Exterior
04/04/2021

Se vota el domingo 11

Con 18 candidatos a presidente, Perú es una caja de sorpresas

Con 18 candidatos a presidente, Perú es una caja de sorpresas | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Sin tendencias sólidas para prever el resultado, lleva ventaja Yonhy Lescano, pero con apenas entre 13% y 19% de intención de voto. Le siguen cinco candidatos que podrían ir a segunda vuelta. El país atraviesa “la parte más alta de la segunda ola del Covid” y arrastra 30 años de neoliberalismo.

Como expresión y continuidad de una larga crisis política, Perú realizará elecciones presidenciales el próximo domingo 11, nada menos que con 18 candidatos a la primera magistratura. La votación será una caja de sorpresas porque no hay tendencias seguras -aunque sí presunciones- sobre quién ocupará el primer lugar, y distintas encuestas adjudican entre 13% y 19% al que lleva la delantera, Yonhy Lescano.

Como la Constitución prevé que para ser consagrado presidente en primera vuelta un postulante debe obtener como mínimo el 50% de los sufragios, se da por seguro que habrá una segunda vuelta entre quienes ocupen los dos primeros puestos en la ronda electoral inicial. Todo ello atravesado por la pandemia del Covid y agravado -como casi todos los países- por la escasez de vacunas, además de escándalos por vacunaciones secretas y de privilegio.

Son varios los sondeos que otorgan las mejores chances a Yonhy Lescano, a quien algunos medios definen como “de izquierda” porque plantea algunas medidas de control contra “monopolios económicos”, entre ellos el farmacéutico. Al mismo tiempo es un conservador moral que rechaza el derecho al aborto. Abogado de 62 años, ocupó cargos parlamentarios en representación del tradicional partido de centroderecha Acción Popular, por el cual también se postula esta vez.

Encuestas de los últimos días muestran a Lescano en primer lugar y detrás de él cinco candidatos disputando el segundo puesto. En este último “pelotón”, los rangos de intención de voto oscilan entre el 12% y el 9%, y además el 33% dijo que “no sabe” a quién votaría.

En consecuencia, todos son cifras muy precarias como para realizar pronósticos sólidos, más aún cuando son enormes la fragmentación de la oferta electoral y la probable dispersión del voto, todo ello reflejado en el hecho de que haya 18 candidaturas presidenciales

Candidato presidencial Yonhy Lescano.

 

Entre quienes siguen al favorito, la más conocida es Keiko Fujimori, jefa de un partido de derecha (Fuerza Popular) e hija del ex presidente y luego dictador Alberto Fujimori. Keiko llegó a la segunda vuelta en la elección anterior, en 2016, y perdió por menos del 1% ante el veterano economista conservador Pedro Pablo Kuczynski, quien sería destituido por el Congreso un año y medio después.

También conocido pero por otros motivos, se postula como presidente de la República el ex arquero de la selección nacional de fútbol peruana George Forsyth (candidato del partido Victoria Nacional). El ex jugador, luego de concluir su carrera deportiva accedió por el voto ciudadano al cargo de alcalde en La Victoria, uno de los distritos en que está dividida Lima, la capital del país.

Con chances asimismo de pasar al balotaje está el ultraderechista Rafael López Aliaga, un extremista católico miembro del Opus Dei, que asegura practicar el celibato y dice que usa cilicio para controlar sus deseos sexuales. Rechaza el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, y también lo que la extrema derecha denomina “ideología de género”.

Llamado “Porky” en alusión al personaje de dibujos animados, el apodo le permite circular con amabilidad y simpatía en las redes sociales. En Tik Tok se han viralizado varios videos, algunos críticos, pero que de todos modos contribuyen a potenciar su imagen. Señalado por sus críticos como “el Bolsonaro peruano”, Lopez Aliaga también interpela a la sociedad con el famoso discurso “contra la corrupción”, en particular contra la empresa constructora brasileña Odebrecht, que en Perú también ha sido motivo de condenas por negociados.

Candidata progresista

Dentro de los cinco que podrían acceder a la segunda vuelta está la candidata del progresismo Verónika Mendoza (en representación de Juntos por el Perú), quien ofrece una impronta renovadora de la centroizquierda y feminista. Tiene 40 años, su madre es francesa, y ella estudió Psicología en la Universidad de París VII. Compitió en 2016 por el cargo presidencial y consiguió el 18% de los votos válidos. Sin embargo, en aquel momento lideraba una coalición más amplia que luego tuvo divisiones internas.

Su posicionamiento en las encuestas de las últimas semanas ha sido cambiante. En algunos momentos apareció como casi seguro su acceso a la segunda vuelta pero después entró en retroceso. De todos modos, la gran mayoría de los medios ha reconocido que tuvo desempeños exitosos en diferentes debates televisivos que realizaron los aspirantes presidenciales.

Candidata presidencial Verónika Mendoza.

 

Una de las propuestas más audaces de Mendoza es plantear la “nacionalización del gas”, y por ese tema a mediados de marzo mantuvo una reunión con Evo Morales. Pero ella de inmediato tomó distancia de la gestión del derrocado presidente boliviano, por ejemplo en cuanto a su relación con los medios de comunicación. Aclaró incluso que “no queremos copiar ningún modelo, ni el boliviano ni el de nadie, ni someternos a la política internacional de ningún país”.

En cambio, la candidata peruana reafirmó su propósito de reformar la Constitución Nacional para reemplazar a la vigente que fue impuesta durante la dictadura de Fujimori. Destacó al respecto que “no es nuestro objetivo modificar la Constitución para la reelección presidencial, sino para garantizar derechos como la educación, la salud y el acceso a Internet”.

Por otra parte, el diario norteamericano The York Times dedicó recientemente a Verónika Mendoza un elogioso artículo escrito por una corresponsal en Madrid.

Pandemia, elección y neoliberalismo

Perú ha vivido en los últimos años continuas crisis de inestabilidad política. Los últimos episodios tuvieron lugar en noviembre pasado, cuando hubo tres presidentes en una semana. El actual mandatario, Francisco Sagasti, era un parlamentario que fue designado como jefe del Estado en el marco de un serio conflicto institucional, y deberá entregar el mando el 28 de julio. La segunda vuelta de las elecciones aún no tiene fecha precisa, pero sería dentro de junio.

Paralelamente, como el resto del mundo, el país sufre la propagación del Covid-19. El gobierno declaró el “estado de emergencia” al menos hasta el 30 de abril, mientras el ministro de Salud, Oscar Ugarte, dijo la semana pasada que la sociedad peruana se encontraba ante “la parte más alta de la segunda ola” de la pandemia.

También en Perú hubo escándalos con vacunaciones de privilegio, pero con una particularidad: unas 470 personas recibieron la inoculación antes de que alguna vacuna llegara al país, sino “en secreto” durante la etapa de ensayos clínicos de la “Sinopharm”, desarrollada por laboratorios de China. Los hechos fueron conocidos con el nombre de “vacunagate”

Cuando se abra la “caja de sorpresas” de la elección del domingo 11, se sabrá quiénes serán los dos aspirantes presidenciales que participarán de la segunda vuelta. Pero cualquiera fuera el ganador, se encontrará con un Congreso dividido y fragmentado, como el actual, una condición que desde el comienzo mismo es un problema grave para acometer reformas profundas de cualquier naturaliza.

Como recordara Va Con Firma durante la crisis político-institucional peruana en noviembre de 2020, el país no vivió a comienzos de este siglo procesos de transformación similares a los que encabezaron, en naciones suramericanas, por ejemplo Lula Da Silvia, Hugo Chávez, Néstor y Cristina Kirchner, Evo Morales o Rafael Correa, como casos más significativos.

Por el contrario, permanece vigente el mismo modelo económico-social implantado en la década de los años ‘90 por la dictadura cívico-militar que encabezó Alberto Fujimori. El gobernante había sido elegido a fines de 1989 por el voto ciudadano, pero a partir de 1992 perpetró un “auto-golpe”, militarizó el país, disolvió el Parlamento, dominó al Poder Judicial, reprimió las protestas populares, persiguió a la oposición política y a la prensa crítica, e instauró un régimen de terrorismo de Estado.

Finalizada en 2000 la etapa “fujimorista”, y a pesar de cambiar muchas veces la conducción gubernamental y de haber logrado avances democráticos en el plano político, hasta hoy Perú arrastra 30 años de neoliberalismo

29/07/2016

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