Héctor Sosa, analista internacional y editor del portal Motor Económico aseguró que la noticia de la anulación de las causas contra el ex presidente de Brasil Lula da Silva es “es un aire fresco muy fuerte para lo que es esta ola de renovación en América Latina de gobiernos con tinte popular” y opinó que el dirigente metalúrgico “va a ser candidato” el año que viene, “pero desde un frente, de una construcción mayor al PT”.

“El impacto de la noticia en Brasil y a nivel regional y mundial, porque Lula es un dirigente global muy valorado en Europa y en China, es un aire fresco muy fuerte para lo que es este proceso o esta ola de renovación en América Latina de gobiernos con tinte popular, progresistas, distintos a los neoliberales que en estos últimos años habían ganado elecciones o habían producido golpes”, aseguró Sosa a .

Y planteó que si “Lula no se presenta” en las próximas elecciones a presidente del año que viene, “el PT no tiene candidato”; algo similar a lo que “sucedió en Argentina cuando se derrotó al macrismo, con Cristina sola no se podía y sin Cristina tampoco”.

“Creo que Lula va a ser candidato, pero desde un frente, desde una construcción mayor al PT”, remarcó el analista y agregó que el ex presidente “sabe perfectamente que solo con el PT no alcanza; tendrá que ir a la búsqueda de los movimientos sociales, como ocurrió acá, y en la búsqueda de los sectores no golpistas de Brasil y ampliar hacia los sectores de clase media que justamente son los que Lula benefició, pero que terminaron votando gobiernos que después los perjudicaron a ellos”.

Lula da Silva recuperó el lunes sus derechos políticos y está habilitado para ser candidato en 2022, luego de que el juez Edson Fachin, del Supremo Tribunal Federal, anulara todas sus condenas por corrupción.

Sosa aseguró “hay que estar atentos y muy alerta a qué trabas legales pueden ponerle en el futuro” y advirtió que “la misma justicia, entre comillas, buscó todas las formas de tratar de encarcelar a Lula y lo logró, para dejarlo fuera de la batalla electoral que después dio como ganador a Bolsonaro; es la misma justicia que hoy lo deja libre”.

“Hay que dejar en claro que en Brasil al igual que en Argentina y buena parte del continente, la justicia ha trabajado fuertemente para dejar de lado a aquellos dirigentes con propuestas progresistas o populares o a partidos y funcionarios que estaban en el gobierno, caso Honduras, Brasil, Bolivia en la primera etapa de Evo o caso Cristina acá en Argentina”, planteó el analista.

En cuanto a un posible retroceso del Lawfare en la región, Sosa sostuvo que “no se animaría” a afirmarlo porque “es una estrategia de los Estados Unidos, que empieza a aplicar en 1983, lo que se denominó golpes blandos, que es el trabajo en conjunto de la justicia, las corporaciones mediáticas y el poder político real”.

“Lo que no se haga por las armas se va a hacer por la construcción de la mentira; o la construcción de falsos juicios o en el caso de los medios de comunicación la difamación para instalar la idea de que tal funcionario es corrupto, y después la capacidad de los medios populares para responder a eso es mucho menor”, indicó.

Una nueva ola en la región

Sosa consideró que “en términos concretos hay” una segunda ola de gobiernos progresistas en América Latina ya que “que en Argentina estaba Macri y hoy está el Frente de Todos, en Bolivia hubo un golpe y hoy retornó el Mas, en Ecuador ganó Arce, y ahora, esta información de que Lula queda libre de todas las causas”.

A pesar de esto, aclaró que “es importante visualizar, como diría García Linera, que en esta nueva ola de gobiernos populares, los dirigentes, los funcionarios y sus partidos tienen que trabajar de forma regional, en común”.

“Si comienza a haber un entramado entre México, Cuba, Brasil, Ecuador Bolivia y Argentina, ahí sí puede darse una construcción nuevamente en la que habrá que haber aprendido que con los verdugos no hay posibilidad ni de hablar, ni de negociar”, explicó Sosa.

Y tomó como ejemplo el caso de Bolivia donde “quienes han llegado ahora, el Mas, que ganaron ampliamente las elecciones nacionales, no llegan con la potencia con la que llegó Evo Morales cuando ganó las elecciones anteriores” donde por ejemplo, “en las elecciones de las intendencias y gobernaciones permitieron que los golpistas participen en las elecciones, y las tres principales gobernaciones las ganó la ultraderecha”.

El analista destacó que “vuelven los gobiernos progresistas a la región pero no con la fuerza suficiente para seguir el impulso que se tenía antes; y ese impulso se construye”.

En este sentido lo comparó con lo que ocurrió en Argentina luego de 4 años de macrismo, donde “la pandemia fue impidiendo hacer determinadas confrontaciones con el neoliberalismo y sin embargo, en estos últimos 2 meses el gobierno endureció sus posiciones, ya sea respecto a la reforma de la justicia, ya sea con las declaraciones que hizo Alberto Fernández directamente colocando a Clarín como quien compra los jueces; y esto sucede porque el gobierno vuelve a tomar musculatura”.

“Ahora están en esa encrucijada: si uno va por un formato de una transición lenta de nuevo hacia gobiernos populares o si confronta con los factores que produjeron los golpes y la construcción de las mentiras”, definió Sosa.