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Solo 20 días después de haber asumido, el presidente de Perú, Pedro Castillo, ya no cuenta en su gabinete con el canciller Héctor Béjar, un veterano militante de izquierda y sociólogo de reconocida trayectoria, quien renunció luego de fuertes presiones de la cúpula militar y la derecha política y mediática por declaraciones que, antes de asumir la función pública, realizó sobre la violencia política en el país en los años ‘70 y ‘80.
Además, la semana próxima el Congreso (unicameral) empezará a tratar el “voto de confianza”, previsto en la Constitución, para con el gabinete que encabeza el primer ministro (el presidente del Consejo de Ministros) Guido Bellido, pero las bancadas de oposición son ampliamente mayoritarias en el Parlamento y podrían llegar a rechazarlo.
Encabezadas por Fuerza Popular, el partido de la derrotada candidata presidencial Keiko Fujimori, las agrupaciones derechistas ya impidieron iniciativas del gobierno tales como formar comisiones investigadoras o fijar normas para renovar el Tribunal Constitucional, y no permitieron que Perú Libre, el partido del jefe del Estado, integre la conducción de la Cámara.
El martes de esta semana el presidente Castillo aceptó la renuncia del ministro de Relaciones Exteriores, quien por su parte aseguró que lo forzaron a dejar el cargo para “impedir” que el país tenga “una política exterior independiente, soberana”. El reemplazante todavía no fue designado.
Horas después de dejar sus funciones, Béjar declaró que “hay un grupo de la Marina y la ultraderecha peruana que quiere evitar a toda costa que el Perú tenga o vuelva a tener una política exterior independiente, soberana. Ese es el verdadero motivo (de su remoción), yo represento para ellos un peligro”.
Añadió que espera que el gobierno mantenga la decisión de retornar a ese rumbo para las relaciones internacionales, que el país abandonó desde la época de Alberto Fujimori, quien gobernó entre 1990 y 2000, primero elegido por el voto ciudadano pero que después dio un autogolpe de Estado e instauró una dictadura cívico-militar. El saliente canciller reafirmó su deseo de tener “una política exterior autónoma, libre de las determinaciones de los poderes globales”.
“Orígenes del terrorismo”
En noviembre de 2020, en el contexto de grandes protestas populares contra el gobierno interino de Manuel Merino, que fueron violentamente reprimidas y por eso el gobernante duró menos de una semana en el poder, Béjar habló en un debate político por videoconferencia sobre los orígenes del terrorismo en su país. Esas declaraciones fueron difundidas el pasado domingo (15/08) y dieron lugar a un ataque opositor contra el canciller. Luego, Castillo le pidió su renuncia.
“El terrorismo en Perú lo inició la Marina, eso se puede demostrar históricamente”, dijo en aquella ocasión el ahora ex canciller. Y aseguró estar “convencido, aunque eso no puedo demostrarlo”, que la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso, que provocó grandes matanzas en Perú en los años ‘80 del siglo pasado, “ha sido en gran parte obra de la CIA (Central de Inteligencia Americana) y de los servicios de inteligencia norteamericanos”.
Poco después de difundirse las declaraciones de hace nueve meses, cuando Béjar no era funcionario, la Marina dijo en un comunicado que los dichos constituían “una afrenta contra los hombres y mujeres que lucharon y continúan luchando contra la delincuencia terrorista; contra las viudas, huérfanos y deudos víctimas de esa excecrable acción; así como contra todos los hombres y mujeres que integran nuestra bicentenaria institución”.
Además,el ministro de Defensa del actual gobierno, Walter Ayala, defendió a las instituciones militares y pidió explicaciones a su entonces colega de gabinete. “Le doy mi respaldo a las Fuerzas Armadas, a la Marina de Guerra del Perú y a todos los institutos armados. (…) Le dije (a Béjar) que pida disculpas o que renuncie. (…) Las Fuerzas Armadas merecen un respeto”, dijo el titular del ministerio de Defensa.
Las expresiones de Béjar de noviembre de 2020 estaban referidas a “acciones terroristas que grupos de extrema derecha emprendieron contra los regímenes de los generales Juan Velasco Alvarado (1968-1975) y Francisco Morales Bermúdez (1975-1980), especialmente contra intereses del gobierno de Cuba” en Perú, según reconstruyó el periodista Angel Páez en el diario peruano La República.
Esas organizaciones extremistas afirmaban querer “evitar que Velasco convirtiera al Perú en un ‘satélite’” del proceso revolucionario liderado entonces por Fidel Castro, “y presionaron a Morales Bermúdez para que rompiera relaciones con los cubanos”. Según el citado periodista, “cables secretos de la embajada de Estados Unidos desclasificados por Wikileaks indican que al menos desde 1974 comenzaron a registrarse acciones terroristas de la extrema derecha”.
“Voto de confianza” para el gabinete
El próximo jueves 26, el gabinete encabezado por el primer ministro Guido Bellido se presentará ante el Congreso para solicitar el “voto de confianza” que establecen las normas constitucionales. Perú Libre, el partido oficialista, solo cuenta con 37 bancas del total de 130 que componen la Cámara única parlamentaria.
Pero según dijo el propio Bellido, no se siente “desesperado” por la obtención de ese respaldo. Afirmó que plantearán al Parlamento “lo que el país necesita”, y aseguró que “no estamos desesperados por el tema del voto de confianza, lo que queremos es trabajar”. Dijo que “si vamos a estar en función de caprichos, eso sería darle la espalda al pueblo”, y en cambio “debemos trabajar para los 33 millones de peruanos”, dijo el presidente del Consejo de Ministros.
El sector de Keiko Fujimori y sus aliados, que en caso de votar conjuntamente tienen mayoría en el cuerpo legislativo, todavía no se pronunciaron sobre la moción de “confianza” al equipo gubernamental. Sin embargo, su accionar ha sido de continua ofensiva contra el gobierno de Castillo y no han admitido el resultado electoral.
Diferentes grupos de derecha, encabezados por el fujimorismo, constituyeron la Mesa de Conducción del Congreso excluyendo al oficialismo, y rechazaron sus principales proyectos en las respectivas votaciones. Asimismo, se oponen a cualquier posibilidad de convocar a una Asamblea Constituyente, siendo que una de las promesas electorales de Castillo fue precisamente una reforma de la Constitución.
Además, los sectores contrarios al gobierno organizaron una campaña con el eslogan “Respeta mi voto”, la cual es sostenida de modo permanente en las redes sociales y respaldada por frecuentes manifestaciones callejeras. El pasado domingo se realizó una marcha en Lima, para este fin de semana se anuncia otra en Arequipa, al sur del país, y se prevé que continúen en otras zonas del territorio nacional.
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