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Entera anímicamente y con las convicciones más firmes que nunca, la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, Gleisi Hoffman, trasmite en pocas palabras la indignación y amargura de gran parte del pueblo de su país tras conocerse la condena a nueve años y medio de prisión del ex presidente y líder popular Luiz Inacio Lula Da Silva.
“Han condenado sin pruebas a un gran hombre que luchó y trabajó por mejorar la vida de millones de brasileños", dijo la mujer, militante de toda la vida y actual senadora nacional, además de principal dirigente de la fuerza política que, al ganar cuatro elecciones presidenciales consecutivas, gobernó el país desde el Año Nuevo de 2003 -primero ocho años con su fundador como jefe de Estado, a quien sucedió Rousseff durante cinco años y medio- hasta que en 2016 Dilma fue inicialmente suspendida y después destituida mediante un golpe parlamentario.
La sentencia contra Lula parece una noticia vieja. No sorprende. En cambio, lo que hubiera sido asombroso sería que dictaran la absolución del ex jefe del Estado, quien hace cuatro décadas ya era un luchador social como delegado obrero en fábricas metalúrgicas, donde trabajaba como tornero después de haber llegado a San Pablo desde su sufrido origen humilde en el Noreste del país.
Gleisi Hoffmann, senadora y presidente nacional del PT |
Es que el juez de Curitiba Sergio Moro se colocó como parte en este proceso judicial. Fue visto así por seguidores, adversarios y sus principales sponsor, que son los medios grandes de comunicación. En lo formal era juez, pero en la realidad actuó como un fiscal acusador.
Brasil está dividido. Las clases dominantes y los seguidores del discurso mediático celebraron ayer la decisión que dispone nueve años de prisión y el doble de ese tiempo impedido de ejercer cargos públicos.
En cambio, aquellos que depositan su esperanza en el regreso del obrero metal mecánico a la presidencia, expresan una mezcla de bronca y desazón. Los primeros se manifestaron en Curitiba, sede del tribunal de Moro envueltos en banderas verdeamarelas y en número reducido. Los seguidores de Lula se manifestaron en diversos puntos del país, pero la mayor concentración se produjo en San Pablo.
Hoffmann, la actual presidenta del Partido de los Trabajadores, en un diálogo con en medio de una jornada agobiante de trabajo político, se mostró "muy indignada por esta absurda decisión jurídica". A la que calificó de "vergonzosa" porque "han condenado sin pruebas a un gran hombre que luchó y trabajó por mejorar la vida de millones de brasileños".
Gleisi es también senadora por el estado de Paraná, justamente donde se llevó adelante la mega causa judicial conocida con el nombre de Lava Jato. "Me entristece -expresó- ver cómo miles de ciudadanos son manipulados y apoyan una injusticia como la que se intenta llevar adelante que es inhabilitar políticamente a Lula".
La dirigente, que fue jefa de gabinete en el gobierno de la destituida presidenta Dilma Rousseff, subrayó que el juez "Moro fue complaciente con los grandes medios de comunicación y los sectores más poderosos de Brasil".
Aseguró también que "nuestro partido, nuestro pueblo, se movilizarán y demostrarán que no será fácil concretar semejante atropello a la democracia y a la esperanza de los brasileños". En ese sentido contó que además de la apelación judicial a la medida, harán "todos los esfuerzos políticos para revertir este atentado a la República y sus instituciones".
La titular del PT afirmó que "es necesaria una respuesta inmediata y contundente ante lo actuado por Moro ya que condenar sin prueba es un acto político".
Gleisi Hoffman convocó a una reunión de urgencia de la conducción nacional del PT de la que participarán también gobernadores, alcaldes y legisladores federales.
Moro coronó la mayor jugada judicial mediática contra el sistema democrático tras el golpe a Dilma Rousseff. La cadena O Globo y sus aliados aplauden al juez y visualizan un largo período de la derecha al mando del país más grande y de economía más poderosa de toda América Latina.
Habrá que ver si eso sucede, o si en cambio se cumplirá el anhelo que nos transmitió la primera mujer presidenta del PT: "Nos han puesto un nuevo desafío, que convertiremos en un elemento más para la elección de Lula como presidente en 2018".
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