Exterior
02/08/2020

Cepal y OPS

“Reactivar es imposible sin controlar la pandemia”

“Reactivar es imposible sin controlar la pandemia” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La Comisión Económica para América Latina y la Organización Panamericana de la Salud abordaron en un informe conjunto “la complementariedad” entre las políticas de salud y las económicas frente a la pandemia. Advierten que Latinoamérica y el Caribe sufren “la recesión más abrupta de la historia”.

Un informe conjunto de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que “es imposible pensar en la reactivación de la economía sin antes haber logrado controlar” la propagación del Covid-19, por lo cual “la complementariedad entre las políticas de salud y las políticas económicas (fiscales, sociales, productivas) es crucial para poder enfrentar la pandemia y comenzar un proceso de reactivación”.

Ambas instituciones internacionales sostienen que “en lo inmediato, la pandemia ha provocado la recesión más abrupta de la historia que, de acuerdo con las proyecciones de la Cepal, implicará una caída del crecimiento regional de -9,1% en 2020”.

Agrega que ello irá “acompañado de un alza en el desempleo alcanzando una tasa cercana a 13,5%, un incremento de la tasa de pobreza de 7,0 puntos porcentuales para alcanzar el 37,3% de la población y una agudización de la desigualdad con un alza promedio en el índice de Gini de 4,9 puntos porcentuales”.

El informe se denomina “Salud y economía: una convergencia necesaria para enfrentar al Covid-19 y retomar la senda hacia el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe”. Al sintetizar la propagación del virus en el subcontinente latinoamericano y caribeño con datos disponibles hasta poco antes de finalizar julio, se afirma que “algunos países han llevado a la región a convertirse en el epicentro actual de la pandemia, encabezando las estadísticas mundiales de casos”.

“Al 29 de julio se han registrado más de 4,5 millones de casos de Covid-19 y casi 190.000 muertes en América Latina y el Caribe. Una importante cantidad de países está lejos de alcanzar un aplanamiento sostenido y significativo de la curva de contagios. En el plano social y económico, la pandemia ha desatado una inédita crisis económica y social, y si no se toman medidas urgentes, podría transformarse en una crisis alimentaria y humanitaria”, se advierte en el documento.

La presentación fue encabezada por la economista mexicana Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de Cepal -comisión que depende de Naciones Unidas-, y por la médica sanitarista dominicana Carissa Etienne, directora de la OPS -este último organismo es el equivalente regional de la Organización Mundial de la Salud, OMS)-.

 Alicia Bárcena, titular de Cepal (izq.) y Carissa Etienne, directora de OPS (der.)
 

“Interdependencia” entre salud y economía

Uno de los capítulos del trabajo se titula “Principios para la convergencia entre la salud y la economía: sin salud, la economía no avanza”. En el mismo se señala que “la interdependencia entre la salud y la economía no es un concepto nuevo, pero la pandemia evidencia de forma muy clara esta relación. Asimismo, se trata de un desafío estructural para los países de América Latina y el Caribe, ya que reclama la implementación de políticas de largo plazo que generen dinámicas virtuosas de salud y crecimiento”.

También se afirma que “el crecimiento económico sostenible es un componente central de la salud y el bienestar integral de las personas, a la vez que proteger y promover la salud de la población debe ser una piedra angular y una apuesta estratégica para el crecimiento y el desarrollo a largo plazo”. 

En ese marco, Cepal y la OPS presentan lo que denominan “siete principios que pueden guiar las políticas en la perspectiva de convergencia entre salud y economía frente a la pandemia”.  

El primero de ellos define que “la vida, la salud y el bienestar son primordiales y constituyen prerrequisitos para reactivar la economía”. Ambos organismos destacan que “desde una perspectiva de derechos humanos, proteger la salud es un imperativo ético. No obstante, también es un imperativo práctico, ya que al proteger la vida se fortalece la capacidad productiva de las sociedades”, destacan.

Agregan que “para ello, es necesario que las políticas de control y mitigación en el ámbito de la salud estén alineadas con la política económica, de forma que persigan los mismos objetivos de preservación de la vida y el bienestar de la población”.

El segundo principio enuncia que “la reducción de las desigualdades es un eje orientador de las políticas en todas las fases”. En el desarrollo del concepto se destaca que “en el contexto actual, los elevados niveles de desigualdad en diferentes dimensiones que plagan la región y que corroen el tejido social dificultan las respuestas adoptadas por los gobiernos para contener la propagación del virus”.

Tales problemas “constituyen una grave amenaza para las posibilidades de los países de la región de aplanar sus curvas de contagio y avanzar hacia la etapa de reactivación”. Las instituciones autoras del informe concluyen que “todo lo que se haga durante y después de esta crisis debe centrarse en construir sociedades más igualitarias e inclusivas que sean más resilientes frente a futuras crisis”.

Otros principios para “guiar las políticas”

Posteriormente se expone el tercer principio: “La protección social es una herramienta central para enfrentar la pandemia”. Acerca de ello se indica que “la pobreza y la desigualdad, que marcan de manera profunda las condiciones sociales de la región, se acentúan en el marco de la pandemia. Por lo tanto, es indispensable ponderar políticas de protección social activas entre las que se incluyan políticas de cuidados”.

El cuarto principio define que “la priorización de la salud y el fortalecimiento de los sistemas de salud con un enfoque de atención primaria deben ser considerados los cimientos necesarios para dar respuesta a las fases de control, reactivación y reconstrucción”. 

El quinto establece que “el fortalecimiento de la capacidad rectora del Estado es una condición sine qua non para la reconstrucción”. Los dos organismos internacionales destacan al respecto que “es imperativo robustecer la interacción y los acuerdos entre el gobierno, la sociedad civil y el sector privado para formular estrategias con múltiples actores y el respaldo de amplios sectores de la sociedad”.

Para caracterizar el sexto principio, el informe afirma que “se requiere diálogo y participación social para una convergencia integral entre salud y economía”. Aboga en particular por “espacios de participación social y de coordinación entre los diferentes actores del Estado y de la sociedad civil”. 

Asimismo, “la participación de actores sociales y organismos estatales de diferentes sectores institucionales debe facilitar un enfoque territorial que incluya las distintas necesidades de la población y la coordinación entre los diferentes niveles institucionales del Estado”.

Finalmente, en un último principio de tipo instrumental, se señala que “la promoción de la salud debe apoyarse en medidas con base empírica en todas las fases de respuesta a la pandemia”. En este punto se explica, entre otros conceptos, que “durante el proceso de toma de decisiones -basadas en los datos disponibles- se deben buscar un cuidadoso equilibrio entre los riesgos sanitarios y socioeconómicos”.

Actividad económica y situación epidemiológica

Otra parte del documento de Cepal y OPS explica que “en ausencia de tratamientos y vacunas específicos, se deberá seguir recurriendo a la suspensión de actividades no esenciales, cuarentenas y otras medidas de distanciamiento físico de modo que la tasa de propagación del virus se mantenga, al menos, en un nivel en el que los casos nuevos no excedan la capacidad de los servicios de salud”.

Alude también a “la capacidad” de dichos sistemas “para detectar, aislar y tratar casos, así como para identificar, poner en cuarentena y atender las necesidades de las personas que han estado en contacto con los casos detectados, a fin de romper las cadenas de transmisión, y los riesgos de amplificación de la transmisión en entornos de población en condiciones de alta vulnerabilidad”.

Destaca luego que “estas medidas imponen una restricción importante a la actividad normal de los países, incluidas las actividades productivas y económicas, y tienen efectos diferenciados, dependiendo de las realidades políticas, económicas y sociales y de las capacidades específicas de los propios países”. 

Agrega que “en efecto, las diferencias sociales, económicas, políticas, culturales y de cohesión y protección social que existen entre los países de América Latina y el Caribe, así como dentro de ellos, in?uyen en la capacidad de respuesta a la pandemia”. 

El informe incluye en este punto un gráfico donde muestra las “curvas epidemiológicas” que han “informado los distintos países”, es decir sus respectivos gobiernos. La pieza visual contiene referencias solo a las naciones más afectadas de la “Región de las Américas”, donde resalta la mayor gravedad de la pandemia en Estados Unidos y Brasil.

“La región más desigual del mundo”

La Comisión Económica para América Latina y la Organización Panamericana de la Salud dedican un capítulo del trabajo a lo que denominan “Contexto económico, social y de salud: América Latina y el Caribe es altamente vulnerable a los impactos del Covid-19”. 

Explica que se trata de “la región más desigual del mundo y también la más urbanizada entre las

regiones en desarrollo, lo cual expone a una parte importante de la población al contagio en condiciones de desprotección”.

Así, “la pandemia irrumpe en la región en un escenario económico, social y político complejo, en un contexto de bajo crecimiento, elevados niveles de informalidad laboral, aumentos de la población en situación de pobreza y pobreza extrema, desaceleración del proceso de reducción de la desigualdad y expresiones de malestar y protestas ciudadanas”, indican las instituciones que elaboraron el documento.

En ese marco, “se estima que la tasa de pobreza en América Latina aumentará 7,1 puntos porcentuales en 2020, hasta alcanzar el 37,3%, mientras que la de pobreza extrema aumentará 4,5 puntos porcentuales, pasando del 11,0% al 15,5%”. 

“Esto podría suponer un aumento de 45 millones en el número de personas en situación de pobreza (hasta llegar a un total de 231 millones de personas) y de 28 millones de personas en el caso de la pobreza extrema (hasta un total de 96 millones de personas)”, afirma el informe de Cepal y la OMS.

La información desarrollada en esta nota forma parte de un documento de acceso libre que aborda múltiples aspectos de los temas planteados. (Informe completo de Cepal y OPS). https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45840/1/S2000462_es.pdf 

29/07/2016

Sitios Sugeridos


Va con firma
| 2016 | Todos los derechos reservados

Director: Héctor Mauriño  |  

Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite

[email protected]