Apenas cinco días duró en el cargo el presidente interino de Perú, Manuel Merino, quien ayer renunció en medio de la grave crisis institucional del país. Siendo presidente del Congreso unicameral, el pasado martes fue designado para ocupar la primera magistratura por el propio cuerpo parlamentario, que previamente destituyó al anterior mandatario, Martín Vizcarra.

Un encadenamiento de causas dio lugar en los últimos días a protestas populares que fueron violentamente reprimidas. En ese marco, en la noche de este sábado murieron dos jóvenes que participaban en manifestaciones callejeras, y además la Policía detuvo al menos a un centenar de personas. Así, la situación de Merino se hizo insostenible.

Hasta la noche de ayer el Congreso no había resuelto quién reemplazaría al presidente interino renunciante. Una posibilidad era la designación de Rocío Silva Santisteban, una legisladora que recogía apoyos entre distintos sectores representados en la Cámara, pero la mayoría de los congresistas boicoteaba anoche su designación.

Quien sea finalmente elegido, será el tercer mandatario en menos de una semana en una nación muy golpeada por la pandemia del coronavirus y la recesión económica. A ello se sumó la crisis política desde que el lunes pasado Vizcarra fue apartado del cargo por el propio Congreso, tras lo cual sobrevinieron protestas violentamente reprimidas en las principales ciudades peruanas.

En las manifestaciones durante la semana se denunció un “golpe de Estado parlamentario”. Sin embargo, no se expresaba una defensa de Vizcarra, quien carecía de apoyos sociales y políticos importantes, sino de un cuestionamiento generalizado a la dirigencia política por la situación sanitaria y económica.

Renuncia, tras dos asesinatos

Ayer, durante un mensaje al país Merino comunicó su renuncia, y también dimitió quien estaba primero en la línea sucesoria, Luis Valdez. En ese marco, los distintos grupos parlamentarios empezaron a negociar la posible designación de Rocío Silva Santisteban, quien debería organizar elecciones en los primeros meses de 2021. La fecha fijada era en abril, pero ahora todo está en duda.

La dimisión del presidente que solo estuvo cinco días en el cargo, fue aceptada por todos los congresistas, excepto un voto en contra y ninguna abstención. "Quiero hacer reconocimiento a todo el país que presento mi renuncia", declaró Merino en un discurso televisado, lo que desató una celebración en las calles de Lima y otras ciudades.

El renunciante dijo que para que no haya "vacío de poder", los 18 ministros que él puso en funciones el jueves seguirán en sus puestos de forma temporal, aunque prácticamente todos habían renunciado luego de la violenta represión policial contra manifestantes el sábado.

Los fallecidos en esas circunstancias son dos estudiantes universitarios. Uno fue identificado como Jack Pintado, de 22 años, y otro como Inti Sotelo, de 24. Pintado murió por múltiples impactos de perdigones en la cara, cuello y tórax, mientras que Sotelo fue víctima de un balazo en el pecho.

Además, ayer el ministerio de Salud informó que al menos 107 personas fueron atendidas por "distintos tipos de lesiones" producidas durante las protestas de la noche anterior, de las cuales 34 continuaban internadas.

Durante la jornada, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos publicó una lista de ciudadanos no ubicados tras las protestas del sábado, es decir que se encontraban desaparecidos hasta bien avanzado el domingo.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló en su cuenta de Twitter su preocupación y rechazo a la represión y a la falta de datos sobre el destino de algunos manifestantes, de quienes se desconocía su situación. En su mensaje de renuncia, Merino no asumió ninguna responsabilidad por la represión a las personas que protestaron en las calles.

En Lima, las principales movilizaciones tuvieron lugar en el centro, pero se repitieron simultáneamente en diversas zonas, desde los barrios populares hasta las zonas residenciales de sectores acomodados. Similares fueron las manifestaciones en otras ciudades, y según varios observadores, han sido las más grandes que recuerde el país en mucho tiempo.