Casi todos los países de la región latinoamericana y caribeña frenaron la caída del empleo y de la ocupación en el tercer trimestre del año, pero “se expandieron sobre todo las ocupaciones que suelen registrar elevados niveles de informalidad”. Así surge del reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que dedica un capítulo a “Empleos y salarios”.

Además, como se ha venido informando en los últimos días, el organismo internacional prevé que este año la economía de la región sufrirá una contracción de -7,7%, lo que representa la mayor al menos en los últimos 120 años, desde que en 1.900 empezaron los registros estadísticos. Para 2021, según las previsiones, habría un rebote favorable del 3,7%.

El documento se titula “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2020”. El tramo dedicado a los asuntos laborales y las remuneraciones de los trabajadores resume que debido a la pandemia, “el cierre temporal de muchas actividades económicas y la caída de los ingresos de muchos hogares incidieron en una marcada caída del nivel de ocupación en todos los países de la región. Este impacto se observó con gran intensidad en el segundo trimestre del año”.

Más adelante señala que en el periodo julio/agosto/septiembre “la tasa de ocupación aumentó levemente en la región. Esta reversión de la tendencia previa se debió a que los países empezaron a flexibilizar las restricciones a la movilidad y se procedió a una apertura gradual de los diferentes rubros económicos y a un retorno al mercado laboral, principalmente de trabajadores por cuenta propia”.

Como resultado, “durante el tercer trimestre en casi todos los países se frenó la caída del nivel del empleo y el número de ocupados aumentó” respecto del trimestre abril/mayo/junio, al comienzo de la pandemia en esta parte del mundo.

En la etapa de recuperación, “se destacó el aumento del trabajo en las categorías relacionadas con la economía familiar (trabajadores por cuenta propia y trabajadores no remunerados). El leve aumento del número de empleadores aparentemente se concentró en la reactivación de microempresas informales”.

“Como consecuencia de que las categorías que se expandieron en el tercer trimestre fueron, sobre todo, las correspondientes a ocupaciones que suelen registrar elevados niveles de informalidad, se revirtió la tendencia del segundo trimestre y los índices de informalidad aumentaron en la mayoría de los países”, señala la Cepal, que depende de Naciones Unidas y cuya secretaria ejecutiva es la economista mexicana Alicia Bárcena.

Empleo registrado

En cuanto al empleo registrado, el informe expresa que “después de la caída de abril y mayo, a partir de junio se estabilizó. Sin embargo, los aumentos del número de asalariados formalizados fueron débiles”, debido en primer lugar a que “la reactivación ha sido muy débil” y también porque “prevalecieron medidas como la reincorporación de ocupados ausentes (N. de R. lo que en Argentina se denomina “suspendidos”) y el número de horas trabajadas, antes que contratar o volver a contratar a trabajadores desocupados”.

Luego se indica que “al igual que en el caso del empleo, los ingresos laborales empezaron a estabilizarse en el tercer trimestre”. Destaca que de todos modos “la pérdida de los ingresos laborales ha sido masiva en 2020. La OIT (Organización Internacional del Trabajo) ha estimado para América Latina y el Caribe que, en los primeros tres trimestres del año, estos ingresos habrían caído en un 19,3% promedio, lo que correspondería a un 10,1% del PIB (Producto Interno Bruto) de la región”.

“Fuerte caída de la economía”

En otro capítulo del balance preliminar 2020 de Cepal, se destaca que “una fuerte caída de la economía, el consumo, la inversión y las exportaciones, y una contracción en sectores clave, es lo que enfrenta América Latina como resultado de la pandemia de Covi-19”. Puntualiza que “después de registrar una caída del 15,35% anual en el segundo trimestre, se estima que el PIB del tercer trimestre se habría contraído a una tasa del 7,36%”.

El Producto Interno Bruto “se contrae en todas las economías” latinoamericanas. “En función de la especialización y, en mayor medida, del grado de afectación de sus socios comerciales, los países de la región se han visto muy afectados por la contracción de la demanda externa”.

Además, “les han hecho mella los efectos internos de las medidas sanitarias adoptadas con el fin de contener la pandemia, que se han traducido en caídas de sus demandas internas y en limitaciones de la producción de bienes y servicios no esenciales”.

Desde el año 1900

Según el documento de Cepal, “se espera que el PIB de América Latina y el Caribe disminuya un 7,7% en 2020, la mayor contracción desde que se iniciaron los registros en el año 1900”.

Agrega que “el PIB retrocede prácticamente en todos los países de la región, y a nivel de agregados se espera una contracción promedio para América del Sur del 7,3%, para Centroamérica y México, del 8,5%, y para el Caribe, del 7,9% (-10,8% si se excluye Guyana)”.

Como muestra el siguiente gráfico, la caída prevista para este año en Argentina se estima en -10,5%.

Finalmente, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe indicó que “para 2021 se pronostica que la región experimentaría un repunte del crecimiento del 3,7% en promedio. América del Sur crecería un 3,7%, Centroamérica y México, un 3,8%, y el Caribe, un 4,2%”. En el caso de Argentina, el rebote sería del 4.9%.

Para más información, se puede acceder al informe completo de Cepal