuestas acerca de cómo debe ser el modelo de país, se enfrentarán en le segunda vuelta electoral el domingo 17 de junio.

Al igual que sucede en otros países latinoamericanos en las últimas elecciones, y que no ocurría en la década de los años ‘90 -cuando había distintas candidaturas pero con perfiles similares-, ahora el futuro de Colombia se definirá entre dos alternativas muy diferentes.

Informe: Agustín Mozzoni.