Exterior
09/06/2017

Gran Bretaña

Retroceso del Partido Conservador, que perdió la mayoría absoluta

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La apuesta de la primer ministra Theresa May para ampliar su poder, terminó en un fracaso. Los conservadores perdieron la mayoría absoluta que tenían, y para gobernar necesitarán de alianzas en el Parlamento. El principal candidato opositor y líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, pidió la renuncia de May.

El resultado electoral no fue el deseado por la derecha británica. En un muy lento recuento de votos, y a falta de dos circunscripciones, los datos arrojaron que el Partido Conservador fue el más votado y logró 317 escaños en el Parlamento -que tiene un total de 350 bancas-, pero 13 menos en relación a la actual composición parlamentaria. Así, exactamente al revés de lo que pretendía, la primer ministra Theresa May se quedó sin la mayoría propia que tenía, y quedó al borde de la renuncia.

El segundo lugar fue para el Partido Laborista, que realizó una excelente elección, obteniendo 30 escaños más de los 229 que poseía, y llegando al número de 261 representantes para integrar la Cámara de los Comunes.

El líder laborista, Jeremy Corbyn, pidió la renuncia de Mayy argumentó que "ella convocó estas elecciones anticipadas para tener más apoyo, más fuerza, más mandato, más estabilidad y más confianza. Lo que tenemos como resultado es que tiene menos fuerza, menos mandato y menos confianza. Lo sucedido es suficiente para pedir que se vaya", sostuvo quien fuera el principal candidato opositor.

Corbyn es el dirigente con posiciones más a la izquierda, dentro de los que logran un peso importante, que ha tenido la política británica en los últimos años. La performance obtenida ayer lo convierte en un personaje central en el próximo periodo de gobierno, y por lo pronto, como líder de la oposición.

En tercer lugar quedó el Partido Nacional Escocés, que tuvo una pobre desempeño, alcanzando los 35 diputados, y cuarto el Partido Liberal Democrático, con 12 secciones ganadas. El resto de las bancas quedaron en manos de partidos minoritarios.

Anticipándose a los intentos de seducción para que su espacio funcione como aliado del gobierno conservador en el futuro, el líder del Partido Liberal Democrático, Jim Farrón, que logró 12 escaños, dijo que recibió “llamados de todos lados pero no vamos a negociar nada. No hay un punto de encuentro ni con los laboristas ni con los conservadores".

Theresa May había resuelto en abril pasado el adelantamiento de las elecciones, inicialmente previstas para el año 2020, pensando que lograría un resultado arrollador y con el único objetivo de aumentar su poder y liderazgo.

En el momento de la decisión de adelantar los comicios, las encuestas otorgaban a May una diferencia de 20 puntos de ventaja sobre el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn.

Los atentados terroristas en Manchester y Londres, la falta de respuestas en materia de seguridad, los problemas con refugiados e inmigrantes, sus declaraciones sobre el islam, y la dificultosa salida del Brexit, terminaron por darle un claro golpe a su liderazgo. El Partido Conservador perdió la mayoría absoluta que tenía asegurada hasta 2020, y May quedó débil y desprotegida.

El sistema electoral británico no es de elección directa. Los votantes de cada circunscripción eligen a representantes de cada uno de los partidos. Cada sección electoral, de las 650 existentes, elige un parlamentario, y de esa forma se compone la Cámara de los Comunes.

Reunidos en asamblea, la mayoría partidaria propone su candidato para primer ministro, y si ese candidato obtiene 326 votos, es elegido jefe de gobierno (primer ministro). La ceremonia culmina con la bendición de la reina al nuevo líder.

Previo a la elección, el Partido Conservador contaba con 330 parlamentarios electos en la últimas contienda electoral de 2015, en la que David Cameron fue elegido primer ministro.

El fracaso de Cameron en el Brexit apresuró su renuncia, y en su lugar asumió Theresa May, del mismo partido, quien en ese momento era ministra del Interior. En la elección de ayer, May quiso revalidar su poder con el apoyo popular, pero el resultado le fue esquivo, y ahora los conservadores no pueden formar gobierno por sí solos, al perder el “número mágico” de los 326 escaños necesarios que permiten una mayoría propia.

El Parlamento británico entra de esta forma en lo que técnicamente se conoce como “parliament hung” (parlamento colgado), donde ningún partido puede formar gobierno ni tomar decisiones por sí solo, sino que requiere la integración de alianzas para poder gobernar.

29/07/2016

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