En Uruguay, la votación del domingo pasado para elegir intendentes (cargo que en ese país es equivalente a un “gobernador” de Argentina) reafirmó la fortaleza de la coalición progresista Frente Amplio a pesar de que pocos meses atrás ese espacio había perdido la elección presidencial. En el mismo día de los comicios, el legendario dirigente frenteamplista y ex presidente de la República José “Pepe” Mujica, anunció su retiro de la actividad política por razones de edad y de salud.

Del resultado electoral también salió fortalecido el Partido Nacional, fuerza tradicional de tendencia conservadora y a la que pertenece el actual presidente Luis Lacalle Pou. Ganó en 15 de los 19 departamentos en que está dividido política y administrativamente el país (cada “departamento” en una jurisdicción similar a una “provincia” argentina). No logró triunfar en los de mayor cantidad de habitantes pero amplió su base territorial al sumar tres intendencias más a las que había conseguido en la elección anterior, en 2015.

El Frente Amplio (FA), que de acuerdo a las condiciones específicas del sistema político uruguayo es definido como “de izquierda”, retuvo la intendencia de la capital, Montevideo, donde gobierna desde hace 30 años. En esa ciudad vive casi la mitad de la población nacional. También ganó en el segundo departamento en importancia poblacional, Canelones, y venció asimismo en Salto (separado por el río Uruguay de la provincia argentina de Entre Ríos).

Del total de 19 gobiernos departamentales que se eligieron, tres quedaron para el FA y 15 para el partido gobernante a nivel nacional. En el restante (Rivera, fronterizo con Brasil) se impuso el Partido Colorado, también tradicional en el país y que fue histórico rival del Nacional desde el siglo XIX en adelante, pero en los últimos años ambos se aliaron en contra de la izquierda.

Reportes periodísticos de medios uruguayos afirman que los resultados del domingo dejaron un “sabor agridulce” para el Frente Amplio. Consideran que si bien retuvo el gobierno de la capital y de Canelones, ambos muy importantes en cantidad de habitantes, perdió en casi todo el resto del territorio nacional, incluso en lugares donde gobernaba hasta el momento.

Mujica y el Frente

En el domingo de elecciones, al momento de emitir su voto, “Pepe” Mujica anunció su retiro de la actividad política por razones de salud y de edad. Tiene 85 años y luego de ser presidente entre 2010 y 2015 se desempaña hasta hoy como senador nacional, pero renunciará a la banca.

"Estoy por una pasarela, por cuestión de edad, porque tengo una enfermedad inmunológica crónica", explicó el dirigente internacionalmente reconocido. “Es lógico que la política obliga a relaciones sociales, y me tengo que cuidar, no puedo ir a un lado, no puedo ir al otro y sería un mal senador", agregó. 

Explicó que debido a su enfermedad no podría administrarse una eventual vacuna contra el Covid-19. "Vamos a tener que acostumbrarnos a vivir con esto", expresó en relación con los resguardos de salud que particularmente debe tener frente al coronavirus.

Que el retiro de Mujica coincida con la jornada electoral en las intendencias uruguayas, excede a la anécdota de que él hiciera el anuncio durante la votación. La significación de mayor valor político que vincula a ambos hechos es que el Frente Amplio reafirmó su fortaleza al menos en las zonas más pobladas del país, en un país y un continente dominado por las derechas.

Con el triunfo frenteamplista fundamentalmente en Montevideo, a pesar de la victoria del partido de Lacalle Pou en la mayor parte de la geografía nacional, queda abierta la disputa entre una fuerza progresista que mantiene importantes respaldos electorales -la capital del país- frente a un gobierno nacional de orientación neoliberal y aliado de Estados Unidos en la geopolítica internacional.

Otro dato relevante es que el FA supera, en principio, los desafíos que generan normalmente el envejecimiento o eventualmente la muerte de sus principales figuras. Ya había ocurrido cuando en 2004 falleció el líder fundacional del Frente Amplio, Líber Seregni, pero Tabaré Vázquez se erigió como figura principal y llegó a ser elegido dos veces como presidente de la República.

Vázquez tiene hoy 80 años, ha tenido importantes problemas de salud, sigue siendo una personalidad respetada y de consulta dentro del Frente, pero está alejado de los cargos y decisiones principales. De forma similar, a partir de ahora tampoco Mujica estará en la actividad protagónica de la disputa política uruguaya.

En los comentarios y análisis políticos empieza a mencionarse el liderazgo emergente de Carolina Cosse, quien este domingo fue elegida intendenta de Montevideo. Tiene 58 años y fue ministra de Industria, Energía y Minería en el segundo mandato presidencial de Vázquez (2005-2019). 

Antes, cuando el presidente era Mujica, durante los cinco años de esa gestión, dirigió la compañía estatal Antel (Administración Nacional de Telecomunicaciones). Su militancia comenzó en la Unión de Juventudes Comunistas, tuvo continua actuación pública dentro del FA y actualmente se suele definir como una “frenteamplista independiente”.