La denominada “guerra tecnológica” entre Estados Unidos y China sumó un nuevo capítulo esta semana, cuando Donald Trump confirmó su intención de “prohibir” en su país el uso de la aplicación Tik Tok por motivos de seguridad nacional. El presunto espionaje chino -que las autoridades de ese país han negado- puede ser real o no, pero la paradoja es que quien denuncia es el mayor espía del mundo.

Organismos (generalmente llamados “agencias”) de inteligencia y seguridad norteamericanos, en la última década han perpetrado violaciones a la privacidad hasta de gobernantes aliados, por ejemplo la canciller de Alemania Ángela Merkel. Todo se supo a partir de revelaciones que inició en 2013 el experto Edward Snowden, quien debió exiliarse y desde entonces reside en Rusia. 

Además, la empresa privada Cambridge Analytica, especializada en la recopilación y el análisis de datos para diseñar campañas electorales y de publicidad comercial, utilizó con fines políticos información de los usuarios de redes sociales en diversos países del mundo. Incluso en la elección de 2015 en Argentina, donde trabajó en contra del kirchnerismo. 

"En lo que respecta a TikTok, lo vamos a prohibir en Estados Unidos", dijo Trump este sábado 1 de agosto. Semanas antes, al anticipar una medida de ese tipo, el secretario de Estado norteamericano (equivalente a ministro de relaciones exteriores), Mike Pompeo, afirmó que la gente solo debía descargar la aplicación “si desea que su información privada esté en manos del Partido Comunista Chino”.

Por su parte, expertos en ciberseguridad citados por la cadena de noticias CNN señalaron que el potencial riesgo para la seguridad nacional que representa la aplicación es, sobre todo, teórico. Agregan que ninguna evidencia sugiere que los datos de los usuarios de TikTok puedan estar comprometidos por la Inteligencia de China.

La aplicación es propiedad de una compañía china llamada ByteDance. Pero TikTok no opera en el poderoso país asiático y funciona como una subsidiaria independiente. Según Wang Wenbin, portavoz del ministerio de Exteriores del gobierno de Pekín, “sin pruebas, Estados Unidos amenaza a una compañía china a raíz de una presunción de culpabilidad, revelando su hipocresía en el llamado 'respeto a la justicia y las libertades'". 

La aplicación de videos cortos TikTok se convirtió rápidamente en un elemento clave de la cultura popular estadounidense. Facebook, el conglomerado empresarial dominante en las redes sociales, ha tratado de copiar la aplicación pero hasta ahora eso no ha frenado su rápido crecimiento. 

Empresas chinas y norteamericanas

Uno de los antecedentes más importantes de las restricciones anunciadas este fin de semana por Trump fue una decisión de su propio gobierno en mayo pasado contra la empresa china Huawei. 

Esa vez, el Departamento (ministerio) de Comercio de EE.UU. informó que modificaba una regla de exportación para “apuntar estratégicamente a la adquisición de semiconductores de Huawei que son el producto directo de cierto software y tecnología de Estados Unidos”. 

Por otra parte, y a pesar de sus acusaciones contra empresas chinas y contra el propio Estado de la superpotencia asiática, Trump reconoció en mayo pasado que "un puñado de monopolios de redes sociales controlan una gran parte de las comunicaciones públicas y privadas". Se refería a grandes multinacionales como Google, Facebook o Twitter, que nada tienen que ver con China sino con el propio Estados Unidos.

El mandatario norteamericano afirmó que esas empresas "tienen poder sin filtros para censurar, restringir, editar, dar forma y alterar cualquier forma de comunicación entre ciudadanos privados y grandes audiencias". Lo dijo al explicar una “orden ejecutiva” -similar a un “decreto de necesidad y urgencia” de Argentina- por la cual limitó la protección contra acciones legales de las que gozan las redes sociales en Estados Unidos. 

Espionaje mundial de Estados Unidos

El uso del espionaje masivo a nivel mundial por parte de instituciones oficiales norteamericanas tuvo sus máximas revelaciones públicas a partir de 2013. Fue cuando el joven Edward Snowden, experto en tareas de análisis de información en organismos secretos de inteligencia, reveló al mundo las actividades de la NSA (National Security Intelligence).

En particular, dio a conocer la existencia de un programa de espionaje masivo llamado “Prism”, que le permitió al gobierno de Estados Unidos acceder a datos de grandes empresas de Internet. Por ejemplo, través de este programa, la NSA conseguía datos de los usuarios en todo el mundo de compañías como Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, YouTube, Skype, AOL y Apple. 

Una de las múltiples derivaciones de la información que reveló Snowden fue que, en 2013, se comprobara que desde 1999 Estados Unidos había espiado el celular de Angela Merkel, la canciller (jefa de gobierno) de Alemania, Angela Merkel. Lo mismo habían hecho, en 2013, contra la entonces presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. 

“Campaña anti-Kirchner”

Argentina también fue víctima del manejo clandestino de información privada con fines políticos. Al menos así fue comprobado respecto de la campaña electoral de 2015, cuando Mauricio Macri ganó la presidencia de la Nación. Esa vez estuvo involucrada la empresa Cambridge Analytica, que debido sus escándalos en diversos países del mundo fue disuelta por sus propietarios.

Dicha compañía también actuó con similares procedimientos para volcar a la opinión pública de Gran Bretaña a favor del “Brexit”, es decir de la salida de ese país de la Unión Europea. La decisión, que aún no se concretó del todo por las múltiples dificultades que acarrea, se adoptó en un plebiscito realizado en junio de 2016. 

Con motivo de las sospechas que despertó el resultado, el Parlamento del Reino Unido realizó una investigación sobre las actividades de la empresa especializada en campañas políticas. En ese marco, el CEO de Cambridge Analytica, Alexander Nix, reconoció ante una comisión parlamentaria británica que realizó trabajos en la Argentina. 

Además, el Comité de Digital, Cultura y Medios de la Cámara de los Comunes británica emitió un informe titulado "Campaña Anti-Kirchner", donde alude a la existencia de "pruebas alarmantes" sobre la injerencia llevada a cabo por Cambridge Analytica en las elecciones de 2015.

Los detalles y pormenores de las actividades de Cambridge Analytica fueron llevados al terreno de la ficción audiovisual en 2010, a través del documental de Netlflix “El gran hackeo”.