El avance del coronavirus en Chile produjo un nuevo récord de 45 personas muertas en un día, y una escalada de la cantidad de contagios que hace temer por un colapso en el sistema de salud. Testimonios de médicos afirman que el dilema de la “última cama” ya golpea a Santiago, pero el gobierno sostiene que todavía no se llegó a ese extremo.

Hasta ayer las víctimas mortales superaban el número de 800, y se habían reportado 3.628 contagios en un solo día. El total de casos confirmados desde el principio está próximo a los 78.000. Las autoridades sanitarias informaron que casi 31.000 son pacientes ya recuperados.

Dentro de ese contexto, la jefa de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital El Carmen de la capital chilena, Claudia Vega, reveló que el sistema de salud en Santiago está al borde del colapso. “Estamos sin disponibilidad de camas críticas, no tenemos más respiradores, estamos al límite”. 

El relato de la profesional médica fue dramático y conmovió a la sociedad. “En este momento estoy viendo qué cama se va a desocupar y tengo que elegir a la persona precisa, que sea la más indicada. Que Dios me ilumine en esto”, aseguró Vega.

A su vez, la Sociedad Chilena de Médicos Intensivistas reveló que un 97% de las camas de terapia intensiva están ocupadas. 

En cambio, desde el gobierno dieron otra versión de la situación. “Nosotros no hemos llegado al debate de la última cama”, aseguró el ministro de Salud chileno, Jaime Mañalich.

Pero agregó que “efectivamente puede ocurrir que en un hospital determinado haya una demanda de dos pacientes (…) que requieren respiración mecánica y que haya un respirador en la Unidad de cuidados Intensivos de ese hospital”.

Explicó que entre los médicos de urgencias y las Unidades de Tratamientos Intensivo se debe resolver a cuál de las dos personas conectar al respirador mecánico, pero sostuvo que esto no significa la segunda persona se quede sin el equipamiento, dado que a ésta se le intuba, “se conecta a una ventilación manual, y se le traslada a un lugar donde haya cama y respirador, del cual (…) tenemos una reserva de más de 300 en el país”.

“Y en ese contexto, evidentemente, este desafío ético de a quien le asigno un respirador o no, significa que otro paciente tiene que partir a otro lado, pero no significa que el paciente no tenga acceso a un respaldo de ventilación mecánico o esta nueva técnica que he mencionado”, explicó el ministro de Salud.

En este sentido, el máximo responsable de la política sanitaria llamó a la tranquilidad y pidió a los servicios de urgencias coordinar las respuestas “para derivar antes de ese momento a los pacientes a otros sitios sin someter a esta pregunta a la Unidad de Tratamientos Intensivos”.

“Yo quiero reconocer, con honestidad, que compartimos el sufrimiento y la angustia de nuestros profesionales, pero hasta aquí hemos sido capaces, y hemos mencionado cómo hemos aumentado y vamos a aumentar aún más la capacidad de camas con ventilador”, expresó.

“La realidad nos superó”

El ministro de Salud de Chile dijo que “lo que hemos aprendido duramente en esta pandemia es que todos los ejercicios epidemiológicos, las fórmulas de proyección con las que yo mismo me seduje en enero, se han derrumbado como castillo de naipes”.

Consultado sobre las proyecciones respecto a cuándo será el pico de la pandemia en el país y, en consecuencia, cuándo el sistema de salud podría verse colapsado, respondió que “la realidad ha superado cualquier modelo que uno pueda simular”.

“En ese contexto, y hay que decirlo con franqueza”, apuntó el alto funcionario-, “navegamos en una suerte de oscuridad en que cada día vale: cuántos pacientes nuevos hay, fallecidos, hospitalizados, el número de ventiladores… tenemos que ser obsesivos en enfrentar la realidad como es”, dijo Mañalich.