Exterior
28/12/2020

Secretario de la OEA

Luis Almagro, golpista en Bolivia, fantasea sobre Argentina y Cuba

Luis Almagro, golpista en Bolivia, fantasea sobre Argentina y Cuba | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El titular de la Organización de Estados Americanos será investigado por el Parlasur debido al golpe contra Evo Morales. Esta semana atribuyó “influencia” cubana en la gestión de Alberto Fernández, y dejó abierta la posibilidad de entrometerse en asuntos de nuestro país por las críticas de Cristina a la Corte.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, logró ser reelegido este año con el enfático apoyo de Donald Trump, pero ahora el Parlasur (Parlamento de América del Sur) investigará su actuación en el golpe de Estado de hace un año en Bolivia. Además, al profundizar un posicionamiento cada vez más a la derecha y al servicio de Estados Unidos, esta semana Almagro fantaseó con que Cuba “influye mucho en decisiones” del gobierno argentino.

El cuestionado funcionario internacional, de nacionalidad uruguaya, en los últimos años fue un fervoroso defensor de la política norteamericana de bloqueo económico, ataque propagandístico y amenazas militares contra Venezuela. Pero además se ganó un desprestigio generalizado al haber sido factor principal para el movimiento golpista que derrocó a Evo Morales en noviembre de 2019.

Una parte importante de los gobiernos del continente, entre ellos los actuales de México y Argentina, han criticado su desempeño en el cargo y no avalaron su reelección, que tuvo lugar en marzo pasado. Esa vez obtuvo los votos suficientes porque funcionarios de Trump presionaron a Estados caribeños geopolíticamente muy vulnerables para que respalden su continuidad en el cargo.

Por estatuto, el cargo de secretario general de la OEA dura cinco años en la función. La reelección del uruguayo tuvo lugar en marzo de 2020 y lo habilita para desempeñarse hasta igual mes de 2025. Pero esta semana hubo reacciones internacionales que revelan el malestar en su contra por parte de distintos organismos y gobiernos de América Latina y el Caribe.

En un caso, el presidente del Parlamento de América del Sur, el argentino Oscar Laborde, anunció que impulsará una investigación por el papel de Almagro en la ruptura del proceso democrático boliviano hace poco más de un año.

"La OEA jugó un rol determinante en el desenlace del golpe de Estado contra Evo Morales”, afirmó el titular del Parlasur. Agregó que “el martes posterior a las elecciones de 2019, que ganó el Movimiento Al Socialismo (MAS), la OEA dijo que había 'indicios de irregularidades’, por lo que considera que debe repetirse el comicio. A partir de eso Evo llama a nuevas elecciones, pero la derecha pide la renuncia del presidente y la OEA, solo basada en esos presuntos indicios, no dijo nada", explicó Laborde en declaraciones a Télam

Remarcó que “es más: la OEA contrató dos consultorías externas para que investigaran los indicios de irregularidades y nunca hubo un dictamen de esas evaluaciones. Es decir que nunca se presentaron pruebas sobre ese supuesto fraude”.

“Entonces, como la decisión de auditar una elección y la evaluación de ese trabajo son potestad del secretario general del organismo, ahora nuestra intención es que Almagro explique sobre qué se basó la OEA para decir lo que dijo, con las consecuencias institucionales que tuvo", completó Laborde.

En septiembre de este año, con motivos de los comicios en Bolivia que dieron el triunfo al MAS y consagraron presidente al actual mandatario Luis Arce, la desconfianza hacia la OEA había sido expresada incluso por un sector de congresistas de Estados Unidos, opositor a Trump y ligado al ala izquierda del Partido Demócrata, encabezado por el senador Bernie Sanders.

Asuntos internos de Argentina

Almagro puso en práctica días atrás el principio de que “no hay mejor defensa que un buen ataque”. En medio de los cuestionamientos en su contra, concedió una entrevista al portal Infobae para lanzar expresiones contra el gobierno argentino y, al mismo tiempo, dejar abierta la posibilidad de entrometerse en la política interna de nuestro país con motivo de las críticas de la vicepresidenta Cristina Kirchner hacia la Corte Suprema de Justicia.

En el reportaje se quejó de la falta de apoyo de la gestión de Alberto Fernández a su reelección y a la tarea que realiza en el organismo interamericano. Para que pudiera explayarse en el tema, el periodista le preguntó: “Usted dijo recientemente que Cuba influye en la Argentina pidiendo su cabeza. ¿Es realmente así?”.

El funcionario internacional contestó: “Esto es algo que se vio mucho en la campaña”, dijo refiriéndose a cuando buscaba votos de los distintos países para su reelección, y más adelante afirmó: “Parte de la gente en el gobierno argentino le debe mucho a Cuba, y eso tiene verdaderamente una influencia política muy directa en las decisiones políticas que se toman (en el gobierno argentino)”.

En otra parte del reportaje, tanto el entrevistado como el periodista dejaron planteada una eventual intromisión de la Organización de Estados Americanos en asuntos internos de Argentina en un tema que produce ofuscación en la derecha de nuestro país, que son las denuncias cada vez más generalizadas contra sectores del Poder Judicial.

Gentilmente, para dejar instalada esa posibilidad, el entrevistador le dijo: “La vicepresidenta Cristina Kirchner, lanzó días atrás un duro ataque a la Corte Suprema de Justicia. Un tema de este tipo, ¿puede llegar a la OEA?”.

El titular de la Organización respondió que “no hemos estudiado el tema y nadie lo ha planteado ni presentado en la OEA. Si alguien lo presenta haremos los estudios y consideraciones del caso. (…) Pero no es nuestra tarea tomar posición en los conflictos entre diferentes poderes del Estado, a no ser que haya una clara alteración del orden constitucional”.

Trinidad y Tobago

Esta semana hubo otro caso de cuestionamiento al titular de la Organización de Estados Americanos. Provino del gobierno de Trinidad y Tobago, país integrado por dos islas del mar Caribe.

Desde allí, el primer ministro Keith Rowley anunció que su país no participará en ninguna votación de la OEA hasta que se reincorpore al representante del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y se destituya al delegado del dirigente opositor, Juan Guaidó, a quien Estados Unidos y la Unión Europea, con apoyo de Almagro en la OEA, reconocen como “presidente encargado” de Venezuela.

“Asistimos a las reuniones -explicó el primer ministro-, pero no votamos sobre ninguna resolución ni apoyamos ninguna resolución hasta que las personas que están sentadas allí representando a los países sean las adecuadas”.

Las declaraciones de Rowley tuvieron lugar en medio de la crisis por la muerte de al menos 28 venezolanos en un naufragio cuando trataban de llegar a Trinidad y Tobago, una cifra que sacó a la luz una de las rutas de migración más desconocidas y duras, mientras se multiplican las denuncias contra los dos países.

Reelección con apoyo de Tump

Hace un año, cuando el titular de la OEA buscaba su reelección en el cargo, el gobierno de Donald Trump usó toda su influencia para presionar al resto de países e intentar captar votos en su favor, por considerarlo un aliado frente a Venezuela, Cuba y Nicaragua. Por ejemplo, el secretario de Estado (canciller) estadounidense, Mike Pompeo, se reunió en Jamaica con los cancilleres de seis países caribeños para pedirles que le respaldaran.

Luis Almagro perteneció, en los comienzos de su carrera política, al Partido Nacional de Uruguay, una de las expresiones de la derecha en su país. Pero luego se integró al Frente Amplio, coalición de la centroizquierda y la izquierda, y así llegó a ser ministro de Relaciones Exteriores de José “Pepe” Mujica, mientras este fue presidente entre 2010 y 2015.

Con ese prestigio, y apenas concluido ese periodo presidencial, en marzo del mismo 2015 fue elegido en la OEA. Sin embargo, al poco tiempo sus posiciones le generaron críticas del ex mandatario cuyo gabinete había integrado, y tiempo después también la expulsión del sector político al que había pertenecido.

En noviembre de 2015 Mujica la envió una carta de “despedida” política, que fue divulgada a mediados de 2016. Después de puntualizar las discrepancias más importantes, el veterano dirigente frenteamplista le escribió en el párrafo final: “Lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso ahora formalmente te digo adiós y me despido”.

Finalmente, en diciembre de 2018, el plenario nacional del Frente Amplio expulsó a Almagro. El último límite atravesado, que determinó la drástica decisión de la coalición, fue que el máximo funcionario de la Organización de Estados Americanos se había mostrado favorable a una intervención militar en Venezuela para derrocar al presidente Nicolás Maduro.

29/07/2016

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