Francisco es el tercer papa que visita tierra colombiana, pero el primero en hacerlo en el contexto de un proceso de pacificación con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), y de un cese del fuego bilateral entre el Estado y el ELN (Ejército de Liberación Nacional), el segundo grupo guerrillero en importancia del país. Por eso, en la primera misa multitudinaria en la capital del país exhortó al pueblo “a perder los miedos” frente “a la urgencia de ser constructores de la paz y promotores de la vida”.

El Pontífice fue recibido por una multitud que se acercó al aeropuerto de Catam, en las afueras de Bogotá. Ante todo le dio la bienvenida el presidente Juan Manuel Santos, y luego el visitante se acercó a Emmanuel, el hijo de la militante Clara Rojas (secuestrada por las FARC en el año 2002 y liberada en 2008), quien nació durante el largo cautiverio de su madre.

Las negociaciones con las dos principales organizaciones guerrilleras, llevadas adelante en los últimos años por el gobierno de Santos, divide las opiniones en la sociedad colombiana. En una población donde más del 90% de los ciudadanos son católicos, el papa puede cumplir un rol fundamental en el camino hacia la consolidación del proceso de paz.

Sin embargo, algunos sectores católicos ultraconservadores y sectores de la derecha política, como el ex presidente Álvaro Uribe, se han mostrado en contra de la visita del sumo pontífice, ya que se manifiestan totalmente en contra de la integración de las FARC al sistema político democrático y a la vida social del país.

Desde la capital, Bogotá, y bajo el lema “demos el primer paso”, Francisco celebró ayer una masiva misa en el Parque Simón Bolívar de esa ciudad. “Aquí se encuentran multitudes anhelantes de una palabra de vida, que ilumine con su luz todos los esfuerzos y muestre el sentido y la belleza de la existencia humana. Estas multitudes de hombres y mujeres, niños y ancianos habitan una tierra de inimaginable fecundidad, que podría dar frutos para todos”, proclamó.

El líder de la Iglesia Católica sostuvo que "también aquí, como en otras partes, hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida (…), son las tinieblas de la sed de venganza y del odio, que manchan con sangre humana las manos de quienes se toman la justicia por su cuenta"

Así, el pontífice recordó en su homilía a los colombianos que son bendecidos con una tierra fértil pero “amenazada por las injusticias y las inequidades”.

En alusión directa al proceso hacia la paz que atraviesa Colombia en estos momentos después de décadas de guerras internas, Francisco hizo un llamado a “hacernos señas, como los pescadores, volver a considerarnos hermanos, compañeros de camino, socios de esta empresa común que es la patria”. 

En la misa abierta a la que concurrieron más de 600 mil personas, convoco a los colombianos a dejar de lado los egoísmos y a seguir a Jesús, quien “nos invita a ir mar adentro, nos impulsa al riesgo compartido”.  El Sumo Pontífice llamó “a perder los miedos, que no vienen de Dios, que nos inmovilizan y que retardan la urgencia de ser constructores de la paz y promotores de la vida”.

La gira por Colombia continúa hoy por la ciudad de Villavicencio, donde está previsto uno de los actos más importantes de su visita: el encuentro con más de 5.000 víctimas del conflicto armado. 

En los próximos días Francisco viajará hacia Medellín y Cartagena de Indias, desde donde el lunes emprenderá su retorno hacia el Vaticano finalizando una visita histórica, de apoyo al pueblo colombiano, y de un profundo espaldarazo a la paz y a la reconciliación en una Nación víctima de la violencia.