José Schulman, secretario nacional de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH) sostuvo que  el secuestro y la tortura de la maestra en Moreno y “es un hecho gravísimo” y que “el camino que comenzó hace un tiempo y pegó un salto con la desaparición de Santiago está creciendo y va construyendo un contexto, un clima, que va permitiendo este tipo de acciones”.

“No creo que estas acciones sean espontáneas sino que responden a un plan del Estado, del gobierno, de las fuerzas policiales, de la ministra Bullrich, de sus equipos de inteligencia; y no es la primera vez que utilizan fuerzas del Estado ocultas”, agregó en diálogo con y aclaró que “son fuerzas paramilitares, parapoliciales, paraestatales, o sea, fuerzas del Estado que ocultan su carácter para realizar este tipo de actos”.

Schulman señaló que es “difícil exagerar su gravedad” y describió que “los elementos se van combinando y las posibilidades de un nuevo ciclo represivo van creciendo”.

Ayer miles de docentes marcharon a las puertas del Consejo Escolar de Moreno para repudiar el secuestro y la tortura de Corina de Bonis, quien fue interceptada el miércoles camino a su casa, encapuchada y le escribieron “ollas no” en la panza con un punzón; en referencia a las ollas populares que organizan en la escuela.

El secretario de la LADH, quien estuvo secuestrado y fue torturado en 1977, indicó que “estas acciones se responden con acción popular, con denuncias, con exigencias de que el Estado deje de atacar, de propiciar agravios” y remarcó que “el centro de la actividad hoy está en conseguir el repudio social, exigir que los colegios de abogados, las academias de derecho, los jueces, se pronuncien claramente contra el accionar de un grupo paramilitar”.

“El silencio es cómplice y la batalla hay que ponerla ahí, en la discusión pública; porque lo que no hay que permitir es que haya silencio, indiferencia, lo fundamental es discutir eso y poner en evidencia tanto el clima de hostigamiento que crea el gobierno y los medios de comunicación, como la impunidad con la que actúan estos grupos estatales”, completó.

En cuanto a las similitudes con las acciones de la Triple A en los años ‘70, Schulman indicó que “son espacios del Estado ocultos, que cuentan con la aquiescencia de los gobiernos, aunque todavía y esperemos que nunca llegue, el nivel de violencia no es comparable”.

A pesar de esto, consideró que “las provocaciones” son similares; ya que “los grupos de la Triple A comenzaron con “pequeñas acciones” de marcar personas con cigarrillos y este tipo de acciones y el siguiente paso va a ser muchísimo más grave”.

“Nunca vi que un proyecto de liquidación de derechos se abra paso sin represión o violación brutal de las libertades”, sostuvo Schulman y señaló que “es el mismo plan, el mismo proyecto de país donde los ciudadanos no tienen derechos y los que protestan son reprimidos”, donde “no hay forma de separar el hambre de la tortura, la subordinación del pago del presupuesto al pago de la deuda externa y la disminución de las capacidades de los espacios estatales para atender las demandas”.

En cuanto al cambio en la presidencia de la Corte Suprema, Schulman dijo que Rosenkrantz “expresa exactamente este modelo de país, sin derechos, represor” y es un juez que “ha defendido la separación del derecho argentino de los convenios internacionales de derechos humanos”.

“En general propicia una idea del derecho que pone a la defensa de la propiedad privada de una manera fundamentalista retrocediendo varios siglos, previo a la doctrina social de la iglesia”, explicó y lo definió “en términos jurídicos”, como “un troglodita bastante brutal”.