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Exterior
27/07/2021

Argentina tiene los precios más caros de medicamentos en la región

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Uruguay y Panamá la acompañan. La diferencia es de un 25% respecto a valores de Latinoamérica que sufre desigualdad en el acceso a los medicamentos. Nuestro país y México son los que tienen menor poder de compra, según un relevamiento de costos que hizo el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag).

En América Latina “hay enormes disparidades en los precios de los medicamentos” entre un país y otro, y en ese marco los fármacos de Argentina, Panamá y Uruguay tienen valores “superiores al 25% del promedio regional”. Además, “como el poder adquisitivo no solo lo determinan los precios sino también los salarios, Argentina y México muestran el menor poder adquisitivo” para obtener remedios y las personas deben trabajar más horas para su compra.

Esta información está contenida en un trabajo el Centro Estratégico Latinoamericano de Análisis Estratégico (Celag), en la cual se estudió cuánto cuesta una “canasta” hipotética de cinco productos farmacológicos: insulina (para la diabetes), losartán (para la presión arterial), paracetamol (antiinflamatorio), amoxicilina (antibiótico) y letotiroxina (para el hipotiroidismo).

La investigación se concentró en la comparación de precios en 11 ciudades de otros tantos países del subcontinente: Buenos Aires (Argentina), La Paz (Bolivia), San Pablo (Brasil), Bogotá (Colombia), Santiago (Chile), Quito (Ecuador), Asunción (Paraguay), Lima (Perú), Montevideo (Uruguay), Distrito Federal (México) y Panamá (capital del país homónimo).

De ese relevamiento surgió el “Informe sobre los precios de medicamentos en América Latina”, realizado por Guillermo Oglietti y Gerardo Esteban Gómez Santiago, ambos integrantes de Celag, quienes resaltaron “la importancia” que esos productos esenciales tienen “como determinante del bienestar de las familias, del gasto público y de la salud humana, un bien público global”.

Agregaron que “en estos tiempos de pandemia, las dificultades que han demostrado los sistemas sanitarios para enfrentar este desafío global nos compelen a cuestionar la desaprensión con que se ha tratado el sector (la salud) durante años”. Afirman que “la privatización o la desfinanciación de los sistemas públicos ha debilitado los servicios sanitarios” de todo el planeta, “y en especial los de América Latina”.

Comparan que “el gasto público en salud como porcentaje del PIB (Producto Interno Bruto) en nuestra región apenas suma el 6,6%; y el gasto per cápita alcanza los 1.026 dólares, una cuarta parte de lo que gastan los países de la OCDE”. Esta última es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, controlada por las potencias capitalistas y que también integran algunos otros países.

Al mencionar “el gasto de bolsillo en salud que deben enfrentar los hogares” en América Latina, la presentación del informe señala que “casi el 8% (de los hogares) gastan más de un 10% de su ingreso en gastos sanitarios, situación que genera, como consecuencia, que un 1,7% de la población caiga por debate de la línea de pobreza”.

Ejemplos de grandes diferencias

Específicamente respecto de los medicamentos, el estudio de Celag comprobó que “los precios de Perú, Brasil, Bolivia, Colombia y Chile son los más bajos; los de Paraguay, Ecuador y México se ubican en torno al promedio regional (+/- 10 %), y los de Argentina, Panamá y Uruguay tienen precios superiores el 25 % del promedio regional”.

Entre las principales conclusiones de la investigación, se destaca que “hay enormes disparidades en los precios de los medicamentos en las farmacias de la región” latinoamericana. Por ejemplo “comprar insulina (diabetes) puede ser 4 veces más cara en Uruguay que en Brasil. El losartán (presión arterial) resulta 12 veces más caro en Panamá que en Brasil. El rango de precios del paracetamol (antiinflamatorio) va desde U$D 0.45 en Bolivia hasta U$D 3.2 en Ecuador”.

Al continuar con casos ejemplificadores, se indica que “la amoxicilina (antibiótico) se encuentra a precio de saldo en Panamá y puede costar más de U$D 7 en Uruguay. La levotiroxina (hipotiroidismo) cuesta casi 6 veces menos en Paraguay que en Uruguay. Y nuestra canasta de 5 medicamentos -dicen los autores del informe- cuesta un 43 % menos en Perú que en el promedio de la región, y en Uruguay cuesta un 67 % más”, lo cual es a la vez “el triple que en Perú”.

Horas de trabajo para comprar remedios

Otra parte del trabajo de Celag explica que “como el poder adquisitivo no solo lo determinan los precios sino también los salarios, Argentina y México son los países que muestran el menor poder adquisitivo de medicamentos y se necesita trabajar 4 horas más que el promedio latinoamericano de 8 horas para adquirir la misma canasta. Chile y Bolivia, en el extremo opuesto, tienen que trabajar 3.4 y 2.7 horas respectivamente. Así, mexicanos y argentinos tienen que trabajar un día más que un chileno para conseguir la misma canasta” de fármacos.

En la investigación “medimos el poder adquisitivo de medicamentos con la cantidad de horas de trabajo necesarias para adquirir cada medicamento o la canasta hipotética diaria”, dice luego el informe de Oglietti y Gómez Santiago, que contó con la colaboración de Julie Tibocha, Roberto Ruiz, Diana Solórzano, José Munguía, Naizarid Gutiérrez y Sergio Páez.

Como se podrá apreciar en el gráfico que se publica párrafos más abajo (“Diferencial de horas necesarias...”), allí “se muestra este indicador en términos relativos, es decir, en contraste con el promedio de la región: nos indica cuántas horas más (o menos) que en el promedio de la región, es necesario trabajar en cada país para adquirir el mismo producto o canasta” que en Latinoamérica en general.

“Se observan enormes diferencias” entre un país y otro, afirmar los autores, para luego señalar que “si bien los latinoamericanos (en promedio) tienen que trabajar 8 horas para adquirir la canasta hipotética diaria, hay tres países, que son Argentina, México y Uruguay, donde los ciudadanos deben trabajar más horas que en el conjunto de la región para adquirir la canasta diaria”.

Detallen que “en Argentina y México deben trabajar 4 horas más que el promedio latinoamericano y en Uruguay casi 3 horas más. Contrasta esta diferencia con los países que tienen que realizar el menor esfuerzo: Chile y Bolivia. Los argentinos y mexicanos deben trabajar 7 horas más que en estos países para adquirir la misma canasta hipotética diaria de medicamentos, mientras Uruguay debe trabajar casi 6 horas más”.

A su vez, “Chile, Bolivia, Perú y Ecuador son los países donde los trabajadores tienen que hacer menos esfuerzo para conseguir la canasta diaria de medicamentos, con 3.4, 2.7 y 1.9 horas menos que el promedio latinoamericano respectivamente. En Colombia los trabajadores necesitan casi una hora menos de trabajo, mientras que Paraguay y Brasil tienen que hacer media hora menos de esfuerzo que un latinoamericano promedio.

Remedios “genéricos” y sistemas de salud

Los integrantes del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica señalan, entre las conclusiones de su investigación, que “las regulaciones y la aceptación cultural respecto del uso de (medicamentos) genéricos parece estar involucrada en las prácticas que explican los mejores precios”.

En ese sentido, “un incremento del 10 % en la participación de los genéricos podría redundar en una caída del 12 % de los precios. El caso de Bolivia, con una regulación estricta sobre los precios finales y una activa participación estatal y popular involucrada en el abastecimiento directo de medicamentos, también explica sus buenos resultados”.

Por otra parte, los autores del estudio señalan que “el modelo sanitario latinoamericano es un sistema mixto, ubicado en algún punto entre el modelo hegemónicamente privado y desregulado de EE.UU. y el modelo europeo, mayoritariamente público y regulado”. Citan como ejemplo que “el poder adquisitivo de medicamentos de un norteamericano es la mitad del español, a pesar de que el salario mínimo es inferior” en el caso de España.

Volviendo, finalmente, a la observación sobre los sistemas sanitarios en América Latina y su relación con lo que cuestan los productos farmacológicos, el informe de Celag afirma que “los precios que observamos en nuestra región reflejan la diversidad de posiciones intermedias” existentes en la región, respecto de uno u otro modelo de organización de los servicios de salud.

29/07/2016

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