En una decisión de trascendencia histórica que debilita internacionalmente a la Revolución Bolivariana fundada por Hugo Chávez, los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay -dominados por la derecha- más Uruguay, destituyeron a Venezuela de la presidencia pro-témpore del Mercosur y amenazaron con “suspenderlo” del organismo.

El gobierno venezolano del presidente Nicolás Maduro ejercía la titularidad del Mercado Común del Sur por corresponderle según los estatutos, que establecen el criterio alfabético para la rotación temporaria del cargo cada seis meses, a partir de enero y julio de cada año.

Las autoridades de Caracas ahabían asumido tras concluir el 31 de julio que periodo que correspondió a Uruguay, aunque lo hicieron ante la reticencia de los demás gobiernos a reconocer ese derecho a Venezuela, que de todos modos se hizo cargo siguiendo las normas vigentes.

Pero tras esperar que se concretara un cambio rotundo en las relaciones de fuerza continentales, que ocurrió con el golpe parlamentario contra la presidenta brasileña Dilma Rousseff, para las derechas llegó la hora de cerrar el cerco diplomático a escala suramericana contra el proceso bolivariano.

Así, un comunicado de la cancillería de Brasil informó hoy que ese país, junto con Argentina, Paraguay y Uruguay, resolvieron ejercer la presidencia del Mercosur en forma conjunta por su semestre, lo que de hecho desplaza a Venezuela de esa función.

Los cuatro países que tomaron la decisión, además, emplazaron a las autoridades de Caracas a ratificar una serie de acuerdos internos del bloque mercosureño, porque de lo contrario será “suspendido” como país miembro a partir del 1ro. de diciembre próximo.

Uno de los documentos pendientes de ratificación es el llamado Acuerdo de Complementación Económica 18, que promueve la libre circulación de bienes -con el consiguiente riesgo para la autonomía económica de cada país-.

Otros es el llamado Protocolo de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, y un tercero, el Acuerdo sobre Residencia de Nacionales en los Estados Partes del Mercosur.

La comunicación de la cancillería de Brasil, a cargo de José Serra desde la destitución de Rousseff, indica que la titularidad conjunta de los cuatro países que adoptaron la decisión se realizará “por medio de la coordinación” entre sus respectivos gobiernos, que “podrán definir cursos de acción y adoptar las decisiones necesarias en materia económica y comercial”.

Agrega que “lo mismo ocurrirá para las negociaciones comerciales con terceros países o bloques”, en implícita referencia a las negociaciones por un tratado de libre comercio con la Unión Europea, que traería graves consecuencias para los puestos de trabajo y el desarrollo interno de Argentina y los demás miembros del Mercosur.