Exterior
30/08/2020

Cepal propone un “Estado de bienestar digital” para América Latina

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La Comisión Económica para América Latina, tras remarcar que “las tecnologías digitales han sido esenciales para el funcionamiento de la economía y la sociedad” durante la crisis del coronavirus, instó a los gobiernos a “garantizar y universalizar la conectividad y accesibilidad” a los servicios.

En su séptimo documento relacionado con diagnósticos, perspectivas y propuestas frente a la pandemia del Covid-19, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) instó a los países de la región a “garantizar y universalizar la conectividad y accesibilidad a las tecnologías digitales”, y avanzar hacia un “Estado de bienestar digital”.

Según el organismo dependiente de Naciones Unidas, a través de esa vía debería apuntarse a un modelo “que promueva la igualdad; proteja los derechos económicos, sociales y laborales de la población; garantice el uso seguro de datos; y genere el cambio estructural progresivo”. 

Las recomendaciones, que incluyen “cinco líneas de acción”, forman parte del informe “Universalizar el acceso a las tecnologías digitales para enfrentar los efectos del Covid-19”, presentado por la secretaria ejecutiva de Cepal, la economista mexicana Alicia Bárcena.

En el documento se destaca que “las tecnologías digitales han sido esenciales para el funcionamiento de la economía y la sociedad durante la crisis de la pandemia por coronavirus”, y en ese marco “las redes y la infraestructura de comunicaciones se utilizan de manera cada vez más intensiva para actividades productivas, educacionales, de la salud, y de relacionamiento y entretenimiento”.

Remarca que “avances que se preveía que demorarían años en concretarse, se han producido en pocos meses”. De tal modo, “las soluciones digitales en las áreas de la salud, la educación, el comercio y el trabajo tienen un papel preponderante en la lucha contra el virus, ya que facilitan el distanciamiento físico y viabilizan cierto funcionamiento del sistema socioeconómico”. 

Asimismo, la situación de movilidad humana “durante los primeros meses de las cuarentenas muestran un mundo paralizado en lo físico, pero no en lo virtual”. Según los países, las medidas de aislamiento han sido dispuestas por los gobiernos nacionales o locales, y en otros casos son voluntarias.

Como resultado de ambos factores, “en el inicio de la cuarentena la concurrencia a locales de venta de alimentos y farmacias disminuyó un 51%; a establecimientos de comercio de productos no esenciales y esparcimiento, cerca de un 75%; y a lugares de trabajo, alrededor de un 45%”, puntualiza la Cepal.

“Al mismo tiempo, el tráfico en sitios web y el uso de aplicaciones de teletrabajo, educación en línea y compras en línea revelan un significativo aumento del uso de soluciones digitales. Entre el primer y segundo trimestre de 2020, el uso de soluciones de teletrabajo aumentó un 324%” a nivel mundial (como mostrará el gráfico siguiente).

Simultáneamente, según datos suministrados por organismos oficiales de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México, en estos cinco países el “comercio electrónico y entregas” crecieron 157% de un trimestre al otro, y la “educación en línea” el 62%.


“Cinco líneas de acción”

Más adelante, dentro del propósito de “enfrentar los impactos provocados” por el coronavirus, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe recomienda “cinco líneas de acción”. Una de ellas es “construir una sociedad digital inclusiva”, otra “impulsar una transformación digital productiva”, la siguiente “promover la confianza y la seguridad digitales”, también “fortalecer la cooperación digital regional”, y finalmente “repensar el modelo de gobernanza digital en el marco de un Estado de bienestar digital”.

Respecto del primer punto, “construir una sociedad digital inclusiva”, el informe afirma que “el requisito esencial para lograr una participación efectiva en la era digital es contar con acceso a banda ancha de alta velocidad. Esto implica ampliar la cobertura de la banda ancha fija y mejorar la velocidad de conexión de la banda ancha móvil”. 

Luego, acerca del modo para “impulsar una transformación digital productiva”, se afirma que “el escaso nivel de digitalización de las empresas de la región -sobre todo, de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes)- hace necesaria la implementación de políticas públicas que permitan modificar los procesos de gestión para incorporar el uso de las tecnologías digitales en las cadenas de aprovisionamiento, procesamiento, manufactura y operaciones, así como en los canales de distribución”. 

En cuanto al asunto planteado el tercer término, “promover la confianza y la seguridad digitales”, el documento aclara que “si bien la privacidad no puede ser un impedimento para afrontar la emergencia sanitaria, dicha emergencia no puede suponer tampoco el fin de la privacidad; es necesario alcanzar un equilibrio”.

Agrega que “los gobiernos deben garantizar a sus ciudadanos que el acceso excepcional a los datos personales que hace falta para hacer frente a la crisis del Covid-19 conllevará una custodia adecuada de estos, y que su privacidad será resguardada”.

Para el cuarto punto, “fortalecer la cooperación digital regional”, en el trabajo se  señala que tal necesidad surge del hecho de que “la arquitectura de la cooperación digital regional es compleja y difusa”, y que “la región carece de un marco institucional para la discusión de políticas, normas y estándares”.

“Estado de bienestar digital”

“Repensar el modelo de gobernanza digital en el marco de un estado de bienestar digital” es la quinta “guía para la acción” que define Cepal. Sostiene al respecto que “en el mundo posterior al Covid-19, el bienestar social no será posible sin una transformación digital”, y puntualiza las características que el organismo internacional recomienda para un “modelo de gobernanza digital”. Son los siguientes:

• “Promover la igualdad, considerando procesos de transformación digital incluyentes, facilitando la interacción a través de múltiples canales con el Estado y tomando en cuenta a la población sin acceso adecuado a las tecnologías digitales, las habilidades necesarias para usarlas y las barreras socioeconómicas que restringen su aprovechamiento”. 

• “Proteger los derechos económicos, sociales y laborales de la población, garantizando que los sistemas de protección social y sus beneficios sean provistos mediante tecnologías digitales de forma eficiente y según criterios de accesibilidad y facilidad de uso, asegurando que los procesos de selección de beneficiarios determinados por medios electrónicos sean transparentes e incluyan mecanismos para realizar aclaraciones y rectificaciones legítimas”. 

• “Rechazar la recolección no autorizada y el uso indebido o no autorizado de datos personales, brindar altos estándares de seguridad de la información y evitar cualquier tipo de vulneración de la privacidad y la dignidad de las personas, fortalecer el acceso a la información pública y promover la lucha contra la corrupción”. 

• “Promover un modelo de gobernanza digital desde una perspectiva estratégica productiva que genere un cambio estructural mediante la innovación y la difusión tecnológicas en el aparato productivo, la creación de nuevos modelos de negocio, la inserción en cadenas de valor globales, la generación de capacidades y habilidades digitales, y mecanismos de financiamiento que impulsen la economía digital”. 

Posibilidades del teletrabajo

El informe de la institución dependiente de Naciones Unidas tiene un capítulo titulado “Avance y limitaciones de la digitalización en la pandemia”. Dentro del mismo se afirma, entre otros conceptos, que “el bajo ingreso de los hogares limita el acceso a Internet y las posibilidades de uso de aplicaciones móviles”, y uno de los asuntos considerados son las condiciones para poder ejercer el “teletrabajo”

Explica que en el área latinoamericana y caribeña, “el porcentaje de ocupaciones en las que se podría teletrabajar está condicionado por los elevados niveles de informalidad, que en 2018 alcanzaban más del 50% del empleo total. La mayoría del empleo informal se concentra en sectores que necesitan interacción física, por lo que no se puede desarrollar en forma remota”.

El documento señala que “las características de la estructura productiva de la región limitan el porcentaje de ocupaciones que pueden migrar al teletrabajo debido a la alta concentración de trabajadores en actividades que necesitan interacción social y presencia física”.

“A nivel sectorial, la probabilidad de teletrabajar es mayor del 80% en los servicios profesionales, científicos y técnicos, la educación, las finanzas y los seguros. En los países de la región, estos sectores representan menos del 20% de los ocupados. Por el contrario, las probabilidades de teletrabajar de los ocupados en el comercio mayorista y minorista y la agricultura son del 15% y el 1% respectivamente”, como lo exhibe el siguiente gráfico, según el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. 


(La información de este artículo puede ampliarse mediante el acceso al documento completo de Cepal). 

29/07/2016

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