Exterior
08/09/2020

Violencia racial y China marcan el pulso electoral en EE.UU.

Violencia racial y China marcan el pulso electoral en EE.UU.  | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

En medio de la crisis del coronavirus, aumenta la conflictividad por protestas antirracistas reprimidas por la Policía y donde civiles armados defienden el accionar policial. Ayer Trump lanzó la idea de que el país se “desvincule” económicamente del gigante asiático.

En medio de la gravísima crisis sanitaria provocada por el coronavirus en Estados Unidos, donde existe la mayor cantidad de contagiados y de enfermos de todo el planeta, la elección presidencial prevista para el 3 de noviembre está rodeada por la violencia racial y ahora también por un nuevo potencial conflicto con China: ayer el presidente Donald Trump lanzó la idea de que su país pueda “desvincularse” de la economía de la superpotencia asiática.

Las protestas contra los crímenes policiales hacia afroamericanos cumplieron 100 días el pasado sábado, contando desde la emblemática jornada en que fue asesinado por asfixia George Floyd. En ese contexto, este fin de semana hubo enfrentamientos violentos entre ciudadanos que repudian la violencia de los agentes del Estado, contra otros que son partidarios de la Policía y en algunos casos portaban armas aunque eran civiles.

Uno de los epicentros de esos sucesos fue la ciudad de Louisville (estado de Kentucky), donde grupos armados pro-policía atacaron a manifestantes antirracistas en los momentos previos a una tradicional carrera de caballos que se disputa allí todos los años, esta vez sin público por el coronavirus.

Centenares de personas, en general identificadas con el movimiento “Black Lives Matter” (traducible como “La vida de los negros importa”), concurrieron para protestar por la violencia contra los afroamericanos. Pero a su vez fueron atacados por civiles partidarios de la Policía que blandían pistolas y armas largas.

Entre estos últimos estaba Dylan Stevens, conocido como "The Angry Viking" (El Vikingo Enfadado), afirma públicamente que dirige a un grupo de "patriotas”, y según su página web apoya a Trump, a la policía y al ejército, y reivindica especialmente la portación de armas.

Como parte del movimiento surgido en todo el país tras el asesinato de George Floyd en mayo, Louisville se convirtió en uno de los puntos de mayor intensidad de las protestas. En dicha ciudad, en marzo había muerto una mujer afroamericana de 26 años, Breonna Taylor, cuando la policía irrumpió en su apartamento amparándose en una orden de arresto.

Antirracismo y represión

Otro de los grandes centros urbanos que fueron epicentro de las protestas este sábado contra la violencia hacia los negros fue la ciudad de Portland (estado de Oregon). En ese lugar, fuerzas policiales arrestaron a unas 60 personas. 

Ayer el presidente se refirió por Twitter a esos sucesos. En un mensaje mostró un video donde se observa a una persona que intenta apagar llamas en su cuerpo durante una concentración en la calle, supuestamente el sábado en Portland. "Estas son las 'protestas pacíficas' demócratas", dijo el mandatario de forma irónica. 

En otro mensaje, al afirmar que realizaron un trabajo “bien hecho”, Trump felicitó a los policías de esa ciudad, a los agentes de la Guardia Nacional y otras fuerzas federales a los que su gobierno había enviado para reprimir las manifestaciones antirracistas.

Si bien el movimiento contra la violencia policial blanca creció desde el crimen contra Floyd el 25 de mayo -por eso los “100 días” cumplidos el sábado-, a fines de agosto tomaron nuevo impulso cuando fue baleado por la espalda el también afrodescendiente Jacob Blacke, de 29 años. Ocurrió el 23 del mes pasado en la ciudad de Kenosha (estado de Winconsin)

De ese modo, cuando falta algo menos de dos meses para los comicios presidenciales, las movilizaciones contra el racismo y la espiral de violencia generada por la acción policial irrumpieron en la campaña electoral

“Desvinculación”

Trump, en la búsqueda de su reelección, utiliza el efectivo recurso de fomentar los sentimientos de rechazo y odio contra China que existen en una gran parte de la sociedad norteamericana. Dentro de esa estrategia, ayer planteó la idea de “desvincular” las economías de Estados Unidos y China,  al sugerir que su país no perdería dinero si deja de hacer negocios con el gigante asiático.

“Cuando mencionás la palabra desvincular (en referencia a la relación comercial entre los países), es una palabra interesante”, dijo Trump en una rueda de prensa en la Casa Blanca. “Perdemos miles de millones de dólares y si no hiciéramos negocios con ellos no perderíamos miles de millones de dólares. Se llama desvinculación, así que empezarán a pensar en ello”, afirmó. 

29/07/2016

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