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Las personas que alquilan una vivienda en la capital provincial debieron destinar durante la pandemia un mayor porcentaje de sus entradas al pago del alquiler, sobre todo, si pertenecen a los sectores de menores ingresos. Al mismo tiempo, los inmuebles a los que pudieron acceder se ubican en zonas más alejadas del macrocentro, donde los costos fueron hasta un 30 por ciento más bajos.
Así lo revela un informe de investigadores de la Universidad Nacional del Comahue sobre el "proceso de elitización y desplazamiento" en el área central de la ciudad, publicado en la Revista Merope, del Centro de Estudios en Turismo, Recreación e Interpretación del Patrimonio, en marzo de 2022.
Se trata de un trabajo interdisciplinario, donde el doctor en Historia Joaquín Perren; el Geógrafo, Germán Pérez; y el Especialista en Desarrollo, Local Sergio Cabezas, sostienen que durante la pandemia la situación de vulnerabilidad de los inquilinos se profundizó, especialmente, de aquellos que están en el cuartil de menores ingresos.
"Hay gente que antes habitaba en el centro y ya no lo puede hacer", dijo Perren, consultado por , y agregó que este trabajo "es la contrastación empírica de algo que ya veníamos diciendo: que el centro no es para todos".
"El aumento sostenido del valor de los alquileres no impacta de la misma manera en los diferentes sectores que conforman la sociedad neuquina. Es mucho más sensible para los sectores de bajos ingresos. Alguien que vive en el cuartil 1 no tiene forma de vivir en el centro porque tendría que destinar el total de sus ingresos para alquilar un departamento de dos ambientes", agregó.
Para la investigación, los autores estudiaron la relación entre los valores de los alquileres y el nivel de ingresos de la población en el microcentro de la ciudad, según datos obtenidos de publicaciones hechas por propietarios en páginas web para el primer caso, y de la Encuesta Permanente de Hogares, para el segundo. El periodo analizado fue el primer trimestre de 2021, ya que al momento de la elaboración del informe eran los datos más recientes que había informado el Indec.
La hipótesis que sirvió de punto de partida al informe sostiene que en el desfasaje entre el valor de los alquileres y el de los ingresos medios de la población "hallamos una de las claves explicativas para los procesos de elitización y desplazamiento en el área central de la ciudad".
Si bien actualmente los investigadores trabajan en la continuación de este estudio, a priori, es válido afirmar que la tendencia "se va a seguir profundizando porque los salarios van por debajo de la inflación", explicó Perren.
Proceso de "inquilinización" y de revalorización de la tierra
Para contextualizar la foto, en el informe afirman que en las últimas décadas en Neuquén hubo un creciente proceso de "inquilinización", que sigue en curso. Según el Censo 2010, "sólo un tercio de los ocupantes de los 22 mil departamentos que había en la provincia era dueño de la unidad en la que residía" mientras que "en 2001, esa proporción estaba muy próxima a la paridad".
"Ese es un proceso internacional y en el caso particular de Neuquén está por encima de la media nacional", aseguró Perren. En el informe, apuntan que en Neuquén hay una relación entre el aumento en el precio de la tierra y la actividad hidrocarburífera, que afecta de manera desigual a las distintas zonas de la ciudad.
Afirman que "de la mano del auge de los no convencionales se produjo un alza sostenida del valor del suelo que no afectó del mismo modo a toda la mancha urbana". Como ejemplo, señalan que en 2018, "si un lote en alguna chacra devenida en urbanización podía obtenerse por 60 dólares el metro cuadrado; en el microcentro o en el corredor Leloir-Doctor Ramón ese valor era 30 veces superior, orillando los 2000 dólares por unidad de superficie".
Asimismo, a partir del sondeo de oferta de alquileres realizado para el estudio, detectaron que "el grueso de la oferta se concentraba en el microcentro neuquino: La Avenida Argentina y sus alrededores, el corredor de las calles Leloir-Doctor Ramón, el barrio Santa Genoveva (área residencial donde la normativa permite el crecimiento en altura) y algunos departamentos que se ubican por fuera del radio céntrico.
Más que brecha, un "abismo social"
En lo referido a los valores de los alquileres, observaron que "a medida que nos alejamos del centro, el valor de los departamentos se reduce notoriamente. El valor promedio de un alquiler en el macrocentro se aproximaba a los 41 mil pesos, mientras que el que corresponde a los de localización excéntrica apenas superaba los 29 mil. Esto significa que entre ambos segmentos existía una brecha del orden del 30%".
En cuanto a los ingresos, en el informe indican que "el hogar promedio percibía en 2021 un ingreso equivalente a 81 mil pesos. Si empleáramos este valor como vara, veríamos a Neuquén ubicado apenas por encima de una media nacional que rondaba los 78 mil pesos".
Pero si a ese valor se lo divide en cuartiles, se observa una mayor desigualdad social. "Si el primero de ellos tenía un ingreso de hasta 41 mil pesos, el segundo agrupa valores que van desde esta última cifra hasta los 66 mil. Es decir, entre ambos cortes existe una brecha que se aproxima al 60%. Esa diferencia no hace más que ensancharse en caso de incorporar al tercer cuartil: con un ingreso de hasta 109 mil pesos, es dos veces y media mayor que el que corresponde al límite superior del primer cuartil y un 70% más elevado a lo percibido por los hogares del tercer cuartil. En pocas palabras, estamos en presencia de un contexto surcado por la desigualdad, en el que existe un virtual abismo social entre los extremos de la clasificación".
De esto se desprende que "un hogar promedio debía destinar, en 2021, el 46% de sus ingresos para sufragar el alquiler de un departamento de dos ambientes". El nivel de vulnerabilidad se incrementa si la unidad de referencia se localizaba en el centro de la ciudad y desciende si se arrendaba una vivienda de ubicación excéntrica.
"Diferencias como estas, aunque no sean concluyentes, nos brindan pistas sobre un proceso de elitización del macrocentro neuquino y del desplazamiento de los hogares de menores ingresos hacia sectores de la ciudad que permitan reducir la vulnerabilidad neuquina", aseguran.
Consultado acerca de qué podría hacer el Estado para comenzar a disminuir ese "abismo social", Perren dijo a que "nosotros creemos que el estado municipal tiene que hacerse de un stock de viviendas como para intervenir el mercado de arriendo", y esgrimió tres razones: porque generaría precios de referencia, "algo así como Precios Cuidados de los alquileres locales; en segundo lugar, patrimonializaría al erario municipal; en tercer lugar, y más importante, porque ese stock de viviendas puede establecer políticas de mixidad social que reviertan el cuadro de segregación, esa renovación excluyente de la que tanto hablamos".
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