Rafael Correa, el ex presidente de Ecuador, fue categórico al describir la situación ecuatoriana y del continente en una entrevista para una radio argentina. Afirmó que en su país están viviendo “una pesadilla” por la “traición” del actual presidente Lenín Moreno, condenó la “persecución judicial” que sufren Lula De Silva, Cristina Kirchner y el vicepresidente de su país, Jorge Glass, y llamó a “evitar que la derecha regrese a nuestros países” a la situación que había en el año 1900.

El fundador y líder de la Revolución Ciudadana en Ecuador entregó el poder en mayo de este año a Moreno, quien fue su vicepresidente en el primer mandato y resultó elegido por Alianza PAIS, en la que ambos militan. Desde que dejó el gobierno, el ex mandatario reside junto a su familia en Bélgica, país de donde es oriunda su esposa. El diálogo periodístico lo mantuvo con la radio FutuRock, de Buenos Aires.

“Estamos viviendo una pesadilla”, dijo al evaluar lo que viene ocurriendo en Ecuador en los pocos meses que pasaron desde el fin de su mandato. Explicó que “no estamos frente a una pelea de dos dirigentes o de dos compadres. Se nos viene toda la presión conservadora, toda la derecha en Ecuador, de la mano de los traidores ya se está preparando un golpe blando, para tomar el control de todas las instituciones del Estado”.

Refiriéndose directamente a su sucesor en el cargo, manifestó que “a la gente no se la conoce por lo buen amigo que es sino por lo mal enemigo que puede ser. Lo de Lenín Moreno fue una traición de gente que siempre nos ha odiado.”

Luego fue consultado sobre el cambio de modelo y el avance de los gobiernos neoliberales en la región. Allí el ex presidente sostuvo que “Argentina difiere de Brasil en el sentido de que en la Argentina la derecha ganó democráticamente, fue una decisión del pueblo argentino. En Brasil, hubo un golpe de estado mediático, parlamentario y judicial”.

Pero denunció que la persecución política y judicial que sufre Lula y la judicialización de la política en contra de Cristina, “forman parte de un mismo libreto. Esa persecución política y judicial es la misma que sufre el vicepresidente de Ecuador, donde sin ningún tipo de prueba en su contra hoy se encuentra detenido”.

Se refirió de ese modo a Jorge Glass, leal a Correa y profundamente enemistado con el actual presidente Moreno, y quien fue encarcelado hace dos semanas con el pretexto utilizado habitualmente de que había recibido coimas de la empresa constructora Odebrecht. 

Lula y Cristina

En referencia a Lula y Cristina, líderes políticos con quienes comparte afinidad ideológica, el ecuatoriano señaló que no tiene una fluida comunicación. “Tenemos comunicaciones muy esporádicas. Deberíamos tener mayor contacto entre nosotros. Yo realmente quería retirarme de la política, pero las consecuencias de las traiciones del actual presidente de Ecuador no me lo permiten”.

En ese contexto, afirmó que “la derecha ha perdido los estribos y los escrúpulos, y en cuanto a la integración latinoamericana ha habido un gran retroceso. Deberíamos tener mayor contacto para evitar que la derecha regrese a nuestros países al año 1900”.

El ex jefe de Estado manifestó que los dirigentes progresistas latinoamericanos “somos víctimas de nuestros propios éxitos. Nuestros gobiernos han sacado de la pobreza a millones de personas que hoy forman parte de nuestras clases medias y tienen otras aspiraciones, y a menudo muchas veces terminan olvidando su propio pasado”.

También hizo su descargo contra los medios masivos de comunicación concentrados en pocas empresas en cada una de los países latinoamericanos, al sostener que “es evidente que ha habido cambios de modelos, y es en buena hora que los pueblos comiencen a comparar”.

Correa explicó que “a nivel latinoamericano se utilizan muchos elementos de propaganda. Por ejemplo, siempre que se quiere representar o hablar del socialismo del siglo XXI la referencia es Venezuela”, mientras “Bolivia, que tiene los niveles macroeconómicos más elevados del planeta, o Uruguay, que es el país más desarrollado de toda la Patria Grande, parece que no sirven como ejemplos”.

Agregó que “los principales elementos de manipulación en todo el mundo, pero fundamentalmente y mucho más fuerte en América Latina, son ciertos medios concentrados de comunicación”, sentenció.

También dijo que “Venezuela es para la derecha el ejemplo más utilizado para graficar la violencia, y nadie repara en el nivel de violencia que hay en México, por ejemplo. No sirve la violencia para hacer propaganda ideológica”.

A modo de reflexión, el ex presidente sostuvo que “el contraste entre estos dos modelos tiene que servir para recuperar conciencia, para recapacitar sobre lo que fue América Latina con las políticas de la derecha y el neoliberalismo, lo que ha sido durante esta última década, y lo que puede volver a ser”.

“Todo lo que nos pasó en dos o tres años en la economía internacional a nuestros gobiernos es mucho más de lo que ha sufrido el neoliberalismo en diez años.  La prensa aprovechó estas situaciones para culpar al socialismo del siglo XXI hasta de los terremotos que sufrimos en nuestras regiones”, afirmó con ironía.

Papa Francisco y Trump

El fundador de la Revolución Ciudadana de Ecuador fue consultado también sobre al papa Francisco, de quien dijo que “es una referencia, un viento fresco para la iglesia y para toda la humanidad. Puede hacer mucho, pero tampoco puede hacer todo”.

En las antípodas, hizo referencia al presidente de Estados Unidos, y señaló que “no es demasiado sencillo para (Donald) Trump poder seguir adelante con sus locuras. Los límites se los pone el propio establishment norteamericano y el propio pueblo estadounidense”

Luego dijo con sarcasmo que “(Goerge) Bush era un Premio Nobel al lado de Trump, pero hay un consenso de rechazo tanto interno como de los países de América Latina y otras regiones del mundo a sus bravuconadas, sus torpezas políticas y sus necios comentarios”, manifestó el ex presidente ecuatoriano en declaraciones a la radio FutuRock.