La coalición oficialista Vamos por Chile sufrió ayer una dura derrota en la mega elección del país vecino, inclusive en los comicios de constituyentes en los que obtuvo 21%. Quedó lejos de la oposición progresista donde la izquierda y la centroizquierda suman el 33% y, más distante aun de la gran sorpresa de la jornada que fueron los candidatos independientes, que entre todos lograron el 45% de los sufragios.

Escrutadas más del 76% de las meses, según datos oficiales del Servicio Electoral (Servel), de los 155 convencionales que tendrán un año de plazo para redactar una nueva Constitución,48 serían independientes, mientras que la oposición lograría 52, el oficialismo 38 y los pueblos originarios se dividen entre diversos grupos los 17 escaños que estaban reservados para sus comunidades.

Los resultados representan una dura derrota para los candidatos identificados con el gobierno de Sebastián Piñera pero también para todos los partidos políticos tradicionales, ya que los independientes son los grandes ganadores de la elección.

La oposición progresista obtiene más de un tercio de los constituyentes: alcanzó el número de 53 en total. Sin embargo, estará dividida entre los 27 de la izquierda y los 25 de la centro-izquierda, esta última nucleada en la antigua Concertación.

Los datos confirman el descontento hacia la clase política tradicional, el cualse hizo visible con el estallido social de octubre de 2019. Las protestas, que a pesar de ser violentamente reprimidas se prolongaron por meses hasta que comenzó la pandemia, forzaron al gobierno de Piñera a llamar al plebiscito del año pasado donde el 78% de la ciudadanía aprobó la necesidad de reformar la Constitución para reemplazar a la actual, impuesta por de la dictadura de Augusto Pinochet en 1980.

La votación se realizó en dos jornadas, el sábado y el domingo, para evitar aglomeraciones mayores y así disminuir los riesgos de contagios de Covid.

Opiniones políticas

El candidato presidencial del oficialista Renovación Nacional -partido del presidente Sebastián Piñera-, Mario Desbordes, hizo un llamado de atención en una conferencia de prensa por el bajo nivel de participación en las elecciones y reconoció: "No hay dudas de que estamos viviendo una derrota, una derrota que nos debe hacer reflexionar".

Desde la oposición, Gabriel Boric, del Frente Amplio, afirmó que "se terminó el sistema binominal (...) estamos muy contentos con la diversidad". El mencionado sistema fue creado por el pinochetismo para favorecer a la derecha y a una sola alternativa opositora, con lo cual siempre resultaron perjudicadas la izquierda y la representación de las minorías.

El candidato de la Democracia Cristiana para gobernador de la Región Metropolitana y vocero de la coalición de centroizquierda, Claudio Orrego, dijo anoche que "la derecha ha sido derrotada y el populismo ha sido derrotado". Agregó que "no basta con tener buenas ideas, hace falta experiencia y saber cómo hacer buenas políticas", en lo que pareció un mensaje dirigido a los independientes que entrarán a la Convención Constituyente y serán la primera minoría.

Quien sería su rival en lo que parece que será un balotaje a gobernador en la Región Metropolitana, la candidata de izquierda Karina Oliva, celebró con un pañuelo verde a favor de la legalización del aborto: "Hoy ganó el pueblo".

Convención Constituyente

El número final de convencionales constituyentes deberá esperar hasta que finalice el conteo en cada uno de los 28 distritos, ya que la asignación de los escaños dependerá no solo de los votos sino de que se cumpla también con la condición de paridad entre mujeres y hombres legalmente exigida.

En Chile se utiliza el sistema D'Hondt para determinar los candidatos a constituyentes. El mismo consiste en un método matemático de carácter proporcional, que busca fortalecer la representatividad en los delegados a escoger.

Aunque los chilenos votaron ayer para elegir también una nueva figura electiva -gobernadores de las distintas regiones- y autoridades municipales, el comicio más determinante para el futuro político del país fue el de los convencionales constituyentes.

Estos tendrán la tarea de redactar una nueva Constitución en un lapso máximo de 12 meses y cada norma debatida deberá contar con una aprobación de los dos tercios.

Si se mantienen estas proporciones,la derecha y la centroderecha no tendrán poder de veto en los artículos que contenga la nueva Constitución, ya que no llegan a ganar un tercio de los convencionales constituyentes.

La oposición de izquierda y centro-izquierda, en cambio, sí llegarían a conseguir poder de veto, pero no los dos tercios necesarios para imponer sus cambios sin una negociación.

Todo indica, entonces, que los 12 meses de debate de la Convención Constituyentes serán de mucha tensión y negociación, un proceso difícil que, además, deberá ser sometido al final a un llamado "plebiscito de salida", en el que los chilenos votarán nuevamente si aprueba o rechazan la Carta Magna en las urnas.

En caso de ganar la opción 'Apruebo', la nueva Carta Magna será aprobada en el Congreso. Si sucede lo contrario, quedará vigente el texto actual, que data de 1980, impuesto durante la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet (1973-1990).

Aunque el escrutinio es aún incipiente en las otras elecciones de gobernadores y autoridades municipales, los pronósticos indican que el oficialismo de Piñera también sufrirá una dura derrota, especialmente en el nuevo mapa compuesto por los gobernadores de todo el país.

Baja participación

La elección estuvo marcada por una participación baja, algo que no se esperaba debido a la importancia del evento electoral.

Esto lo refleja, por ejemplo, el 20,4% que participó el primer día, el sábado.

Esta elección es histórica ya que fueron desdobladas a dos días, con dos objetivos principales, el primero, promover la participación electoral de los ciudadanos, y segundo, evitar las aglomeraciones debido a la pandemia de coronavirus.

Fuente:Télam