Siempre el ejercicio de la razón coexiste con el ejercicio de la fuerza.

En este sentido, la democracia es el sistema que logra ocultar la fuerza detrás de la razón.

La acción democrática exige decisiones fundamentadas.

La fuerza debe quedar oculta.

Tales son las nuevas destrezas mediáticas: generan escenarios donde decisiones trascendentes como la destitución de una presidenta se produce sin razones, sin fundamentos, a través de un acto de pura fuerza.

La tristeza no tiene fin.

Daniel Rosso