Atrincherado en la Casa Blanca y desbordado por las protestas contra la violencia policial racial tras al asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un policía, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó por teleconferencia a los 50 gobernadores de los estados del país de "parecer idiotas" e "imbéciles" por lo haber podido controlar las manifestaciones. El reproche se produjo en otra jornada de mucha tensión en la que se repitieron saqueos a comercios en algunas ciudades, como sucedió anoche en Nueva York, y se dispuso el toque de queda.

“Ustedes tienen que vengarse, tienen que dominar” la situación, les dijo a los mandatarios de toda la Unión. “Tienen que detener a la gente y ponerla a juicio y hacer que vayan a la cárcel durante mucho tiempo", porque “el mundo se está riendo de ustedes", les dijo enojado.

Las expresiones del presidente se produjeron también al cumplirse una semana desde la crimen que costó la vida de Floyd, perpetrado por el policía Dereck Chauvin en la ciudad de Minneapolis, estado de Minnesota.

Desde entonces hubo protestas en más de 120 ciudades norteamericanas, muchas de las cuales incluyeron hechos de violencia como la quema de vehículos y sedes policiales, y también de otros edificios.

El presidente ordenó desplegar el Ejército en más de 20 estados y en el Distrito de Columbia, que es la unidad administrativa formada por la ciudad de Washington. Hasta ayer, según la agencia de noticias Associated Press, al menos seis personas murieron en el contexto de los disturbios, y en todo el país hay más de 7.000 detenidos.

En la noche del domingo, el aparato de seguridad de la residencia presidencial tomó la decisión excepcional de apagar las luces exteriores, sumiendo a todo el edificio en la oscuridad, mientras frente a su fachada ardían coches y hasta una sacristía.

Podrían desplegar al Ejército

A última hora de ayer, Trump anunció en una declaración en la Casa Blanca que está tomando medidas inmediatas para “detener la violencia y restaurar la seguridad en Estados Unidos”, y está movilizando recursos federales para detener los disturbios y los saqueos.

Advirtió que sus medidas serían efectivas “de inmediato”, y dijo que ha “recomendado encarecidamente” a cada gobernador que despliegue la Guardia Nacional en “cantidades suficientes para que dominemos las calles”.

Afirmó que los alcaldes y los gobernadores deben establecer una “presencia abrumadora de (agentes de) aplicación de la ley hasta que la violencia haya sido sofocada”. Si la ciudad o el estado se niegan a tomar las medidas, dijo que él mismo desplegaría al Ejército de EE.UU.

Trump anticipó que también está tomando “medidas rápidas” para proteger la capital de la nación, incluido el envío de “miles y miles de soldados fuertemente armados, personal militar y agentes de la ley para detener los disturbios, el saqueo, el vandalismo, los asaltos y la destrucción sin sentido de propiedad.”

Nuevo respaldo de Obama

La conmoción en el país es de tal magnitud que el ex presidente Barack Obama volvió a dar un aval público a las protestas, al afirmar que “la gran mayoría de los participantes” son "pacíficos, valientes, responsables e inspiradores", y “se merecen nuestro respeto y apoyo, no una condena”.

Afirmó también que "la pequeña minoría" que recurre a la violencia, "sea por enfado o por mero oportunismo", pone en riesgo a la población y desvía la atención de la "causa mayor" que hay detrás de las protestas. 

El ex mandatario que ya el viernes había abogado por combatir la discriminación en su primer mensaje tras la muerte de Floyd, aseguró ayer en una carta que las manifestaciones evidencian una frustración "auténtica y legítima por un fracaso de décadas en reformar las prácticas policiales y el sistema de justicia penal más amplio en los Estados Unidos".

“Si queremos que nuestro sistema judicial y la sociedad en su conjunto se comporte de una forma más ética, nosotros mismos tenemos que ser un modelo", afirmó Obama.