El viernes 15 de noviembre de 2013 en una visita al área hidrocarburífera de Loma Negra en la barda norte de General Roca, había sido la última vez que el gobernador Alberto Weretilneck y el intendente, Martín Soria habían estado juntos un momento.

El sábado, después de 988 días volvieron a compartir un acto en el lanzamiento de la 46º edición de la competencia automovilística de la Vuelta de la Manzana.

Sin embargo ni siquiera cruzaron una mirada ni mucho menos existió un saludo, al menos protocolar.

Tanto la provincia como el municipio participan como “sponsor” de la carrera que tiene trascendencia internacional, por lo que ambos confluyeron en la conferencia de prensa del lanzamiento.

Las miradas de todos los presentes estaban puestas, justamente, en sus miradas.

Martín Soria llegó al lugar antes que el gobernador, y compartía los momentos previos a la presentación con sus allegados, funcionarios del  municipio.

El gobernador arribó después, y unos minutos más tarde todo indicaba que comenzaría el acto formal.

El presidente de la Asociación Volantes de General Roca, Jorge Martínez, fue el muro de contención para la frialdad de uno y otro lado.

Martínez ocupó el centro de la mesa desde donde se hizo la conferencia de prensa. Fue entonces cuando hábilmente, tanto Weretilneck como Soria se dirigieron a sus respectivas sillas, cada uno a un lado del anfitrión principal.

De esta forma, evitaron cruzarse. Al hacer uso de la palabra, ambos hicieron una mención formal de sus investiduras, pero ninguno de ellos se refirió al otro por su nombre.